Luego de caminar más de 40 kilómetros desde Tilcara, las imágenes de la Virgen de Copacabana de Punta Corral se encontraron en la bella localidad de Tumbaya uniendo a los feligreses y devotos en la misma fe y devoción que expresaron al compartir la celebración de la santa misa y la posterior procesión por las calles del pueblo.
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Luego de caminar más de 40 kilómetros desde Tilcara, las imágenes de la Virgen de Copacabana de Punta Corral se encontraron en la bella localidad de Tumbaya uniendo a los feligreses y devotos en la misma fe y devoción que expresaron al compartir la celebración de la santa misa y la posterior procesión por las calles del pueblo.
El encuentro de las Vírgenes de Tilcara y Tumbaya se realizó el sábado último tras la ardua peregrinación de los creyentes que partieron desde la localidad tilcareña cerca de las 5 de la madrugada para arribar a tierra tumbayeña cerca de las 17.30.
Más de 200 peregrinos y 12 bandas de sikuris de Tilcara y Tumbaya acompañaron a la Virgen de Punta Corral de Tilcara en su partida hacia el encuentro con la "Mamita del cerro".
La caminata inició poco después de las 5 de la madrugada bajo la coordinación de la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Tilcara y la colaboración de la Municipalidad en cuanto a seguridad vial dado el largo y difícil trayecto por la ruta nacional 9.
Fueron más de 40 kilómetros los que atravesó la feligresía llevando en andas a la imagen que a su vez estuvo acompañada por 10 bandas de sikuris de Tilcara y dos de Tumbaya. Fueron ellas quienes la escoltaron hasta su llegada a tierra tumbayeña.
Como no hubo demasiados descansos, salvo el del almuerzo en Chañarcito (pasando Purmamarca), la peregrinación arribó antes de lo previsto en el programa y a las 17.30 ya estuvo bajo los cielos de Tumbaya.
La "Mamita del cerro" recibió a la "Virgen morena" en el atrio de la iglesia Nuestra Señora de los Dolores, donde también esperaba una gran cantidad de gente.
Luego del saludo de las Vírgenes, ambas fueron llevadas hacia el altar para el inicio de la celebración eucarística.
"Vamos a pedirle hoy a las Vírgenes de Punta Corral que nos den siempre la gracia de ser peregrinos, a veces peregrinos como hoy caminando largos kilómetros por la ruta, pero a veces peregrinos de la vida, en la casa, en el barrio, en la comunidad, en el trabajo. En ese camino hay que aprender a reconocer dónde está Jesús y en qué cosas se manifiesta Dios en nuestras vidas", expresó el padre Aldo Oña.
Tras la santa misa, las imágenes partieron hacia la procesión, pero antes de ello los músicos levantaron en el aire sus instrumentos para que puedan ser bendecidos por Dios y en unos segundos volvieron a tocar las melodías que trascendieron los cerros de Tumbaya mientras las Vírgenes salían de la capilla hacia la plaza.
Como siempre las bandas de sikuris acompañaron hasta el último momento a las dos imágenes de la Virgen de Copacabana de Punta Corral, que luego de caminar por varias calles se despidieron frente a la ruta 9 con gran respeto y devoción, frente a frente las imágenes se saludaron bajo un arco de flores blancas y amarillas ante la emoción latente de todos los fieles y creyentes que prometieron para el año que viene volver para presenciar esta expresión de fe y devoción unidas por la "Mamita del cerro" y la "Virgen morenita".
No hay diferencias
Agustín Flores, presidente de la Comisión de Devotos de Tumbaya, agradeció la visita de la Virgen de Tilcara. Indicó que “estamos muy agradecidos de que nuevamente nos visite la imagen de Tilcara junto a toda la parroquia, ya van a ser como 8 años que vienen a acompañarnos y esto significa un acto de fe y unión de las comunidades”.
“Nuestra madre es una sola y la gente va teniendo confianza, antes era diferente y hoy demostramos que no existen diferencias. La banda juvenil de Tumbaya y la banda de sikuris de Tumbaya Grande partieron a las 4 desde aquí hasta Tilcara para venir acompañando a la Virgen, algo que quiero destacar porque es la primera vez que hacen este gesto tan generoso”, agregó.
La Comisión de Devotos y la parroquia Nuestra Señora de los Dolores de Tumbaya esperaron a todos los peregrinos con un delicioso mate cocido y chocolate para los peregrinos con el fin de alivianar de esa manera la tarde de frío.