La vida le deparó una gran sorpresa a Nicolás Martínez cuando decidió emprender un nuevo camino y dejar que la experiencia a través del viaje, se hiciera presente en su existencia.
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La vida le deparó una gran sorpresa a Nicolás Martínez cuando decidió emprender un nuevo camino y dejar que la experiencia a través del viaje, se hiciera presente en su existencia.
Inquieto por descubrir y tener una perspectiva diferente, con veinte años optó por una nueva posibilidad. Entonces surgió el desprenderse de su trabajo permanente y de su emprendimiento como administrador de canchas de fútbol en Bajo La Viña.
Fue un primer paso necesario para dar ese salto que necesitaba a nivel personal. "Desde que era chico mi idea era viajar, aprender nuevos idiomas y soy consciente que quería una vida distinta. Cuando cumplí veinte, vi que existía una posibilidad", expresó Nicolás Martínez, el jujeño que hoy tiene treinta y dos años y que renunció a todo para llegar a alcanzar su sueño.
El costo era grande, pero lo hizo. "Me dije: 'Tiempo, salud y dinero' es lo que tengo ahora y puedo hacerlo, eso me animó", destacó Nicolás que habló en profundidad con su mamá y le detalló sobre esta decisión que terminó por ser trascendental. "Mi mamá fue la persona que siempre me acompañó. Con ella hablé desde el primer momento y lo aceptó", explicó. No obstante, antes de viajar se asesoró de la mejor manera y buscó trabajo para ir a lo seguro. Así, llegó a territorio azteca. En 2022 y 2023 estuvo en Tulum, luego en 2024 en Playa del Carmen y ya; en 2025, en Ibiza, España. Al ser un paisaje con energías renovadoras, la sorpresa estuvo presente desde el primer encuentro con la cultura centroamericana. "Fue un lindo lío, no había trabajado allí pero todo fue para crecer. Hoy hablo tres idiomas. Me pasó de preguntar por trabajo en un restaurante italiano a la mañana y, tiempo después, terminé siendo encargado, de otros cuatro restaurantes. Mi pareja es alemana. Cuando llegué, ella trabajaba en el hotel donde me hospedé", afirmó con emoción y sorprendido por sobre cómo se fueron presentando las circunstancias a su favor.
Feliz por ser un elegido, Nicolás percibió las energías fluctuantes que le proyectaron una luz muy particular desde la primera hora, en su paso por América Central. "Sinceramente, creo que México es un gran portal, un lugar donde pasan cosas muy locas. Vivir tres años ahí, me hizo interpretar personas, momentos y puertas que se abrieron, es muy loco", dijo con la convicción puesta en desplegar cómo fue su experiencia personal.
Gracias a la conexión latinoamericana, abrevó de la cultura con todo lo que implicó; los colores, el día de los muertos, las catrinas, la gastronomía y el ritmo de vida. "La naturaleza es algo especial. El Caribe es único en el mundo, más en temporada alta donde se llena de turismo, con gente de todos lados y ahí se generan las conexiones", comentó.
El salto lo dio a Europa por una necesidad de reencuentro de su novia con la familia de origen, por lo que ambos eligieron Ibiza como punto medio, entre Alemania y España. "Es una locura la vida en España, es impresionante. Es una ciudad que tiene de todo, pero al principio era saltar a una pileta y rogar que tuviera agua", recordó el joven que le costó más el primero de los viajes, en menor relevancia el segundo y, el tercero, menos.
Se trata de recomenzar la vida según las situaciones que se presentan. "Hace poquito encontramos casa en Ibiza y fue algo increíble. Trabajamos en el mantenimiento de los jardines en las mansiones", indicó Nicolás que cambió su visual sobre la vida, dejando atrás prejuicios y dudas. Recomenzó como cinco veces su historia, haciendo que la migración sea consecuencia de la buena fortuna. "Arranco mejor mi día, me levanto con una sonrisa. No soy pesimista, pero no quería desilusionarme. Ante la angustia tengo mi ángel", indicó el jujeño que vive en playa de Cala Salada; un privilegio que agradece profundamente a San Miguel Arcángel. "Me acompaña porque mi mamá me lo dio en estampita antes de viajar, así que en todos mis viajes está conmigo y sé que en tiempos de angustia hace que todo se acomode. Es cuestión de no perder la fe", expresó Martínez sobre lo que le acontece a diario, considerándose una persona divinamente protegida.
Disfrutando a su alrededor de bellísimas postales naturales, con el sol agradable y el turquesa de las aguas, contempla maravillosos lugares como los había soñado en algún pasado distante. Hoy ese anhelo, lo motivó a desplegar más sus alas y a hacerlo volar alto con la esperanza de un nuevo giro en sus días. Mientras, en tiempos libres, focaliza su energía, recorre junto a su novia, las playas -más de sesenta y cinco- para explorar cada rinconcito de aquél paraíso terrenal. "Gracias a Dios uno aquí se gana todo con el esfuerzo, lo que me gusta es el respeto y la actitud de la gente", indicó Martínez sobre este lugar cuyas noches son electrónicas de principio a fin. "En Ibiza, cualquier cosa puede pasar, desde encontrar a un buen amigo o al amor de tu vida. Una gastronomía rica en la ciudad que no descansa", comentó este jujeño feliz de vivir a su tiempo, este proceso personal que sabe y siente, lo guiará al progreso en todo orden, desde en una de las ciudades más cosmopolitas del mundo.