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25 de Junio,  Jujuy, Argentina
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Anorexia y bulimia: siempre hay esperanza de estar bien

Martes, 05 de abril de 2022 01:01

Por R LIC. BRENDA RIVERA, Fundación Luz de Vida

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Por R LIC. BRENDA RIVERA, Fundación Luz de Vida

La Anorexia Nerviosa (AN) y la Bulimia Nerviosa (BN) son trastornos de la conducta alimentaria (TCA), que están afectando gravemente a nuestra sociedad.

Hoy el prototipo de la mujer hermosa y delgada es la que está de "moda".

Sin embargo los valores que quieren inculcarse en este tiempo no son los correctos.

"Engañosa es la gracia y vana la hermosura, la mujer que teme al Señor, esa será alabada. Proverbios 31:30".

La vida no consiste en la belleza física, sino en vernos como Dios nos ve. El Señor nos ama tal y como somos.

Los TCA son consecuencia de un esfuerzo por lograr el "cuerpo perfecto" con objeto de ser aceptado y así satisfacer la necesidad de sentirse amados de manera incondicional.

Este amor es posible encontrarlo en Aquel cuya esencia es el amor. Dios es amor y nos dice: "Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. Jeremías 31:3".

La AN y BN están provocadas por la ansiedad y la preocupación excesiva por el peso corporal y el aspecto físico.

Se convierte en la razón por lo cual se acude o no a un evento, es decir, se evitan las visitas a amigos en las horas de la comida, se deja de salir a restaurantes que sirvan alimentos "que engordan", de manera que la comida controla su vida.

Sin embargo, en lugar de buscar tener el control debemos elegir entregar el control de nuestra vida a Dios y confiar en Él con todo el corazón. "Fíate del Señor de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus veredas. Proverbios 3:5–6".

Las causas de los TCA están relacionadas con factores psicológicos como problemas emocionales, autodisciplina, depresión, vanidad y factores socio relacionales, es decir, la idea social de delgadez, la influencia de los amigos, la búsqueda de atención y la falta de apoyo social. Ocurren por lo general en la adolescencia entre los 13 y 20 años, ya que es un periodo en el cual el cuerpo se va desarrollando y cambiando tanto física como mentalmente. Son más prevalentes en mujeres.

La AN consiste en un rechazo a mantener el peso corporal mínimo normal, miedo intenso a ganar peso y una alteración significativa de la percepción de la forma o tamaño del cuerpo.

Es decir, estos pacientes son restrictivos, evitan comer por todos los medios. La BN consiste en atracones y métodos compensatorios inapropiados para evitar la ganancia de peso.

La secuencia es atracón-culpa-purga-atracón. La purga consiste en una compensación de la culpa que siente por el exceso alimentario por lo que se autoinducen vómitos, toma de purgas, diuréticos y/o realizan actividad física excesiva.

La personalidad de ambas es distinta: la persona con AN suele ser considerada como "niña/o modelo", perfeccionista, excelente estudiante con nivel intelectual elevado y con tendencia a huir de los conflictos y aquellos con BN suelen ser más impulsivos, intolerantes y se frustran más.

Es fundamental que todos los actores sociales se impliquen en la prevención: la familia, escuela, iglesia, hospitales, agencias de publicidad y moda.

Estos pueden generar un cambio duradero respecto a estereotipos culturales, a una alimentación saludable, promoción de vínculos interpersonales y mejorar la expresión de las emociones. En conjunto es necesario apuntar a mejorar la calidad de vida de las personas que padecen TCA o que se encuentren en riesgo de desarrollarlo.

El equipo de tratamiento debe ofrecer atención médica y psicoterapéutica y, de acuerdo con el caso, proporcionar terapia familiar o grupal, consulta ginecológica, psiquiátrica, endocrinológica y nutricional.

A su vez no debemos olvidar que muchas veces los TCA no constituyen el problema real sino síntomas del verdadero problema. Dado que el hombre es una unidad neumopsicosomática (espíritu, mente, cuerpo), la raíz de los problemas debe buscarse más allá, en su mismo espíritu.

En la mayoría de los casos allí se encuentra el origen del desajuste. El alejamiento de Dios y el quebrantamiento de sus leyes es la causa fundamental de los males de la humanidad. Por lo tanto la terapia debe ser intensa y comenzar en el espíritu. Esto se produce a través del arrepentimiento y la fe en su nombre, la sujeción a su autoridad, la renuncia al pecado y a las mentiras de satanás. En consecuencia Dios constituye el mejor Médico, el verdadero Sanador. "Sáname, oh Señor, y seré sano; sálvame, y seré salvo; porque tú eres mi alabanza. Jeremías 17:14"

Las personas que padecen TCA están sedientas de amor. Exprese su amor manteniendo la mirada en sus ojos y compartiendo tiempo de calidad. Ellos necesitan sentir el amor del Señor y el de usted. Recuerde lo que el Señor dijo: "en cuanto lo hiciste a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.

La Fundación Luz de Vida trabaja fuertemente en "educar, prevenir y restaurar" a través de escuela para padres, talleres, consejería y contención familiar. íContáctenos! Alvear 731, primer piso, oficina N°2. Comuníquese al 388-4544620, o ingrese a nuestra página de Facebook: Fundación Luz de Vida. íEstamos para ayudarles!

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