Pesebre "Niño de Belén" de Barrio Norte se fundó en diciembre de 1984, cuando Amelia Bustamante recibió una imagen del pequeño Jesús de parte de su madre. Cuenta la historia que doña Concepción Urbina la envió desde Humahuaca en una caja de habas, que atravesó el norte jujeño para llegar a esta ciudad con el fin de que terminara en manos de su hija para que sea adorada.
inicia sesión o regístrate.
Pesebre "Niño de Belén" de Barrio Norte se fundó en diciembre de 1984, cuando Amelia Bustamante recibió una imagen del pequeño Jesús de parte de su madre. Cuenta la historia que doña Concepción Urbina la envió desde Humahuaca en una caja de habas, que atravesó el norte jujeño para llegar a esta ciudad con el fin de que terminara en manos de su hija para que sea adorada.
El Tribuno de Jujuy dialogó con Néstor Paredes, hijo de la fundadora del Pesebre "Niño de Belén", quien contó un poco la historia de esta hermosa tradición. "A partir de diciembre nos empezamos a preparar para adorar sin el niño en el pesebre, por tradición el niño va a la misa el 25 de diciembre y recién se realiza la colocación de mismo en nuestro hogar", recalcó.
Asimismo, comentó que con mas de veinte parejas de adoradores pequeños y grandes, para el Día de Reyes se realiza la adoración más la misa para que el "Niño Jesús" sea bendecido y luego se comparte un agasajo.
Finalmente, antes de concluir la etapa de pesebres, se hace la tradicional "pisada" del Niño, donde todos los chicos ingresan de rodillas al pesebre y se coloca a la imagen sobre sus cabezas, mientras se reza un Ave María y un Padre Nuestro, mientras los padres adoran la ancestral danza con el palo y las cintas, una gran ceremonia de festejo. Luego se sale a recorrer el último paseo por las calles del barrio para cerrar de esa manera el ciclo.
Cabe destacar que el pesebre participó durante los años 1985 y 1987 de innumerables concursos, en los cuales en varias oportunidades salió victorioso en categorías como vestimenta, adoración, pesebres domiciliarios y villancicos.
Desde allí la tradición fue creciendo y cada año el pesebre se preparaba para las fiestas con sus mejores galas para adorar y servir al Niño Jesús. A su vez también recibió la visita de importantes personalidades locales, como Don Chañi y sus músicos, entre otros.
Hasta la actualidad lleva cuarenta años de trayectoria contagiando alegría y colmando de bendiciones a cada hogar que visita, manteniendo viva la tradición jujeña de la adoración y la esencia de la misión desde el primer día.