En el mediodía de hoy se estrena, a través de plataformas musicales digitales “Warmikuti”, el primer trabajo discográfico de la charanguista Rut Alonso.
inicia sesión o regístrate.
En el mediodía de hoy se estrena, a través de plataformas musicales digitales “Warmikuti”, el primer trabajo discográfico de la charanguista Rut Alonso.
Nacida hace 28 años en La Paz, Bolivia, Alonso convivió siempre con la música. Su padre, Agustín Alonso, es el reconocido charanguista no vidente de Cochabamba. Él le contagió a su pequeña hija el amor por este instrumento, a tal punto que la niña decidió, siendo ya adolescente, que el charango sería su compañero de vida y que vivirá con y de la música. La necesidad de una formación universitaria en temas que, a la par de claves, corcheas y bemoles, despertaban su juvenil inquietud, la trajo a Jujuy, hace aproximadamente ocho años.
A una materia de ser licenciada en Antropología, ya presentó un libro con la temática de las diferencias políticas; fue alcanzada por la Beca Estí‑mulo a las Vocaciones Científicas del Consejo Interuniversitario Nacional y continúa formándose en la universidad y en el territorio. En La Paz, Bolivia, esas pasiones se unieron cuando siendo adolescente decidió estudiar charango y una de las materias era antropología. Su destino se definió, en un tiempo y un espacio. Si bien comenzó solo tocando charango, en algún momento sintió que no podía dejar un mensaje rotundo sin ponerles voz a esas melodías. Fue entonces que, hace algo más de cinco años, se cruzó en el camino con Laura Chaker, quien la formó en canto y desde entonces ejecuta todo tipo de charangos, como ser el estándar, gualaicho y ronroco.
“Warmikuti”, su primera producción, amalgama esas pasiones, la antropología y la música. Este trabajo evoca al retorno de la energía femenina y a su renacimiento en un nuevo ciclo. Ella misma lo define como una ofrenda de vida a los sueños de una niña QichwaAymara, que llega a revolucionar la música andina. Es su primer álbum solista y estuvo a cargo de la producción musical y producción ejecutiva. Este álbum discográfico cuenta con 12 canciones, entre composiciones e interpretaciones. Fue grabado en San Salvador de Jujuy en el estudio Cactus, bajo la técnica de Ivana Guadalupe Barboza y Joaquín Medrano. Participaron especialmente Rosario Huertas, Daniela Delfín y Jorge Guari. El material se estrenará en plena festividad del solsticio de verano, conocido como Kapaq Raymi.