Jorge Sampaoli volvió a poner en funcionamiento la maquinaria organizativa de cara al partido del próximo martes ante Nigeria, que determinará el rumbo definitivo de este desvencijado seleccionado argentino, en medio de un clima enrarecido por las cada vez más profundas diferencias entre el cuerpo técnico y los futbolistas, donde se habría sumado la decisión de Claudio Tapia de quitarle poder al técnico de Casilda, y entre las variantes que realizará estará el debut absoluto en el arco de Franco Armani por Wilfredo Caballero y el probable ingreso de Gonzalo Higuaín por Sergio Agero.
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Jorge Sampaoli volvió a poner en funcionamiento la maquinaria organizativa de cara al partido del próximo martes ante Nigeria, que determinará el rumbo definitivo de este desvencijado seleccionado argentino, en medio de un clima enrarecido por las cada vez más profundas diferencias entre el cuerpo técnico y los futbolistas, donde se habría sumado la decisión de Claudio Tapia de quitarle poder al técnico de Casilda, y entre las variantes que realizará estará el debut absoluto en el arco de Franco Armani por Wilfredo Caballero y el probable ingreso de Gonzalo Higuaín por Sergio Agero.
En el único entrenamiento de ayer, los indicios sobre lo que tiene previsto hacer Sampaoli con la formación del equipo ante los africanos se diluyeron en un "siete contra ocho" que tuvo a dos comodines: Lionel Messi y Éver Banega, este último candidato a estar desde el arranque el martes.
Cristian Ansaldi, Federico Fazio, Giovani Lo Celso, Maximiliano Meza, Paulo Dybala, Cristian Pavón y Sergio Agero formaron un equipo que se enfrentó a otro compuesto por Eduardo Salvio, Marcos Rojo, Nicolás Tagliafico, Javier Mascherano, Ángel Di María, Marcos Acuña, Gonzalo Higuaín y Enzo Pérez.
Los tres arqueros, como siempre, trabajaron aparte, mientras Lucas Biglia, Nicolás Otamendi y Gabriel Mercado permanecieron en el gimnasia atendiendo distintas dolencias.
Ya en el calentamiento previo se notó una hiperactividad de Mascherano, caudillo de este equipo sin caudillos, quien llamativamente fue al piso en un par de oportunidades con excesivo ímpetu para quitarle el balón a Cristian Pavón en un "loco".
Y si bien esas formaciones en una lectura superficial no dicen demasiado, en la idea del técnico, hablan por sí solas.
Es que los ocho componentes del segundo equipo cuentan con todas las chances de ser titulares frente a los nigerianos, en una oncena que se completaría con Franco Armani en el arco (Caballero está pagando con su puesto el error cometido ante Croacia), algo poco habitual que ocurra en un Mundial si no es que el guardavallas que empieza jugando se lesiona, más Mercado y Otamendi, en la defensa.
Pavón fue considerado en un principio para jugar en lugar de Acuña respecto del encuentro ante los croatas, pero sus acciones volvieron a bajar y estaría nuevamente como recambio.
Otro jugador que llegó a Rusia con todas las expectativas de ser titular y todavía no tuvo minutos en la mitad de cancha argentina es Giovani Lo Celso, un futbolista que bien podría abastecer o asociarse con Lionel Messi, aunque parece que al capitán esta opción no le sienta del todo bien. Lo mismo cabe para Paulo Dybala.
Pero aunque todo es prematuro aún, se perfila para el tercer y decisivo partido ante Nigeria un equipo con el retorno de algunos históricos excluidos de la titularidad y la vuelta al 4-4-2 tan requerido por los referentes.
Franco Armani; Mercado, Otamendi, Rojo y Tagliafico; Salvio, Mascherano, Enzo Pérez y Acuña; Messi e Higuaín, sería en principio el equipo que empezó a trabajar en la mente del técnico oriundo de Casilda.