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19 de Julio,  Jujuy, Argentina
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Cada tiempo tiene su tonada en el canto de la copla

La coplera jujeña está comprometida con la promoción de la cultura de la copla, para mantener viva la tradición.Cada época del año tiene distintas tonadas y cada región. En estos momentos estamos en el tiempo de la tonada de Pascua.
Sabado, 06 de abril de 2019 01:01

"El canto de la copla, más allá de su poesía, es también el momento en que se lo hace y el orgullo por lo propio. La copla es un canto, pero también es un contexto. Es el canto y su circunstancia", expresaba el periodista Ricardo Dubin, en un artículo reciente sobre la copla en el marco de un Jueves de Compadres. Hoy el tiempo es diferente y hay que decir que ese canto ancestral que tiene nuestra tierra, tiene un tono diferente de acuerdo a la época del año.

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"El canto de la copla, más allá de su poesía, es también el momento en que se lo hace y el orgullo por lo propio. La copla es un canto, pero también es un contexto. Es el canto y su circunstancia", expresaba el periodista Ricardo Dubin, en un artículo reciente sobre la copla en el marco de un Jueves de Compadres. Hoy el tiempo es diferente y hay que decir que ese canto ancestral que tiene nuestra tierra, tiene un tono diferente de acuerdo a la época del año.

Mañana se realizará en Villa Jardín de Reyes, un festival que le pone nombre a esta cultura, el de la Humita y la Tonada de Pascua.

Sí, en este tiempo de cuaresma y Pascua, el espíritu religioso y reflexivo impregna a la copla.

Y sin dudas, una de las artistas más autorizadas para hablar de este tema, es la reconocida Elsa Tapia. Coplera, cantora, de escenarios grandes y chicos, una luchadora para mantener viva la cultura de la copla, y hacer respetar a los copleros y sus presencias en los escenarios.

El Tribuno de Jujuy conversó con ella para adentrarse un poco en esta responsabilidad de cantar coplas con la tonada de Pascua.

Las tonadas de las coplas, cambian de una región a otra, y Elsa asegura que en los valles, por alguna razón, los cantores hacen más tonadas de Pascua, y de Todos Santos (que es la que empieza en noviembre); en cambio en la Quebrada y Puna se da más la tonada carnavalera, alegre, divertida. Cada coplero se apropia de lo que escucha de sus generaciones anteriores, entonces este fenómeno se mantiene.

"La tonada de Pascua está compuesta por la misma parte literaria, cantada de otra manera. La copla tiene muchas temáticas para cantar, pero en Pascua las letras son más tranquilas, más referidas a la religión católica, a la iglesia, a la reflexión", explica, como por ejemplo "Para mí todo es bonito/ para mí todo es igual/ en esta Pascua, yo canto siempre al despertar", o "Yo no sé qué dice el viento/, yo no sé qué dice el mar/, más cuando miro el horizonte/ siempre comienzo a llorar", recita.

Y confiesa que si bien ella normalmente no canta tonada de Pascua, sí lo hará mañana en Reyes, "es que yo respeto a la gente que canta esta forma, que se canta muy cerca de los valles bajos".

"Va a ser una hermosa oportunidad para que los que deseen interiorizarse, puedan escuchar lo que es la verdadera tonada de Pascua, porque vienen copleros de Iruya y de La Almona, que se dedican a esto. A los que estamos en el movimiento coplero, nos interesa que esta cultura no se pierda", comentó y reconoció que "gracias a Dios, ahora hay un auge de la copla".

Explica también que esta tonada se canta a partir del entierro del carnaval hasta una semana después de Semana Santa, luego se canta una muy particular que se llama tonada de invierno, hasta el mes de agosto, cuando se empieza a cantar a la Pachamama con una rítmica y matices diferentes. En noviembre viene la tonada de Todos Santos, que tiene un remate (cuatro versos y un remate que se repite varias veces en cada estrofa) hasta que pasa año nuevo. Después de año nuevo se vuelve a cantar con tonada carnavalera.

"Si bien nosotros decimos que la copla es nuestra, la hemos heredado de España. Llega con la Conquista, y el aborigen se apropia de la copla, pero no del contenido sino de la forma de hacerlo que tiene que ver con la improvisación. Le adiciona todo el contenido que tiene la copla que es muy propio", comenta. A partir de ahí, se transmite de generación en generación. "Primero se apropia el aborigen, luego el criollo y después el gaucho, y cada uno la va poniendo su impronta, su forma de cantar", explica. "Hoy por hoy hay mucha gente que se prepara para las coplas, y yo lo veo bien", comenta, "aunque hay copleros tradicionales que no lo ven así, porque se sienten invadidos".

Explica que la preparación tiene que ver con la intención de hacer de la copla, un estilo de vida e incluso poder trabajar de esto. "En mi caso, a mí la copla me dio trabajo remunerado, pero para eso hay que trabajar, porque si bien una trae toda la esencia, si quiero que me contraten en los festivales, me tengo que preparar para los escenarios. Porque hay un tiempo que puede ser cinco minutos, o una hora, y en ese tiempo tenés que conquistar al público, engancharlo con un hilo, porque si no sucede esa comunión, no te contratan nunca más", explica Elsa desde su experiencia. Recordemos que este año estuvo conformando la delegación de la provincia en el escenario mayor del festival Nacional del Folclore de Cosquín, y fue realmente conmovedora su intervención y la potencia de su voz.

Lo mismo, a la hora de enseñar las coplas y su cultura, es necesaria una preparación para poder transmitirlo, comenta, y esta parte la siente como necesaria a la hora de trabajar por mantener viva esta tradición.

Elsa dice: "Amo la copla, porque me ha dado muchas satisfacciones. Escribo la copla y la canto con el alma. A partir de sus versos, transformándolos en otros ritmos, hice canciones también y pude grabar un disco".

 

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