Sin lugar a dudas, el rol de la segunda línea que rodea al presidente Javier Milei está cada día más comprometida con la responsabilidad de armados políticos imprescindibles para la gobernabilidad. Un poco amortiguado el estilo agresivo y confrontativo del libertario, los dos "segundos al mando" asumen la tarea de rodearlo de sensatez y pragmatismo. Una es "el Jefe", Karina Milei, hermana, secretaria general de la Presidencia, custodia y contralor de la gestión, atenta y vigilante a cualquier desviación de funcionarios y allegados, y encargada de conformar el partido político nacional de La Libertad Avanza. Tantas son sus responsabilidades, tan fuerte su personalidad y su ascendencia sobre el Presidente, que hasta corre el riesgo de convertir al gobierno en un vehículo de doble comando. Ojalá que no ocurra.
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Sin lugar a dudas, el rol de la segunda línea que rodea al presidente Javier Milei está cada día más comprometida con la responsabilidad de armados políticos imprescindibles para la gobernabilidad. Un poco amortiguado el estilo agresivo y confrontativo del libertario, los dos "segundos al mando" asumen la tarea de rodearlo de sensatez y pragmatismo. Una es "el Jefe", Karina Milei, hermana, secretaria general de la Presidencia, custodia y contralor de la gestión, atenta y vigilante a cualquier desviación de funcionarios y allegados, y encargada de conformar el partido político nacional de La Libertad Avanza. Tantas son sus responsabilidades, tan fuerte su personalidad y su ascendencia sobre el Presidente, que hasta corre el riesgo de convertir al gobierno en un vehículo de doble comando. Ojalá que no ocurra.
El otro jefe es el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, empoderado por su expertise y su habilidad para reconocer hasta dónde se pueden correr los límites en las negociaciones, se volvió insustituible para lograr que el Congreso alumbre la Ley Bases, primera herramienta para iniciar el verdadero gobierno de Milei. Ambos, Karina y Francos, son las puertas abiertas para el diálogo con los gobernadores y, lo que es más importante, las energías para que estos taladren con algún éxito los baúles cerrados que controla "el mejor ministro de Economía de la historia argentina" (Milei Dixit), Luis Caputo. Ahí está el gobernador jujeño, Carlos Sadir, bregando por conseguir que les saquen el pie de encima a las obras públicas, a la construcción de viviendas y para recibir un buen trato de todo el elenco político que durante la campaña de hace menos de un año, fue destratado con crueldad inusitada por su partido, la Unión Cívica Radical, y sus referentes.
Carlitos se viene desmarcando de aquellas agresiones, y de este presente en el que el presidente radical, Martín Lousteau, parece priorizar su protagonismo personal, antes que un posicionamiento consensuado y coherente de su partido. En varias reuniones el gobernador jujeño coordinó con sus pares de la región un "diálogo civilizado" con el Gobierno nacional, a través del puente tendido por Francos, y lo reforzará esta semana en las tratativas con miras a lograr una masa crítica para la aprobación definitiva de la Ley Bases, que se complete el 9 de Julio con la firma del "Pacto de Mayo" soñado por Milei.
Junto al gobernador de Jujuy, se están alineando el salteño Gustavo Sáenz, el catamarqueño Raúl Jalil, el misionero Hugo Passalacqua, el chaqueño Leandro Zdero y el correntino Gustavo Valdez. También comulgarán con esas ideas el chubutense Ignacio Torres, el porteño Jorge Macri, Rogelio Frigerio de Entre Ríos, el santafesino Maximiliano Pullaro, el mendocino Alfredo Cornejo, el puntano Claudio Poggi y el sanjuanino Marcelo Orrego. Aseguran que hasta sería de la partida el santiagueño Gerardo Zamora. Y solamente se mantendrían distantes Ricardo Quintela y Gildo Insfrán, de La Rioja y Formosa, quienes a la vez, hoy son principalísimas autoridades del Partido Justicialista nacional, que intentarán hacer pie como oposición dura, mientras todavía no consiguen hacer pie dentro del pantanoso terreno en que se ha convertido el peronismo nacional.
Como se ve, gobernadores de distintos signos unifican criterios en buen tono o tragando sapos de distinto amargor, pero conscientes de que son ellos los que están sentados encima de la parrilla, y los que deben poner la cara ante sus pueblos. Es tal el desbarajuste heredado, y tal el que el gobierno libertario ha fogoneado desde que asumió, que el mapa político, como se lo conocía hasta hoy, está atravesando un tembladeral tan grande, que el terreno está abonado para que asome una nueva arquitectura político electoral, donde tentaciones de distintos calibre atravesarán a todos, porque el humor social se mantiene rechazando lo que dejó atrás en el 2023, pero aún no encuentra lo firme y novedoso que atienda sus expectativas para el 2024. De ahí que Karina Milei y Guillermo Francos buscan convertirse en arquitectos de ese nuevo tiempo. Todo puede suceder...
El jefe de Gabinete hoy es un interlocutor válido para el gobernador Carlos Sadir. De los primeros meses, de resquemores y diálogos fríos, no queda casi nada. El fuerte apoyo del jujeño a la Ley Bases, y particularmente al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones, Rigi, terminó de afianzar el buen diálogo. Y el plus es la consolidación del liderazgo de Carlitos que debe abrirse paso con el mismo esfuerzo, tanto dentro como fuera de la UCR, partido de portentosa trayectoria, que permanece extrañamente en un estado de hibernación que contradice su historia y su ADN. "El Jefe" Karina sigue de cerca el crecimiento del partido que sustente al Gobierno. Desde lejos mira a Jujuy, motivo de su asombro y satisfacción por el enorme trabajo político de los libertarios. Enorme y desordenado: cada día llegan cientos de nuevas afiliaciones a LLA, tantos, que la Justicia Electoral que preside Ekel Meyer deberá poner orden al apresurado crecimiento, y a las rencillas que se generan en forma permanente entre los principales referentes libertarios de Jujuy por mostrar conducción y supremacía. Se comenta que habría un fuerte apoyo de las iglesias evangélicas a LLA, que marcan así sus diferencias con la Iglesia católica, que en Buenos Aires y otros sitios, volcó sus "misas de protesta" hacia furiosos ataques al presidente Milei. El peronismo local, en su interna sin salida, se atascó en las críticas al Rigi, desviando el centro de gravedad de su situación: un distrito con una intervención debilitada que ya no podrá sostenerse mucho tiempo. Y si tanto barullo y reacomodamiento termina modificando el mapa político nacional y provincial... ¿a quién habría que culpar, o agradecer?