¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

26 de Junio,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Con cánticos y rezos recordaron a Rubín

A 96 años del natalicio del misionero de la sotana raída.
Miércoles, 07 de mayo de 2025 01:04
Tarcisio Rubín

"Fue mensajero de Dios, Tarcisio de cualquier parte, así lo quiso el destino por su oficio de caminante. Su nombre se volvió zamba en los verdes cañaverales, llevando un niño en sus brazos, Tarsicio con sus bondades".

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

"Fue mensajero de Dios, Tarcisio de cualquier parte, así lo quiso el destino por su oficio de caminante. Su nombre se volvió zamba en los verdes cañaverales, llevando un niño en sus brazos, Tarsicio con sus bondades".

Con los sentidos versos del poeta mendieteño René Donaire, con oraciones y cánticos en el lugar donde descansan sus restos, se recordó ayer la figura del padre Tarsicio Rubín, el misionero de la sotana raída, que recorrió los puntos cardinales de nuestro país, llevando sólo lo puesto y en sus manos el rosario, la biblia y la mirada profunda color cielo que llegaba al alma de quienes tuvieron la bendición de tenerlo a su lado.

Fueron muchos los caminos desandados, escabrosos caminos en busca de los pobres, de los trabajadores golondrinas, de los migrantes muchas veces marginados, a quienes no sólo evangelizó, sino que se hizo uno con ellos.

Muchos fueron testigos de su servicio, Tarcisio fue el misionero cuya mayor felicidad fue hacer la voluntad de Dios. Se hizo débil con los débiles, caminó a su lado y los ganó para Dios.

Aniversario

El padre Tarcisio Rubín nació el 6 de mayo de 1929 en el pueblo de Loreggia, provincia de Padua, Italia. Fue ordenado sacerdote, el 21 de marzo de 1953 en la Catedral de la Piacenza.

Llegó a Argentina el 9 de abril de 1974. En 1975, Dios guió sus pasos hacia el norte argentino. Fue figura preponderante en el establecimiento y organización de los misioneros scalabrinianos en San Pedro de Jujuy, desde donde se canalizaron las actividades tendientes a la atención de los migrantes de la zona.

A fines de septiembre de 1983, el misionero cayó gravemente enfermo y fue derivado a un centro especializado en Córdoba.

Pero desoyendo a toda prescripción médica, cumplió con el que sería su último sueño, el de volver a Jujuy. Al llegar a San Pedro, siguió hasta San Francisco de Valle Grande y por camino de herradura, subió al cerro a visitar las familias de Alto Calilegua.

El 2 de octubre, la directora y un grupo de niños de la escuelita de Alto Calilegua fueron a recibirlo a la entrada del pueblo. Luego de celebrar la misa a las 21, se retiró a orar a la capilla.

Al día siguiente, los niños fueron a despertarlo y encontraron su cuerpo sin vida, tendido frente al altar, delante del Santísimo. Sus restos fueron trasladados hasta San Pedro de Jujuy y descansan en la capilla del cementerio Cristo Rey.

 

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD