La vida es un ciclo eterno. A un ciclo le sigue otro, las estaciones se suceden.
El sabio Salomón decía que hay un tiempo para todo. Tiempo de reír, tiempo de llorar, tiempo de sembrar, tiempo de cosechar. . .
¿Y qué nos invita el otoño, si no es a soltar?
El frío nos acompaña a ir a la cueva, adentro. Permanecer en búsqueda de lo cálido. Algo íntimo. Casa. ¿Por qué son importantes los tiempos para adentro?
¿Por qué la cultura nos seduce, nos bombardea? ¿Por qué parece que la alegría está afuera, en la intensidad?
Porque empobrecer al ser humano es un objetivo para domesticarlo, para que sea manipulable, para que crea que no tiene poder. Un títere que por sobrevivencia se aferrará a lo seguro, sin importar si lo hace feliz o no. No soltará. Preferirá quedar en el dolor a atravesar el dolor que implica sanar, elaborar un duelo, una pérdida. Pocos tienen la capacidad como el águila, que llegado su momento va a lo más alto de la cumbre para soltar su plumaje, su pico. Una suerte de muerte que le permitirá resurgir.
En la sabiduría de la vida, las estaciones nos ayudan a los movimientos del alma.
Esa conciencia suprema conoce que la manera de ser libres y creadores implica soltar las distracciones, dejar de perder el tiempo.
El enfoque viene de la atención, de la concentración. Es un poder que implica selección y decisión. El poder interno viene de esa energía, de nuestra fuerza interna, de la capacidad de prestar atención a lo que realmente es importante para nosotros. ¿Qué deseas?
¿Dónde tienes enfocada tu atención? ¿Estás distraído? ¿Estás siempre pendiente del afuera? ¿A qué te aferras? ¿Vives del pasado? ¿Te aferras a las noches sin estrellas? ¿Tienes demasiadas expectativas que te impiden ver el presente? ¿Te aferras a amores que fueron? ¿Aún te duele lo que no pudo ser? ¿Aún guardas viejos rencores, decepciones? ¿Aún tienes exigencias, juicios sobre tus padres? ¿Aún sigues aferrado a esas heridas y te has cerrado para no sufrir? ¿Alguna vez has pensado en el enorme costo para tu felicidad en el no poder soltar, el no poder fluir con la vida, el no poder asentir a lo que fue y crecer?
Danza con la vida.
Deja que el frío te lleve al hogar en el que el fuego transmuta tus heridas, suelta todo aquello que sólo retiene tu energía.
Abraza tu desnudez, como el árbol cuando queda sin sus hojas.
En la sabiduría de la vida hay un tiempo para todo.
¿Qué es hora de soltar?
¿Quién serías si sueltas tu identidad, tu máscara, ese que crees que eres por ser leal a la historia que te has contado de ti y de la vida?
Otoño, tiempo de soltar. Tiempo de mismidad. Tiempo de atención plena. Tiempos para fecundar nuevas creaciones.
(*) Licenciada en Psicología; coach ontológico profesional; magister en Salud Pública con mención en Atención primaria de la salud; especialista en Salud Pública; consteladora; facilitadora en procesos de comunicación, resolución de conflictos, expansión de la conciencia, liderazgo; coordinación de grupos y conciencia de redes; y facilitadora en entrenamientos a líderes en gestiones de oratoria y comunicación. pamela_arraya@yahoo.com.ar, cel. 3884416256.