Con dos de Suárez y uno de Rakitic, Barcelona le propinó ayer una goleada a domicilio al Espanyol y alcanzó a Real Madrid en la punta. Messi, titular, asistió al croata para el 2-0 parcial, mientras que Mascherano ingresó a 12' del final del encuentro.
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Con dos de Suárez y uno de Rakitic, Barcelona le propinó ayer una goleada a domicilio al Espanyol y alcanzó a Real Madrid en la punta. Messi, titular, asistió al croata para el 2-0 parcial, mientras que Mascherano ingresó a 12' del final del encuentro.
Esta vez no hubo sonrisas de más como contra Osasuna. Menos aún momentos de zozobra. En el derby estuvo todo bastante más apretado, aunque la victoria vale exactamente lo mismo: tres puntos y la punta.
Como siempre, la de Cornella fue una parada brava para el Barcelona de Messi. Espanyol, más comprometido desde lo sentimental que desde lo deportivo (ni siquiera tiene chances de clasificarse a la Europa League), se la hizo difícil, como en cada clásico, dejando hasta la última gota de sudor en el campo. Está claro que desde los nombres no puede competirle, sin embargo, cuando la pasión aflora, no existen los imposibles.
Hubo paridad temporaria
Desde allí se explica la paridad que hubo durante gran parte del encuentro. Barcelona, con Messi, Suárez y Neymar en cancha, manejaba la pelota pero no las situaciones. Ni siquiera el mejor jugador del mundo conseguía romper el cerco defensivo del equipo local, que, con Pablo Piatti, hizo todo lo que pudo para bajar al gran rival que tiene en la ciudad de la pelea por el título. Y si no lo logró fue porque Jurado se mandó una macana que les costó un gol y posteriormente el partido.