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2 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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Los tres pilares para vivir

Lunes, 08 de julio de 2024 01:04

De igual manera que los pulmones son imprescindibles para respirar, o los miembros inferiores para caminar, también en la edificación integral de cualquier persona son fundamentales pilares especiales que aseguren su naturaleza.

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De igual manera que los pulmones son imprescindibles para respirar, o los miembros inferiores para caminar, también en la edificación integral de cualquier persona son fundamentales pilares especiales que aseguren su naturaleza.

A la ya conocida importancia de la alimentación suficiente y saludable en los primeros meses de vida que consolida el "árbol de primavera", armónico y normal crecimiento de todas sus capacidades en los niños.

Se ubica el "árbol de otoño" o "campo arrasado" del "mal alimentado". Esto en referencia a la construcción del tejido nervioso cerebral o cableado neuronal. ¿Dónde radica su importancia? Que los rendimientos en forma temprana serán difíciles, proyectándose a todas las etapas de la existencia. Si bien en medicina 2 x 2 no es = 4, no es menor el dato a tener en cuenta sobre la influencia de la alimentación.

Lo hasta aquí dicho reviste gran importancia, sin embargo no es el tema que deseo desarrollar.

Veamos. Cuando hablo de "tres pilares para vivir" me refiero al ambiente imprescindible en que debe crecer y desarrollarse todo niño. Este "ámbito" debe incorporar para la misión en su currículo valores irreemplazables a saber amor, conciencia práctica del deber y salud mental.

Estos tres pilares tienen considerable importancia y es dable apreciar en el futuro comportamiento de "ese" ser.

Comencemos por el amor. En un ambiente tenso, donde no se aprecia el deseo de compartir, tampoco dialogar y es notorio el poco apego a tratar temas que hacen al funcionamiento del hogar, es evidente la ausencia de afectos. Esto el niño rápidamente lo percibe, sobre todo en los silencios que lo aturden y debilitan su personalidad. . . "es el mundo que conoce" y daña, más aun cuando las agresiones se vuelven una constante.

A la inversa, la presencia de amor se posiciona y crea un mundo diferente, de confianza y paz, de afectos y diálogos permanentes. Lugar donde las manifestaciones de cariño son frecuentes y la comprensión y perdón una forma de vida. "Ama y haz lo que quieras", decía San Agustín, sintetizando de esta manera que desde el amor solo pueden nacer cosas bellas, aceptables.

El amor es el que nos convoca un buen día a unirnos para siempre, entendiendo que no somos perfectos y no siempre estaremos de acuerdo. Sobre esa base la "madurez" puede labrar el complemento.

Por otro lado, perfecto hay uno solo y está en los cielos: Dios. Como vemos, es un capitulo intenso y hermoso, no obstante hasta aquí llegamos para lograr tratarlos otros dos pilares.

Conciencia práctica del deber. ¿A qué me refiero? Los hombres en general asumimos la paternidad con gran orgullo y amor, pero pronto las obligaciones laborales crean un espacio y tiempo que distancia el objetivo primordial de "estar" y apoyar la crianza de los hijos. Detalle no menor que debilita la impostergable tarea de educar. Sus consecuencias pronto se perciben, una madre abarrotada de tareas en soledad, con un padre que así se siente cómodo, cumpliendo con el hogar en la manutención económica. Y no es de sorprenderse si en días feriados o fines de semana debe recrearse con algún tipo de entretenimiento (pesca o fútbol). Mientras, la madre todo debe hacer. Hoy las cosas se complican más ante la necesidad del trabajo femenino obligado ante la escasez de recursos, con lo que debe abandonar la misión primera de ser educadora de sus hijos. Redondeando digamos que en ese gesto involuntariamente renuncia a la misión de constituir el hogar en "escuela del más rico humanismo".

Hay quienes defienden esta situación con el atendible argumento de "que no es tan valorable el tiempo" como "la calidad del mismo". Como si de natural estos se contrapusieran. En fin, esta última situación es nuestra realidad, pero no por ello desdice el valor de tener a mamá y papá cerca, sobre todo durante la niñez.

Salud mental. No es extraño en esta época padecer algún tipo de trastorno psiquiátrico. Sus causas naturalmente son múltiples y no es el caso su análisis. Si en cambio hacer notar cuanto repercute en la vida de relaciones algunos de sus padecimientos. El cansancio (no es una patología) es una constante y no infrecuentemente lleva a estar predispuesto al conflicto, mucho más cuando llegamos a padecer depresión o ansiedad, trastornos de conducta, trastornos de estrés postraumático, etcétera. Todas afecciones que no colaboran con lo esencial en una relación; me refiero a la paciencia, comprensión, afectos. Elementos indispensables en la convivencia. ¿Cuál es su importancia para ser un "pilar"? Cuando los hijos se crían en un ambiente poco acogedor, donde los insultos, gritos y ofensas son habituales, no es difícil reserve en el inconsciente similares actitudes en su desarrollo. Suelen ser temerosos, tímidos o violentos. Es en definitiva lo que la "pequeña escuela" les enseñó.

Es necesario entonces tener en cuenta estos tres pilares a la hora de conformar una pareja, porque de allí saldrán a la vida o sociedad personas egresadas de la mayor de todas las escuelas: "La familia"; bien llamada "formadora de personas", o al decir de San Juan Pablo II "familia en ti se fragua el destino de la humanidad".

No es un hecho menor que se pueda delegar.

 

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