24 de Junio,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

50 años sin Perón, el más grande conductor político del siglo XX

Lunes, 01 de julio de 2024 01:03

Quiero comenzar esta columna recordando los orígenes íntimos de Juan Domingo Perón y de su segunda esposa María Eva Duarte, los dos ya llenan páginas de la Historia Argentina del siglo XX; algunos creían borrar, para que nadie se entere: -imposible! Igual pasa con la Historia Argentina del siglo XIX, desde la Revolución de mayo de 1810 y de sus máximos gestores, Manuel Belgrano y San Martín; del controvertido Juan Manuel de Rosas y de su “cuña del mismo palo”, Justo José de Urquiza; y de las llamadas “tres presidencias históricas”, y la Generación del 80.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Quiero comenzar esta columna recordando los orígenes íntimos de Juan Domingo Perón y de su segunda esposa María Eva Duarte, los dos ya llenan páginas de la Historia Argentina del siglo XX; algunos creían borrar, para que nadie se entere: -imposible! Igual pasa con la Historia Argentina del siglo XIX, desde la Revolución de mayo de 1810 y de sus máximos gestores, Manuel Belgrano y San Martín; del controvertido Juan Manuel de Rosas y de su “cuña del mismo palo”, Justo José de Urquiza; y de las llamadas “tres presidencias históricas”, y la Generación del 80.

Por supuesto, que es el momento de hablar del “máximo conductor político del siglo XX y de su humilde origen materno, al igual que el de su esposa “Evita”. Esto es una simple coincidencia biológica o es un destino impredecible que posibilitó el diseño de una política económica y social, que marcaría, después de la segunda guerra mundial a nuestro país, de una forma muy singular. Los dos protagonistas principales de nuestra Historia Argentina de mediado del S.XX tienen orígenes similares: Juan Domingo Perón, hijo de Mario Tomás Perón, quien compró un pequeño campo en Roque Pérez (1890) y se dedicó a la cría de ovejas. Perón habría nacido (1893) y vivido su infancia en ese lugar con su hermano Mario Avelino (1891) y su Madre Juana Sosa Toledo, criolla con mezcla de sangre india y española, dedicada a las labores del campo y la casa.”Fue anotado en el Registro Civil de Lobos, el 8 de octubre de 1895, como nacido el día anterior. Había dejado de ser Juancito Sosa para convertirse en Juan Domingo Perón”. En 1901 sus padres, Tomás y Juana se casaron. En 1904 vendieron la propiedad, excepto uno de los lotes y partieron rumbo al sur con sus hijos. Sus abuelos por parte de padre fueron, el médico Tomás Liberato Perón (funcionario del Senado y su esposa Dominga Dutiel. Esta parte de la historia personal de Juan Domingo Perón se encuentra publicada en una larga nota de Guido Braslavsky de Controversia histórica: ¿Dónde nació Perón? (Clarín 11 de mayo de 1997 û pág.9)

En el caso de Eva, dice Joséph A. Page, biógrafo de “Perón û primera parte 1895/1952” à” Evita también se diferenciaba del molde. Muy lejos de ser una compañera dócil que guardaba el nido, ella, por sí sola, era toda una personalidad. Su historia, aun luego de podar toda la incrustación mitológica, merece con justicia la categorización de épica”. // El 9 de mayo de 1919, en un rancho cercano al diminuto pueblo de los Toldos, à, una comadrona indígena asistió a Juana Ibarguren durante el nacimiento de su hija. La mujer parturienta era concubina de Juan Duarte, arrendatario del campo, donde vivía esta familia a la que le daba su nombre y algún apoyo financiero, y le permitía tener otra familia en Chivilcoy, con esposa legitima y tres hijos. En el caso de la familia de los Toldos, Duarte dudó reconocer paternidad a la niña “y como consecuencia, ni la partida de nacimiento ni la fe de bautismo llevan su nombre. Sin embargo, se la llamó María Eva Duarte”.

Este humilde y triste inicio, de nuestros dos grandes protagonistas de la Historia Argentina de mediados del S.XX, conmueven y explican, como el origen materno de ambos, fue determinante para que la inteligencia del “conductor” y la pasión de su compañera realicen una inmensa obra en favor de los más necesitados y una transformación inédita en la economía general del país. Todo esto acompañado por la mayoría del pueblo argentino y una parte del mismo, sencilla, leal y poderosa llamada “Los descamisados”. Estos descamisados tenían un lejano antecedente en el siglo pasado, se debatía el país por una nueva presidencia después de Sarmiento, dos candidatos se enfrentaban en el ruedo político, un expresidente, Bartolomé Mitre y por el partido Autonomista Nacional, Nicolás Avellaneda. “El mismo día de la elección, ese 12 de abril de 1874, à desde el matutino La República, los porteños pudieron leer la editorial, que, con pluma inconfundible de su director, Eduardo Wilde, señaló: “Los descamisados” de 1874. La prensa mitrista llama descamisados a todos los que no son partidarios de su ídolo. Esa prensa podrá reconocer la pobreza de los individuos del pueblo, pero no tiene derecho a insultar; a negar que son argentinosàSi los descamisados hablaran, cuántas miserias de los que los insultan nos contaríanà” Mientras los “descamisados de Perón”, del 17 de oct. de 1945, fueron reconocidos en 1946, después del triunfo electoral les decía: à” A un pueblo, como el formado por mis queridos “descamisados”, es un honor y un placer servir; Ellos forman la inmensa masa que sufre y trabaja y sólo lamento que mi vida sea poco y sea corta para gastarla en su beneficio y en su defensa.”

Juan D. Perón escribió, el 9 de julio de 1950 “Mensaje a los argentinos del año 2000” àa la juventud argentina de ese año y con el propósito de “exigir a la historia una rendición de cuentas encaminadas a enjuiciar el uso que los gobernantes de todos los tiempos han hecho del sagrado depósito que en sus manos fueron poniendo las generaciones precedentes. Después de un extenso bloc de consideraciones de carácter histórico y general, concernientes a todos los pueblos y personas del mundo cierra con: àhemos luchado sin descanso para imponer la justicia social, para suprimir la miseria en medio de la abundanciaàcrear una Argentina para los argentinosàvelando porque la soberanía de la Patria sea inviolableàdejamos una doctrina justa y un programa de acción para ser cumplido por nuestra juventud: esa será su responsabilidad ante la Historia.” Para honrar su memoria y su preocupación sincera frente al final de su vida, elegí el diálogo entre Perón y Balbín, según el escribano Deolindo Bittel: “Yo recuerdo que en mis conversaciones con Balbín me dijo: àla última vez que lo vio al General fue el 12 de junio, cuando Perón habló en Plaza de Mayo. Balbín lo notó a Perón muy nervioso y preocupado. “General û lo instó tranquilícese. Perón le contestó: “Mire doctor, yo estoy luchando contra el tiempo, porque yo sé lo que me espera. Y si no nos apuramos a hacer la Unidad Nacional, nos van a joder de nuevo los militares. Le faltaban 18 días para el fin de su vida, el 1 de julio de 1974 dio su última batalla.

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD