Estadio Único Diego Armando Maradona de La Plata será el epicentro de un reencuentro que parecía imposible: la banda que marcó generaciones enteras vuelve a tocar en vivo, con la promesa de una noche que marcará el inicio de tantas y quedará grabada en la historia del rock nacional.
La noticia de su regreso explotó como una bomba entre los piojosos, ese grupo de fieles que nunca perdió la esperanza de volver a ver a Ciro y compañía sobre un escenario. “Estamos dejando todo en cada ensayo, repasando temas que hace mucho no tocábamos”, declararon los músicos a través de sus redes sociales. Algunos videos que se filtraron dejaron ver lo que muchos sospechaban: la lista incluirá clásicos como “Verano del ‘92″, “María y José” y “El Farolito”, himnos que sonarán como si el tiempo nunca hubiera pasado. Pero también habrá lugar para sorpresas, un guiño especial para los que esperaron con paciencia durante más de una década.
Sin embargo, este regreso no está exento de cierta melancolía. Micky Rodríguez, el histórico bajista, no será parte del show. Su ausencia, aunque dolorosa, no parece opacar la energía que los demás integrantes están desplegando. “La esencia de Los Piojos está intacta”, aseguran desde el entorno de la banda, como un mantra que busca tranquilizar a los seguidores. Y es que la banda siempre fue más que la suma de sus partes: fueron un fenómeno que trascendió lo musical para convertirse en una identidad compartida, un ritual que se grita con fuerza desde el corazón.
El Estadio Único Diego Armando Maradona en la ciudad de las diagonales será el escenario de esta celebración. Con una puesta en escena renovada, luces impactantes y una lista de invitados sorpresa, en lo que prometen ser una de las siete noches inolvidables. Los de El Palomar repetirán el 15, 18, 21 y 22 de diciembre y 25 y 26 de enero del año próximo. Hasta el momento, son los únicos shows confirmados, a los que le suma la presencia en los festivales Cosquín Rock en febrero y Quilmes Rock en abril.
Los piojosos lo saben: este regreso es un acto de amor, una reafirmación de un vínculo que nunca se rompió. Porque Los Piojos no son solo canciones; son recuerdos, anécdotas, abrazos en medio del pogo. Son las primeras noches de juventud, los viajes interminables para verlos tocar, el amor al primer acorde, como si el tiempo no hubiera pasado, como si nunca se hubieran ido.
La imagen de Ciro Martínez, con su armónica en alto, se convirtió en un símbolo del rock argentino. Los Piojos no eran solo una banda: eran la voz de los barrios, de las calles, de aquellos que encontraban en la música un refugio y una forma de resistencia.
Ahora, quince años después de su separación, regresan para reavivar esa llama, con fanáticos de todo el país, quienes organizan viajes, pintan banderas y desempolvan viejas remeras que guardan historias de otros tiempos.
“Por unas horas vamos a volver a tener 18 años”, escribió un fan en uno de los tantos grupos de WhatsApp que se armaron para organizar la previa. Es que este regreso no es solo un recital: es una fiesta. Familias enteras, padres e hijos, amigos de toda la vida. Los que estuvieron en los primeros shows y los que nacieron después de su separación. Todos juntos, cantando y festejando al unísono por la banda que les cambió la vida.