San Pedro (corresponsal) El sueño de Antonela Ladru, una joven bailarina y artista sampedreña, se hizo realidad en este 2025 cuando pudo estar presente bailando en los carnavales de Río de Janeiro Brasil, una de las festividades carnestolendas más importantes del mundo.
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San Pedro (corresponsal) El sueño de Antonela Ladru, una joven bailarina y artista sampedreña, se hizo realidad en este 2025 cuando pudo estar presente bailando en los carnavales de Río de Janeiro Brasil, una de las festividades carnestolendas más importantes del mundo.
El camino fue largo, pero no por eso menos satisfactorio. Su relación con la danza, con el carnaval y la samba brasileña se inició desde muy pequeña. Con apenas 8 años y después de una anécdota muy linda con su madre, se puso su primer traje junto a su hermana y su amiga Daniela con quienes debutó en el carnaval de San Pedro de Jujuy en la Comparsa artística Yaounde.
Desde ese momento y durante 17 años tuvo una participación activa e ininterrumpida en los corsos de la perla del ramal jujeño, alternando entre diferentes comparsas como Perlas del Ramal, Yaounde, entre otras.
A medida que transcurrió el tiempo, su amor por la danza la llevó a tomar con mayor seriedad su participación en los corsos y todo lo que implica ser una artista del carnaval. Comenzó a prestar atención a la vestimenta, la musicalidad, los pasos de baile y la técnica. “Lo que comenzó como el deseo de una niña, terminó siendo algo más profesional” afirma Antonella Ladru.
Durante la adolescencia dedicó parte de su tiempo a mirar otros carnavales, como el de Gualeguaychú, Corrientes y especialmente el de Brasil en Rio de Janeiro. Quería aprender nuevos ritmos, coreografías y pasos de samba para luego traerlos al circuito del carnaval sampedreño.
A fuerza de estudio y experiencia en diferentes talleres en los que participó entendió que la samba brasilera no es solo una danza, sino más bien una cultura, una forma de vida que engloba muchos aspectos. “El que entra al mundo de la samba, ya no sale” declaro muy orgullosa la joven sampedreña. De esta manera, invirtió tiempo y dinero para viajar a diferentes puntos del país donde se dictaban workshop y talleres de samba brasilera.
Con más experiencia en el baile y mejor técnica los resultados comenzaron a verse en el corsodromo. En 2022 y 2023 representando a la Comparsa Artística Amazonas fue elegida como la mejor pasista de los corsos de San Pedro de Jujuy. Allí cumplió otro de los sueños que tenía como artista del carnaval sampedreño.
Llena de confianza y orgullosa de sus logros Antonella fijó otra meta en su carrera con la danza. Comenzó a participar en competencias de samba que se llevaban a cabo en otras provincias de Argentina. Fue así que en 2024 participó de un workshop en la provincia de Córdoba, donde compitió con otras bailarinas, y cuyo premio era ser parte de una escola do samba en el carnaval de Río de Janeiro. Aunque el resultado de la competencia no le fue favorable, la vida inmediatamente le dio otra oportunidad.
Uno de los miembros del jurado, director de una escola brasilera, le dijo que tenía un lugar para ella en una de las alas de pasistas y la invitó a ser parte de los mejores carnavales del mundo. “El sueño de la piba” como ella misma lo define estaba cada vez más cerca.
Desde ese momento, junto a su familia y amigos comenzaron a trabajar para concretar el viaje a Brasil. Entre algunas de las tantas cosas que hizo para recaudar dinero Anto Dulce volvió a dar clases de samba a niñas de la ciudad, vendiendo cosas dulces y recibió mucha ayuda y cariño de todos sus seres queridos.
Con su valija llena de sueños, nervios y anhelos, acompañada de su madre, partió hacia Brasil para su primer ensayo técnico que fue el 20 de febrero de este año. La primera escola con la que desfiló se llama “Unidos de padre Miguel”. Allí fue parte de la serie especial y pudo conocer el “Marques de Sapucai”, el famoso sambodromo de Rio de Janeiro en Brasil.
Metida en ese fabuloso mundo del carnaval brasilero fue invitada a quedarse y participar de la serie Ouro en el carnaval de Río, siendo parte de la escola “Porto Acari”. Otra experiencia formidable para la bailarina sampedreña. El sueño de aquella niña que comenzó a bailar a los 8 años estaba cumplido y fue coronado con su participación en el Carnaval de Uruguaiana en la escola Cova Da Onca, donde se reúnen pasistas no solo de Brasil sino de los países limítrofes. Un evento de los eventos carnestolendos más importantes que se realizan como corolario del carnaval de Brasil.
De regreso en San Pedro, Antonela se siente orgullosa de ella misma, de su recorrido y de las metas alcanzadas en el arte y en la danza. Su camino en el mundo del samba brasilero sigue adelante. A partir de ahora, continuará enseñando esta cultura y como dice con total seguridad “sembrar en las niñas el amor hacia esta danza y esta cultura. Que tengan la oportunidad que nosotras cuando fuimos chicas no tuvimos. Y también que el corso de San Pedro llegue a todo el mundo”.