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25 de Junio,  Jujuy, Argentina
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Una charla íntima de padre e hijo desde la guitarra

Luis y Juan Salinas tocaron el viernes en Jujuy, en un pub colmado.

Lunes, 03 de septiembre de 2018 00:00

Solo en el escenario sólo toco un par de temas. No veía las horas de presentarlo, como él siempre lo menciona, "una de las cosas más lindas que me regaló Dios". Luis Salinas abrió el telón con sus acordes, más o menos a las 23 en Arde Roma, y ahí nomás presentó a Juan, su hijo con quien hacen un dúo excepcional. Un dúo que a Luis lo hace intentar correrse del primer plano, porque siente que "ya no estoy más solo", dice refiriéndose al escenario obviamente, desde que Juan comenzó a presentarse.

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Solo en el escenario sólo toco un par de temas. No veía las horas de presentarlo, como él siempre lo menciona, "una de las cosas más lindas que me regaló Dios". Luis Salinas abrió el telón con sus acordes, más o menos a las 23 en Arde Roma, y ahí nomás presentó a Juan, su hijo con quien hacen un dúo excepcional. Un dúo que a Luis lo hace intentar correrse del primer plano, porque siente que "ya no estoy más solo", dice refiriéndose al escenario obviamente, desde que Juan comenzó a presentarse.

El primer tramo del encuentro, en un pub repleto, fue de ritmos folclóricos, pero en su actuación es como que una cosa lleva a otra, y va pasando de un tema a otro y de un ritmo a otro casi en silencio, sin alardes ni mayores presentaciones.

Tarareos que suenan al oído de cada uno en el público, más guitarra, mucha guitarra, "la" guitarra, y un clima que se genera para acariciar casi personalmente a los presentes, se suceden. En el medio, aplausos de gran admiración, ovaciones y pedidos.

"Alfonsina y el mar", increíble y emocionante, y sigue. Es que cuando la entrega empieza, ya nada la frena. Y un tema lleva al otro, a veces fusionados, a veces con una breve pausa en el medio. Y entonces se produce esa inconmensurable conexión de dos músicos, y de padre e hijo. Quizás la conversación más íntima y profunda entre ambos se da en estos momentos, porque esas guitarras no hablan sólo de música, hablan de la vida, de la conexión, del legado, y en la cara de Luis, de realización extrema.

Y la velada evoluciona hacia el jazz y un poco más allá hacia el bolero "Cuenta conmigo" y más.

De a poco nos aproximamos al dos por cuatro. Tango y milonga, con destrezas que todos los que fueron a escucharlo ya conocen. No sorprenden, pero siguen emocionando, generando la necesidad de seguirlo.

Cuando dijo "gracias por haber venido", obviamente se fue y volvió para el bis. El pedido fue "Nada", y cumplió porque sin dudas es uno de los temas más solicitados de su repertorio, que además hizo con varios intérpretes. Y cumplió.

Luego cumplió un par de deseos más, y después de bajar el telón, ya abajo del escenario comentó en conversación con El Tribuno de Jujuy: "No me imaginaba que el lugar era tan grande, y agradezco el silencio de la gente", dijo muy satisfecho con la noche.

Un rato más tarde sonaba en Arde Roma, uno de los grupos más tradicionales de Jujuy, Los Shelkas, mientras en el fondo los escuchaban atenta y respetuosamente nada más y nada menos que Luis Salinas y su hijo.

 

 

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