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11 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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El momento de la catástrofe: la llegada del alud que destrozó todo

Ya pasó un año de ese fatídico día que la madre naturaleza nos mostró su peor faceta y arrasó pueblos mediante un destructivo temporal. 
Martes, 09 de enero de 2018 18:19

“Eran las 10,30 de la mañana, llovía como nunca había llovido y se oían gritos que venían de la calle. Preocupado salí afuera y me crucé con un vecino que mientras corría en dirección a su casa, asustado me dijo algo que me aterrorizó: ‘se viene el volcán’. Llegué a la esquina y atiné a mirar hacia los cerros. Fue entonces cuando vi a lo lejos que del otro lado de la ruta pasaba un enorme río de barro que a paso lento iba destrozando todo lo que se atravesaba en su camino, y desgraciadamente se dirigía hacia nuestras viviendas”.

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“Eran las 10,30 de la mañana, llovía como nunca había llovido y se oían gritos que venían de la calle. Preocupado salí afuera y me crucé con un vecino que mientras corría en dirección a su casa, asustado me dijo algo que me aterrorizó: ‘se viene el volcán’. Llegué a la esquina y atiné a mirar hacia los cerros. Fue entonces cuando vi a lo lejos que del otro lado de la ruta pasaba un enorme río de barro que a paso lento iba destrozando todo lo que se atravesaba en su camino, y desgraciadamente se dirigía hacia nuestras viviendas”.

El 10 de enero del año 2017 un feroz y devastador temporal se llevó la vida de cuatro personas y provocó una verdadera catástrofe que afectó a varios pueblos del norte jujeño. La localidad de Volcán se llevó la peor parte.

Julio César López, vecino de Volcán, en diálogo con El Tribuno de Jujuy relató en primera persona lo que le tocó vivir esa desgarradora mañana.

JULIO LÓPEZ / FRENTE DE LO QUE QUEDÓ DE SU VIVIENDA.

“Cuando vi que el volcán se acercaba, salí corriendo a avisar a todos los vecinos. Llegué a mi hogar y lo primero que hice fue poner en un lugar seguro a mis padres. Al tener a mi madre en silla de ruedas salir iba a ser difícil. Miraba por la ventana y el barro ya había colmado las calles. Con mi padre sacábamos el agua de la casa, pero de a poco nos iba superando y en poco tiempo el agua se convirtió en barro que fue ingresando a mi hogar”, dijo.

Julio junto a sus padres, al ver que ya no se podía salir, se quedaron a esperar que pase ese fatídico momento. La lluvia de a poco fue cesando, pero el barro ya les sobrepasaba la cintura. Con su padre alzaron a su madre y la subieron a la mesa.

En las horas posteriores al paso del alud, los vecinos de la manzana 1 (la zona más afectada), con mucha impotencia al ver que no podían hacer nada más que refugiarse, no les quedó otra que rezar para que la situación no siga empeorando y mirar como el temporal destrozaba su lugar de residencia y todas sus pertenencias.

Pero no todos estaban seguros. Había gente atrapada en habitaciones, adultos y niños que gritaban desesperados. Fue ahí cuando jóvenes fuertes y valientes con un espíritu heroico decidieron salir a socorrer a estas personas.

LA MANZANA 1 / SIGUE DEMOLIDA A UN AÑO DEL ALUD

“Fue un momento muy duro, estábamos todos shokeados y no sabíamos que más hacer. Por la ventana observábamos a jóvenes que arriesgaban su vida por salvar a personas que habían quedado atrapadas. Con el barro hasta el pecho y sin medir las consecuencias, ingresaban a las dañadas viviendas y rescataban a niños y ancianos. Gracias a Dios aparecieron estos héroes”, contó.

Eran las 15 y la lluvia ya había parado. El barro dejó de correr, y parecía que lo peor ya había pasado. De a poco, los vecinos empezaron a salir de sus viviendas a refugiarse en las zonas menos afectadas como ser la iglesia del pueblo, por ejemplo. Los adultos mayores, entre ellos, la madre de Julio López, fue transportaba en una canoa improvisada hecha con una mesa dada vuelta.

Cuando se aseguraron que nadie corría más peligro y todos estaban seguros. Algunos vecinos volvieron a sus casas, mejor dicho, a lo que quedó de ellas. Por recomendación de las fuerzas de seguridad, nadie podía ingresar a sus viviendas ya que podían seguir derrumbándose. Ellos entraron igual a rescatar lo poco que se podía.

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