"Buen día, buen día", fueron las palabras de Milagro Sala cuando ingresaba al recinto, pero mientras saludaba miró de forma intimidante a los fiscales de Cámara Delia Ortiz, Diego Cussel y Liliana Fernández.
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"Buen día, buen día", fueron las palabras de Milagro Sala cuando ingresaba al recinto, pero mientras saludaba miró de forma intimidante a los fiscales de Cámara Delia Ortiz, Diego Cussel y Liliana Fernández.
Antes de ocupar una silla, Sala se dirigió a la prensa: "He pedido que la prensa, que habla bien o mal de mí, tiene que estar, no es justo que por que se les ocurra ustedes no pueden estar. Juicio justo para todos, así me den perpetua".
El comportamiento de la dirigente en la última audiencia de esta semana estuvo moderado, una vez sentada en su lugar no provocó que la audiencia se viera interrumpida.
Solo en una ocasión, mientras Sala dialogaba con su esposo Raúl Noro, la presidente del Tribunal María Alejandra Tolaba le llamó la atención, haciéndole notar que entre ellos no pueden dialogar una vez iniciada la audiencia y fue advertida con obligarla a desalojar la sala.
Fue la primera vez que los hijos de Sala, Sergio y Claudia Chorolque, presenciaron la audiencia. Se ubicaron cerca de su madre y permanecieron hasta su conclusión, que fue alrededor de las 21.30.
Presencia de la prensa
Ayer la presidente del Superior Tribunal de Justicia, Clara Aurora De Langhe de Falcone, dialogó con la prensa y defendió la postura del Tribunal sobre la restricción de los periodistas. "Tengo entendido que se basaron en una resolución de la Corte Suprema de Justicia", dijo.