"Asiáticos, italianos, estadounidenses... Casi todos ellos cancelaron sus reservas en el Mirazur", afirma Mauro Colagreco, chef del mejor restaurante del mundo según el 50 Best, ilustrando el golpe "catastrófico" que propinó el coronavirus a la alta cocina.
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"Asiáticos, italianos, estadounidenses... Casi todos ellos cancelaron sus reservas en el Mirazur", afirma Mauro Colagreco, chef del mejor restaurante del mundo según el 50 Best, ilustrando el golpe "catastrófico" que propinó el coronavirus a la alta cocina.
Hasta hace sólo unos días era imposible reservar a muchos meses vista en el Mirazur, situado en Menton, en la Costa Azul francesa.
La semana que pasó Colagreco reemplazó las reservas anuladas de extranjeros por clientes locales que estaban en lista de espera, hasta que el Gobierno ordenó cerrar el sábado todos los restaurantes en Francia.
La situación del sector es "catastrófica", explica el chef argentino, vicepresidente de Les Grandes Tables du Monde, una asociación que reúne a 188 grandes establecimientos de 25 países.
Muy dependiente de una clientela extranjera acaudalada, viajera por placer o por negocios, este sector es uno de los que más rápidamente sintió el impacto de la pandemia iniciada en diciembre en China, con sus restricciones de desplazamientos y anulación de eventos internacionales.
En París, la caída de reservas osciló "entre 30 y 90 %", se estima.