26 de Junio,  Jujuy, Argentina
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El 90% de los cambios de género lo realizan los varones

Hasta septiembre del año pasado, en la provincia se registró un total de 252 cambios de genero. Por otra parte hubo 32 matrimonios igualitarios, en su mayoria entre mujeres. Solo 1 se cumplió en 2017.
Viernes, 05 de enero de 2018 00:00

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La ley de Identidad de Género es el producto de una lucha que han llevado adelante diferentes movimientos Lgtb en conjunto con otras instituciones políticas, sociales y académicas. Desde la entrada en vigencia de la ley 26.743 de identidad de género en mayo del 2012, en principio fueron numerosos los trámites que se efectuaron por cambio de género en la provincia, tanto para personas de sexo masculino que registraron el cambio a femenino y viceversa. La nueva legislación permite desde entonces que las personas trans (travestis, transexuales, transgéneros) sean inscriptas en sus documentos personales con el nombre y el género que ellos elijan. Así, quienes lo deseen pueden solicitar el cambio del nombre de pila, la imagen, y la rectificación registral del sexo.

Según los datos del Registro Civil de la provincia, estadísticamente la tendencia es mayor para las personas de sexo masculino que optaron por modificarlo a femenino y en menor medida al revés. A partir de datos proporcionados por el organismo se deduce que el 90% de los cambios de género en Jujuy lo realizan personas de sexo masculino, con un total de 227 trámites concretados desde 2012 hasta septiembre de 2017. Mientras, los cambios que efectuaron personas de sexo femenino a masculino, en el mismo periodo, solo fueron 25 en total, lo que marca una clara diferencia en ambos casos.

Los menores de edad que deseen realizar un cambio de género podrán hacerlo bajo el consentimiento de sus padres.

Los registros indican que en 2012 hubo un total de 59 cambio de género, en 2013 69, en 2014 redujo notablemente a 28, en tanto que en 2015 se incrementaron nuevamente a 42, y en los últimos años las cifras fueron menores con 28 cambios de género en 2016 y 26 en los tres primeros trimestres del 2017.

Evidentemente en los últimos años hubo una merma en la cantidad de trámites que se realizaron en la provincia por cambios de género, y al parecer la reducción fue progresiva. En los tres primeros trimestres del 2017 hubo un total de 26 cambios de género, cifra considerablemente baja en relación a años anteriores, donde el promedio se mantenía en uno 45 tramites anuales.

Tal como fija la ley, el Registro Civil provincial, tiene la obligación de tomar los trámites para el cambio de género. Para ello solo se deberá ser mayor de 18 años y en el caso de los menores de edad podrán hacerlo bajo el consentimiento de sus padres o tutores.

La legislación no demanda pericias y diagnósticos psiquiátricos o trámites judiciales ni administrativos para los cambios registrales.
 

Cabe mencionar que la legislación no demanda pericias y diagnósticos psiquiátricos o trámites judiciales ni administrativos para los cambios registrales ni tampoco para el acceso pleno a la salud. De esta manera la norma fomenta la reducción de la desigualdad, a diferencia de otras leyes pioneras similares como la española que exige diagnósticos psiquiátricos para operaciones de reasignación sexual. 

Además esta ley obliga al sistema público y privado a prever tratamientos hormonales y/u operaciones parciales o totales entendiendo a la salud como un derecho humano básico y fundamental.

Menos matrimonios igualitarios

Desde la sanción de la ley de matrimonio igualitario en el año 2010, en la provincia fueron numerosos los trámites que se efectuaron para la unión civil entre personas del mismo sexo, aunque con el paso de los años, ha ido disminuyendo la cantidad al punto que en los tres tercios del 2017 hubo solo uno. 

El Registro Civil y Capacidad de las Personas de la provincia, registró hasta septiembre del año pasado solo un matrimonio igualitario, en este caso entre personas del sexo masculino, una cifra que dista bastante de la que hubo en años anteriores. Es que desde la sanción de la ley, la demanda por estos trámites fue considerable en la provincia. Desde 2010 hasta ahora se registró un total de 32 matrimonios entre personas homosexuales, variando la cantidad por año. El año con mayor demanda de estos trámites fue 2015 con un total de 7 matrimonios igualitarios, luego en 2011, 2012 y 2016 con un total de 5 por año, después 2013 y 2014 con solo 4 uniones civiles igualitarias y el año con menor cantidad fue 2017, donde hasta septiembre se había registrado uno solo.

Los matrimonios igualitarios entre personas del mismo género se rigen bajo los mismos parámetros que establece la unión civil. 

 

Si bien no hay un motivo en particular por esta merma, tal vez podría atribuirse a que durante los primeros años muchos esperaban con ansias la sanción de esta ley, que para entonces ya existía en otros países del mundo. En Jujuy, el primer matrimonio igualitario se concretó el 2 de diciembre de 2010, solo cinco meses después de haberse aprobado en Argentina la ley 26.618 de matrimonio igualitario. Y en los años posteriores las cifras se mantuvieron similares, excepto en 2017. Por otro lado, desde el Registro Civil, se dio a conocer que la mayoría de los matrimonios entre personas del mismo sexo, se da mas entre mujeres que en varones, siendo las primeras el doble que las segundas. De hecho en Jujuy se registraron 21 matrimonios igualitarios entre mujeres y solo 11 entre hombres.

Al margen de las cifras, lo cierto es que la ley continúa vigente como un derecho adquirido por el colectivo Lgtbi, quienes mantienen viva su lucha por una vida más plena en comunión con la sociedad.

“Mas que ganar derechos buscamos el respeto”


MARCELO Y RODRIGO/ FUERON UNA DE LAS PRIMERAS PAREJAS IGUALITARIAS EN CASARSE.

Rodrigo y Marcelo se casaron hace casi 7 años, aunque su relación comenzó hace 17 años. Según contaron cuando salió la ley decidieron casarse por lo que fueron una de las primeras parejas en contraer matrimonio igualitario en Jujuy.

En ese momento las posturas del entorno fueron variadas, “algunos decían que estaba buenisimo que nos casemos, otros que nos casemos pero que no adoptemos, incluso no faltaron los que hacían bromas, así que fue todo un tema”.

Remarcaron que acordaron casarse fundamentalmente por el respaldo y los beneficios que proporciona la unión civil. “Si yo me quedo sin trabajo igual tengo acceso a la obra social de él, por ejemplo, entonces uno se siente resguardado” dijo Marcelo.

La pareja coincidió en que, en general, no sienten dificultades en el entono social, pese a que en ocasiones atraviesan situaciones particulares, hasta “cómicas”. “En el entorno laboral, siempre estuvo todo bien, trabajamos en la docencia y en general no se dan inconvenientes, pero en otros ámbitos todavía hay que explicar que somos una pareja casada por matrimonio igualitario y no todos lo terminan de comprender”, explicó Rodrigo.

Finalmente remarcaron que mas allá de alcanzar nuevo derechos, aspiran a que la sociedad simplemente los respete. “Más que ganar un derecho con estas leyes ganamos respeto y eso es lo que más hace falta”, concluyeron. 
 

Casarse “por la igualdad de derechos" 

Otra experiencia de matrimonio igualitario es el “Si!” de dos mujeres, C y S, que decidieron en principio casarse por la igualdad de derechos tras sancionarse la ley en 2010.

Se dio en un contexto privado y así lo celebran después de cinco años de compartir sus vidas, como cualquier otro matrimonio. “Yo me case acá pero nunca lo hice público, vivimos una situación complicada con un familiar muy enfermo y tomamos la decisión de hacerlo pero de manera privada”. Relató que “fue algo que lo veníamos pensando, por ahí suena feo, pero la razón por la que me case fue por una cuestión de derechos. Estábamos hace varios años con ella, y me sentía mal por algunas cuestiones de salud de ella. Empecé a trabajar en blanco, tuve mi obra social y me sentía incomoda teniendo algo que ella no tenía”. A partir de la sanción de la ley “sentía que teníamos en nuestras manos una herramienta que me daba a mi pareja los mismos derechos que los míos”.

Respecto a la sociedad jujeña comentó que “es muy machista y retrograda, es muy cerrada y pasará mucho tiempo para que se acepte”.

En cuanto a la reacción de la gente dijo que “en general no cuesta, son excepciones en mi experiencia personal, no hago de esto una bandera y cuando lo hago lo hago con naturalidad, no lo oculto. No nos paso que nos rechacen, pero hay gente que es muy cerrada”.

En cuanto a la posibilidad de tener hijos aclaró que no les surgió la idea “pero hay gente que si lo contempla y está buenísimo”. 

El cambio de género como un “respaldo legal”


DANIELA CAMILA/ ACCEDIÓ A SU NUEVA IDENTIDAD A PARTIR DE LA NUEVA LEY.

Daniela Camila Armella logró asentar legalmente su nueva identidad a partir de la aprobación de la ley de identidad de género. Pese a que su transformación comenzó mucho antes, y su aspecto fue cambiando de a poco, finalmente decidió tramitar su nuevo DNI, a partir del cual asegura se siente “legalmente respaldada”.

Según relató, nunca fue para ella una prioridad realizar el trámite de cambio de género en el Registro Civil, hasta que tuvo algunos inconvenientes a la hora de realizar transacciones bancarias, o trámites con la obra social. “Cómo mi aspecto no se condecía con la foto de mi documento, empecé a tener inconvenientes, entonces entendí que era importante hacer el cambio de identidad, lo cual fue muy sencillo, un trámite bastante rápido”, relató.

Explicó que a partir de esto, debió realizar numeroso trámites en distintas reparticiones para actualizar sus nuevos datos ya que hasta su título universitario está asentado con su nombre anterior. 

Si bien el trámite de cambio de género para muchas personas representa algo indispensable para iniciar su “transformación” integral, Camila no lo vivió de esa manera, ya que más bien lo concibe como una herramienta que le brinda un respaldo legal. “La sexualidad tiene que ver con el pensamiento, con la ideología, pero hoy tener un DNI que me permite elegir mi género es un avance muy importante en la sociedad”, una sociedad en la que reconoció hay quienes la admiran, como así también hay quienes con su mirada la condenan. 
 

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