"Niña mamá" permite al espectador introducirse, mediante entrevistas realizadas por asistentes sociales en oficinas del nosocomios de la provincia de Buenos Aires, a relatos de chicas muy jóvenes, algunas embarazadas, otras que acaban de parir y otras internadas por complicaciones en abortos clandestinos. Todas las jóvenes están atravesadas por el desamparo, por realidades y contextos complejos, con muy pocas opciones y signadas por la violencia, la carencia, las adicciones, la desinformación o la falta de contención familiar.
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"Niña mamá" permite al espectador introducirse, mediante entrevistas realizadas por asistentes sociales en oficinas del nosocomios de la provincia de Buenos Aires, a relatos de chicas muy jóvenes, algunas embarazadas, otras que acaban de parir y otras internadas por complicaciones en abortos clandestinos. Todas las jóvenes están atravesadas por el desamparo, por realidades y contextos complejos, con muy pocas opciones y signadas por la violencia, la carencia, las adicciones, la desinformación o la falta de contención familiar.
Andrea Testa (directora de "Pibe chorro" y codirectora junto a Francisco Márquez de "La larga noche de Francisco Sanctis") con respeto y sensibilidad presenta una propuesta cinematográfica cruda, dura e incómoda que sin duda favorece el debate sobre un tema difícil pero sobre el que hay que hablar.
En diálogo con nuestro medio la cineasta se refirió al filme que se puede alquilar online entrando al link https://vimeo.com/ondemand/ninamama por U$S 1. Vale mencionar que todo lo recaudado será donado a los dos hospitales públicos donde se rodó el filme Hospital Zonal General de Agudos "Dr. Carlos Bocalandro" (Tres de Febrero) y Hospital de Agudos Paroissien (La Matanza).
¿Cuál fue su objetivo al encarar este proyecto?
-"Niña mamá" es un documental que filmamos en el año 2018 en dos hospitales del conurbano bonaerense, lo que quisimos hacer es adentrarnos en una realidad, conocer los testimonios de vida de las protagonistas de la película que son estas jóvenes adolescentes, niñas que están atravesando embarazos no planificados, no intencionales la mayoría. Y poder, en ese encuentro, en ese escucha con ellas comprenderlas un poco más. Lo qué está sucediendo es muy fuerte, viendo las cifras hay algo ahí que da cuenta de una emergencia social, hay cosas que no se están pudiendo llevar a cabo, desde las políticas públicas que no llegan ya sea a través de la educación sexual integral o en la posibilidad de proveer de anticonceptivos. Y también saber qué es lo que sucede con los abusos en la infancia. Hay un montón de problemáticas que atraviesan estos embarazos. Y también la película lo que encontró es que muchas jóvenes mujeres llegan a los hospitales con abortos que se hicieron clandestinamente que ponen en riesgo su vida y también la película lo que intenta mostrar es cómo es posible tomar decisiones pero ¿cuándo no tenemos opciones para tomar esas decisiones?. Muchas mujeres tenemos los derechos vulnerados y aún más cuando se trata de mujeres que están inmersas en situaciones de pobreza y violencia.
El documental respeta distintas posiciones con respecto al tema del aborto ¿cómo trabajó eso?
Lo que quise hacer no fue imponer mi mirada del mundo sino justamente construir junto con otras visiones, por eso para mí era muy importante escucharlas a ellas que son las que están viviendo en su cuerpito estas situaciones. Y me encontré con muchos relatos, no sólo los que finalmente quedaron en la película, sino con los de muchas otras muchas jóvenes y adolescentes en situaciones muy diversas. Cada una tenía algo para decir y te pueden trasladar la angustia que sienten al llevar adelante embarazos cuando son tan chicas y también en los relatos encontramos muchos miedos y deseos. Además a partir de respetar la voz del otro apreciamos la complejidad de las situaciones porque además de estos embarazos no deseados hay un montón de otros derechos que no están siendo garantizados como la educación (todas tuvieron que dejar sus estudios) o el tema habitacional (dónde viven, cómo viven), cuáles son sus accesos a una buena alimentación para ellas y también para los niños que están por venir a este mundo, hay otras que ni siquiera tienen documento de identidad, o sea que está vulnerado su derecho a la identidad. Hay un encadenamiento que también se deja ver mostrando cómo son esas vidas y me parece que lo interesante era poder escucharlas e intentar crear lazos y puentes posibles para acompañarlas en sus decisiones aunque algunas no tienen las herramientas para decidir, como esa joven de 19 años con cuatro hijos que solicitó ligadura tubaria pero el hospital no se la pudo dar por falta de recursos; entonces llega con otro embarazo y víctima de violencia. Ella tomó una decisión pero no pudo ser acompañada por las políticas de salud pública. Las mujeres están atravesadas por la violencia, violencia institucional, doméstica, y estructural. El documental genera cosas para pensar.
¿Cómo fue el acercamiento con las entrevistadas del documental?
Las entrevistas estaban a cargo de los equipos de salud, nosotros sólo filmamos su intervención. No hay nada en la película que haya sido solicitado por nosotros; la película muestra los protocolos de asistentes sociales, trabajadoras sociales, pediatras que tienen esa pregunta justa que habilita una palabra. Lo que primaba era poder escucharlas a ellas y poder intentar en la medida que se pueda, con la falta de recursos que hay solucionar ciertas cosas. Porque tampoco el hospital puede resolver todo con estas entrevistas se intenta conseguir un acompañamiento, una contención. Algo que siempre dicen las trabajadoras sociales es que pueden contar con ellas, lo que me parece muy lindo porque quieren forjar un primer lazo para que las chicas no se sientan solas y para que vuelvan al hospital. Y otra cosa que llamó la atención es que en estos equipos de salud de servicios sociales, la mayoría son mujeres. Se nota la ausencia física del hombre y su presencia en los relatos cuando algunas chicas cuentan situaciones de violencia, esto no fue pensado a priori sino que el proceso de la película lo hizo aparecer y emerger.
¿Por qué eligió la cámara fija y el blanco y negro para el documental?
En principio porque yo quería una película documental sensible, que esté como atada al tiempo que yo vivenciaba en toda la etapa de investigación. Los equipos sanitarios se acercan a las chicas con cuidado, amor y ternura y con el filme queríamos acercarnos a esta realidad, filmar esta película teniendo un compromiso ético con lo que estamos haciendo, con lo que estamos proponiendo, un compromiso político de cuidado, tener un límite preciso de decir hasta acá podemos, yo no podía entrometerme en lo que estaba sucediendo, dar un paso más porque eso iba a quebrar lo más importante que era ese encuentro entre las chicas y las trabajadoras sociales. Eso era lo más importante y la película tenía que acompañar eso, por eso nos quedamos ahí, como cerca. Aclaro que nada del dispositivo cinematográfico quedó oculto, estábamos ahí, todos sabían que estábamos filmando pero desde un lugar que no permitía quebrar ese encuentro entre los equipos de salud y las chicas. Por ejemplo yo no podía hacer plano y contraplano porque eso significaba hacer un corte, generar un movimiento, sacar la cámara y volver a empezar, queríamos observar desde un único lugar para no interferir, no interrumpir, no molestar, por eso que esté plano fijo por escena. Claro que en el montaje elegimos momentos, los más sinceros. Y el blanco y negro tiene que ver también con la necesidad de una percepción más sensible, de poder focalizar sobre las chicas, escucharlas, verlas, que no haya nada que distraiga. También ellas están en el centro del cuadro porque son ellas las protagonistas, las que tienen cosas para decirnos. Todo es para llevar al cine documental a un lugar sensible, en donde primen la voz, los relatos y ellas como protagonistas para no manipular, excedernos en una estética particular porque el tema del filme ya es complejo y doloroso de por sí. La idea fue ser lo más simple posible por eso la idea de un solo plano por escena fue para darle una potencia particular, para generar un acercamiento preciso, puntilloso , detallista, casi quirúrgico para no sobrecargar, para no imponer nuestra mirada autoral por sobre lo que ellas están diciendo y dejando ver.
¿Cómo sigue el camino de la película en este contexto de emergencia sanitaria que estamos viviendo?
Es muy difícil. Estrenamos en marzo tuvimos una semana de funciones y nuestra idea era poder hacer un estreno federal y poder ir acompañando la película en las diferentes salas de los Espacios Incaa, incluso estaba previsto llegar a Jujuy.
Esa primera semana de estreno pude viajar a Tucumán a promocionarla, también estuve en La Plata, en Capital Federal y la película se pasó en Resistencia y una vez que se suspendieron las funciones, estamos en la tarea de reconfigurar todo lo que habíamos soñado. Pusimos la película disponible en un canal de Vimeo, tiene un costo mínimo de alquiler. Lo recaudado será donado a los hospitales en los que filmamos, que como muchos hospitales del país, están pasando una situación muy difícil . Y la idea es poder continuar en el circuito de cine nacional, el documental está programado para la plataforma Cine.ar y hay festivales de cine que están migrando a su formato online. Queremos presentar la película en lugares ciudades como en festivales, en ciertos cineclubes, o en la TV Pública. Es una película que a mí me hubiera encantado que circule por las escuelas secundarias del país. Pero veremos cómo pasa este año, pero será muy largo, seguramente seremos los últimos en retomar nuestras actividades, no somos la prioridad. Ahora la prioridad es el cuidado.
¿Tiene algún otro proyecto?
Hoy por hoy "Niña Mamá" sigue retumbando en mi cabeza por lo que considero que mi próxima película seguramente tendrá diálogo con esta, porque lo que a mí me motiva a hacer películas, es una necesidad de poder llevar al cine algo de la realidad. Y me gustaría que la película siga circulando para ver qué pasa, cómo la reciben.