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15 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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"En un momento me siento jujeño, y en otro me siento extranjero"

A partir del próximo estreno de "Jukus" en Bolivia, donde participa como actor, conversamos con el actor jujeño Jorge Jamarlli.Vivió veintiún años en Bolivia, y desde hace tres está radicado otra vez en Jujuy. Está convencido de que el cine puede cambiar las cosas.
Lunes, 05 de marzo de 2018 00:00

El actor jujeño con trayectoria en nuestro país y Bolivia, espera ansioso el estreno en el vecino país del filme "Jukus", dirigido por Rubén Pacheco. La película cuenta además con las actuaciones de los artistas bolivianos Freddy Chipana y Juan Carlos Aduvir Jess, que junto a él son los únicos actores profesionales. Los demás protagonistas son gente del pueblo de Huanuni Machacamarca y de la ciudad de Oruro.

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El actor jujeño con trayectoria en nuestro país y Bolivia, espera ansioso el estreno en el vecino país del filme "Jukus", dirigido por Rubén Pacheco. La película cuenta además con las actuaciones de los artistas bolivianos Freddy Chipana y Juan Carlos Aduvir Jess, que junto a él son los únicos actores profesionales. Los demás protagonistas son gente del pueblo de Huanuni Machacamarca y de la ciudad de Oruro.

 

Este año también se estrenará "Cuando los hombres quedan solos", del director Fernando Martínez, en el que trabaja Jorge Jamarlli.

El director es de Huanuni, un centro minero.

 

Los "jukus" son ladrones de mineral, que habitualmente entran en conflicto con los trabajadores mineros en Bolivia, que son motivo de muertes y otras desgracias.

Jamarlli es hoy, ya radicado en Jujuy nuevamente, el referente de la compañía Alto Teatro de Bolivia, que dirige Freddy Chipana, y tiene la venia para la realización de coproducciones Bolivia-

Argentina.

Su trabajo como actor sigue estando entonces, más allá de las fronteras

Asegura que el "el cine es y será mas comunitario de todas las artes, porque en él intervienen la pintura, la fotografía, la actuación, la expresión corporal, el intérprete y las tecnologías", dice quien filmó sus primeras películas en el formato de 38 milímetros y hoy se regocija con los adelantos técnicos.

Trabajó en más de diez películas como protagonista, en dos cortos que ganaron premios en Nueva York, y como maestro del Plan Indígena en Comunicación Audiovisual, desde el que participó en alrededor de veinte documentales.

En su carpeta de antecedentes hay coproducciones boliviano-argentinas como "Dí buen día papá", película que tiene que ver mucho con Argentina, filmada en Valle Grande, en base a la historia del Che Guevara y su pasada por Bolivia como revolucionario; coproducciones mexicano-colombiano- boliviana, como "Olvidados", "que se hizo cuando armamos la Escuela de Mecánica de la Armada en un galpón de La Paz, en Bolivia. Trajeron a Tomas Fonsi, Guillermo Pfening y Rafael ferro, y yo hice un personajes por el que me pagó la Asociación Argentina de Actores", recuerda.

En esta película que se estrenará en Bolivia, y que sueña con mostrarla en Jujuy, "Jukus", "los actores profesionales somos tres y nos sentimos como padrinos", explica, "se hizo todo en Bolivia y en este caso somos todos bolivianos, nos pagó este país", comenta, dando cuenta de cómo no intervienen las fronteras a la hora de trabajar en su arte.

Contó que unos meses antes fue a trabajar con los comunitarios del Sora Sora para sacar algunas escenas, y trabajaron mancomunadamente a pesar de que ellos no son actores. "Se notan los niveles de actuación pero hemos engarzado todo", explica.

Y es que el fin de la película, dirigida por un artista del cine independiente de las "pequeñas luchas", como le llama Jamarlli a estos trabajos con tintes sociales, es simplemente mostrar al minero y su trabajo.

"Este es un filme en el que engarzamos los centros mineros con lo que escribe el productor, y una producción que apoya al Estado Plurinacional de Bolivia", expresa en conversación con nuestro matutino.

Hechos verídicos, trabajo duro

""Jukus" es una ficción basada en hechos verídicos, un docu-ficción", comenta. "Lo más duro en el mundo es el trabajo minero. Antes traían a los negros a trabajar en las minas, han pasado esclavos y tiranos, pasó tanta muerte, corrió tanta sangre, la idea de esta película es que ellos puedan salir al frente, contar su historia", comenta.

Y aclara, no se trata de reinvindicarlos ni revalorarlos. "Reinvindicarlos no podemos si todavía no los conocen, revalorarlos no porque ellos ya saben el valor que tienen. Es bueno poder ver el abandono, el ostracismo, eso que atrasa a esta comunidad y genera violencia. La intención es contar lo que nosotros somos, de forma digna", se explaya.

"Los actores somos protagonistas del cine boliviano que trabajamos como maestros del Plan Indígena. Yo enseño interpretación cinematográfica dentro de este plan", continúa y explica que él sigue formando parte del plan, aun viviendo actualmente en Jujuy.

Tiene el deseo de que el pueblo jujeño pueda ver "Jukus", y piensa proponer el filme al Festival Internacional de Cine de las Alturas que organiza cada año el Ministerio de Cultura y Turismo de la Provincia, y tambiÚn al Colegio Secundario de Arte Nº 42, al Colegio Nº53 que es de Artes Audiovisuales y al Profesorado de Artes en Teatro, entre otros espacios.

Su participación en el Plan Indígena
Recordó que el plan nació 10 años antes que Evo Morales llegue a la presidencia. En 1996 yo conozco -En Bolivia- a unos locos que habían llegado en un colectivo difundiendo sus primeros cortos, yo me contacto con ellos en medio de conversatorios y debates, entendemos que compartimos la cosmovisión y decidimos darnos la mano. Les digo que yo soy actor profesional el Teatro de los Andes, que estamos de gira, pero que para lo que necesiten cuenten conmigo", narra. Y comienza a gestarse el plan indígena con un grupo de cineastas y artistas de distintas disciplinas. 
"El Plan se proponía incluir al originario, matar la xenofobia, el cero analfabetismo, inclusión por sobre todo. Después le pusimos el nombre al Estado Plurinacional, a partir de esta idea", cuenta el artista con mucho orgullo.
A partir de eso le consultamos sobre el debate que se generó recientemente sobre la reciprocidad en el servicio de la salud, con Bolivia y otros países, y la relación entre nuestra sociedad y los extranjeros. 
"Los insultos son heridas que no van a cicatrizar nunca", dice poniéndose quizás en el lugar de representante del grupo Alto Teatro de Bolivia, al que hoy pertenece y con el que pretenden trabajar mancomunadamente con las compañías y productoras argentinas.
"El cine nos permite llegar y hacer trabajos binacionales cívicos con la comunidad. La gente la ciudad con la gente de la zona rural, tocar temas como la identidad, las etnias, y entendimos que hay muchas más comunidades de las que se nombran, por eso lo de ’plurinacional’, que se refiere a la pluralidad hacia el interior y hacia el exterior", conluyó.

La relación desde el arte entre Bolivia y Argentina
Atendiendo a que Jujuy desde la música, el teatro y el cine, están muy hermanados, y partir de su experiencia personal y artística en ambos lugares, le pedimos su opinión, y él explicó "yo digo que social y políticamente somos muy diversos pero eso es la democracia, cuando la diversidad llega a un acuerdo. Por ejemplo la idea que yo tenía de la película se va disolviendo a medida que va pasando por las otras manos. Es un trabajo que ya no es mío, ni de mi compañero, sino que es de todos. Ahí es cuando nosotros contribuimos a la democracia correcta. 

De aquí y de allá
"Lo peor que nos puede pasar es ofender y humillar a otra persona. La ignorancia lleva a esas cosas”, comienza diciendo. 
“Estamos pasando acá un momento muy crítico, donde los números son muy crueles, pero qué culpa tiene el boliviano, el chileno, el peruano de lo que pasa aquí. Nosotros también andamos de extranjeros en otros lados", expresa Jamarlli.
"Acá el problema son las fronteras, que no son Villazón- La Quiaca, las fronteras están en la familia, en la escuela, en la calle. Hay un momento en que me siento jujeño, y hay un momento en que me siento extranjero", continúa.
El actor entiende además que está discusión no afecta la relación estrecha que hay con el teatro y las artes entre ambos países. "Yo creo que no. El año pasado vino el Teatro de los Andes de Bolivia al Teatro Mitre y acá el público lloró y lo aplaudió de pie; el anteaño pasado vino Trio Banda de Chile, y nos dio una lección de historia, vienen de Paraguay, los hermanos brasileros, que admiramos mucho, entonces ¿cómo pueden existir esta xenofobia, este racismo?", se pregunta.
Y le pregunto: ¿Qué te gustaría que pase en este sentido, como jujeño y como representante de Alto Teatro en Jujuy?, y la respuesta es "que dejemos fluir el agua. Cuando el agua se estanca se pudre. Saquemos lo mejor que podamos para nosotros y aprenderemos. Me gustaría que desaparezcan las fronteras, creo que es el sueño de todos los artistas. Los trabajadores del arte somos libres"
Y agrega, "a mí, mis abuelos y mis originarios, me enseñaron que es ley del jujeño la hospitalidad. El visitante del mundo que llega a Jujuy dice que somos nobles y acogedores, yo no quisiera perder esa identidad. Yo quisiera que compartamos más, aun pagando el precio de ser hospitalarios. 
"He vuelto a Jujuy porque es mi puebloÓ doy talleres cursos, y de alguna manera estoy volviendo a dar a mi lugar la experiencia y la educación que he recibido. Yo soy un boliviano que ha nacido en Jujuy, o un jujeño que ha vivido en Bolivia. A la vez tengo orígenes árabes, porque mis abuelos han nacido en Siria", cuenta "y brego porque no hayan fronteras".

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