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13 de Octubre,  Jujuy, Argentina
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Los vulnerados

Viernes, 25 de octubre de 2024 01:01

Por BERNARDO MONTECINO “PORTADORES de CRISTO”

Quiero compartir con ustedes un hermoso suceso que ocurrió durante mi jornada. Mientras buscaba algo en el depósito, mi atención fue capturada por algo inusual en el suelo: un diminuto colibrí. Al principio, pensé que era un juguete dejado por los niños de la casa. Sin embargo, al acercarme con cuidado, me di cuenta de que era una pequeña criatura viva.

Conmovido por esta inesperada escena, decidí llevar al colibrí dentro de casa. Mi esposa Moni y yo improvisamos un lugar de descanso para él: una caja acolchada y un recipiente con agua azucarada. Sin embargo, el colibrí parecía incapaz de tomar el néctar que le ofrecíamos.

Mientras lo observábamos con incertidumbre, comenzamos a darle más atención y cuidado. Poco a poco, algo asombroso sucedió: el colibrí empezó a responder a nuestras atenciones. Sus movimientos, al principio torpes, se transformaron en señales de vida renovada.

Después de un tiempo, comenzó a beber con fuerza y vitalidad, como si estuviera recuperando energía con cada gota de néctar. Era evidente que el pequeño colibrí estaba mejorando.

Lo dejamos descansar, confiando en que se recuperaría por completo. Al regresar, lo encontramos volando libremente por la habitación, una señal clara de que estaba listo para volver a la naturaleza.

Finalmente, llegó el momento de dejarlo ir. Abrí una de las ventanas de la casa, y, aunque por un momento consideré la idea de quedármelo, entendí que su lugar era en libertad. Lo alenté a volar hacia su destino, sabiendo que ya estaba listo para continuar su viaje.

Esta experiencia me dejó una profunda reflexión sobre aquellos vulnerados de nuestra sociedad, una sociedad cada vez más indiferente. ¿Cuántos niños, jóvenes, hombres, mujeres y ancianos, como este pequeño colibrí, pasan desapercibidos en nuestro día a día, mientras estamos inmersos en nuestros propios pensamientos y ocupaciones? Vivimos en una sociedad violenta y despreocupada del otro, no solo en términos de violencia física, sino también institucional, emocional y familiar.

Basta con detenerse solo algunos minutos en cualquier lugar de una ciudad para percibir a aquellos que son violentados o vulnerados por la misma sociedad que todos conformamos, una sociedad cada vez más enferma de poder y riqueza. En esta sociedad, la meta parece ser únicamente lograr beneficios personales. No hablo de no progresar o crecer como persona, sino de reflexionar: ¿cuánto tiempo nos tomará atender a los más olvidados, a aquellos que muchas veces evitamos que se nos acerquen?

Cuántas historias podríamos contar, como la de este colibrí. En lo personal, la vida me ha permitido conocer a muchos de aquellos que son una carga para la sociedad: jóvenes y no tan jóvenes con vidas destruidas por las adicciones, el abandono y la violencia del sistema. Personas sin fuerzas para seguir adelante, marginadas por su comportamiento, por cómo hablan o visten. Nuestra sociedad está llena de pequeños colibríes, esperando que tú y yo nos detengamos un instante. Parece una tarea imposible de lograr o una tarea para alguien con mucho poder, pero la solución solo depende de cada uno de nosotros. Cuando camines por tu ciudad o tu barrio, no les esquives la mirada a los vulnerados.

A veces, nos enfrentamos a situaciones difíciles que requieren paciencia y cuidado, pero con el tiempo y el esfuerzo adecuado, es posible encontrar las fuerzas para seguir adelante.

(*) La Fundación Luz de Vida agradece a Bernardo Montecino, presidente de la asociación civil "Portadores de Cristo" por este tan valioso artículo. La Fundación trabaja fuertemente en "educar, prevenir y restaurar" a través de escuela para padres, talleres, consejería, contención familiar y grupos terapéuticos llamados "Grupos de luz". íContáctenos! J. Newbery 508 esquina Uriondo en San Salvador de Jujuy. Comuníquese al 388-4479595, o ingrese a nuestra página de Facebook e Instagram: Fundación Luz de Vida. íEstamos para ayudarles!

 

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