La Escuela Popular de Arte "Sueños Intactos" se reinventó como muchas instituciones que en esta cuarentena se readecuan a las posibilidades de esta cuarentena.
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La Escuela Popular de Arte "Sueños Intactos" se reinventó como muchas instituciones que en esta cuarentena se readecuan a las posibilidades de esta cuarentena.
En un principio, los docentes de la escuela, se toparon con el impedimento de la desigualdad en cuanto al acceso a los recursos para poder llevar adelante las clases virtuales.
"Particularmente en la comunidad barrial donde se encuentra inserta la escuela, muchos estudiantes no poseen computadora ni tienen acceso a internet por no poder costear ese servicio; otros ni siquiera tienen la línea telefónica habilitada permanentemente por el mismo motivo de no poder pagarlo", explica Lía Soriano, docente y parte de la coordinación de "Sueños Intactos".
A pesar de esta limitación, los profesores realizaron, además de clases virtuales en la plataforma Zoom, grabaciones de las clases artísticas, con recomendaciones de lecturas, videos, obras de diversos artistas para que los estudiantes puedan acrecentar sus conocimientos teóricos sobre las disciplinas que eligieron practicar; para que sigan ejercitando las coreografías, los pasos de baile, las notas en cada instrumento musical, los cantos, las aptitudes y destrezas que aprendieron en cada taller, procurando que sigan fuertemente motivados.
Los docentes explicaron que ante la pandemia del coronavirus y las medidas de aislamiento social obligatorio adoptadas para combatirlo, que conllevaron la imposibilidad de retomar las clases de manera normal, implementaron diversas estrategias para continuar con las actividades de la mejor manera posible. Así, "mantener un contacto fluido con los estudiantes y sus familias se convirtió en prioritario a través de grupos de Whatsapp, promoviendo en un primer momento, la participación en la toma de conciencia ante la grave situación, mediante juegos, consignas y realizaciones artísticas", expresa Soriano.
Los responsables de "Sueños intactos" entienden que el arte no es un lujo, sino una necesidad del espíritu humano, tan vital como el agua o el pan; y bien saben que el aprendizaje y la práctica de estas disciplinas es sobre todo un acto presencial donde las vivencias se desarrollan, consolidan y enriquecen grupalmente.
El desafío que se les presenta es seguir aportando desde el arte al desarrollo personal y la integración familiar, con nuevas posibilidades expresivas ante la inusual situación que nos toca vivir; pero "sabiendo que siguen intactas las ganas de volver a la escuela, a las calles del barrio, al teatro para reforzar con un gran abrazo el descomunal y hermoso sueño de ayudar a cambiar el mundo", expresa la docente.