La alegría en su sonrisa siempre la acompaña y es que en su vida revela que hay energía, enseñanza y movimiento. Así, Cintia Roxana Maizares vive cada momento con la felicidad plena desde la que aprende de las pruebas que tiene que atravesar.
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La alegría en su sonrisa siempre la acompaña y es que en su vida revela que hay energía, enseñanza y movimiento. Así, Cintia Roxana Maizares vive cada momento con la felicidad plena desde la que aprende de las pruebas que tiene que atravesar.
No obstante, la discapacidad leve, le ayuda a saber desenvolverse con facilidad y la paciencia desde que era una niña, ya que vive con su mamá en El Carmen.
Pero la vida le enseña a descubrir el mundo de otra manera y desde la sensibilidad de ser mamá; aprendió de la danza con el ánimo encendido, motivo por el que logró comprender el sentido de su expresión a cada paso y con espontaneidad.
Hoy su presente la encuentra en pareja con un joven que tiene hipoacusia y que conoció a través del arte en la danza, coincidencia preciosa tanto para la superación personal como la evolución de ambos, como seres humanos.
No se trató de un escape a las dificultades que les toca vivir, sino de apostar por el amor y formar una familia.
Es una persona que halla en el arte su forma más genuina de brindarse desde hace quince años, donde abraza su don expresivo, siendo uno de los pilares la Fundación "Ecos de Luz" desde el inicio.
Es que a través de este mágico descubrimiento, ella encontró en los talleres de la reconocida entidad, una contención más que importante. Allí fue acunada con amor y creció en la habilidad por destacarse sobre un escenario.
Sin embargo, en el contexto pedagógico no pudo salir adelante, pero día tras día intenta con entusiasmo vencer los obstáculos que se les presentan o también abrir con voluntad renovada esas puertas que en distintas oportunidades se le cerraron, pero todo mediante actitud, porque es lo que hace la diferencia. Es que su energía personal irradia una fuerza que lo puede todo y le coloca una gran sonrisa a lo que hace.
Gracias a una posibilidad hermosa en el año 2014, tuvo la suerte de conocer al Papa Francisco en una audiencia cuando viajó junto a "Gestos de Amor" y el músico "Memo" Vilte, como parte del ballet "Ecos de Luz" en una delegación especial para demostrar el amor por la danza frente al Sumo Pontífice fallecido.
En aquél encuentro la emoción ganó ante los presentes expresando en una zamba, la idiosincrasia de una coreografía sentida desde lo más profundo del corazón.
El máximo escenario europeo fue el Vaticano, en Roma; donde tuvo la posibilidad de dar lo que mejor sabe hacer mediante su expresión, pero además resaltó su esencia en escenarios como Cosquín, San Luis y en las fiestas patronales de San José de Perico, entre otros lugares más donde brilló ante los espectadores.
En cuanto a los géneros de baile, direcciona su talento hacia el tango, los ritmos urbanos y el reggaetón; ya que tiene una amplia gama de conocimiento en lo que es la danza en general.
Como persona es una fiel agradecida a Dios que reconoce y sabe valorarse al crecer y vivir para su familia. Asimismo, en cada actividad brinda mucha vibra positiva que logra compartir en los grupos de personas con las que socializa constantemente. Considerada como uno de los pilares fundamentales de la Fundación "Ecos de Luz", adora la solidaridad e incentivar a sus compañeros a seguir por el camino del arte sin dejarse caer.
Es que por su carácter optimista, es de las integrantes que colabora con los demás bailarines y los motiva a encontrar en la danza un espejo que refleje lo mejor de ellos mismos.
Cintia es una persona admirable, ya que en todo momento está pendiente de lo que necesitan los demás y, en su calidez, da una palabra positiva y una mirada con una perspectiva particular y que enseña desde el alma.