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18 de Julio,  Jujuy, Argentina
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Laberintos humanos. Una mala pasada

Martes, 24 de octubre de 2017 21:50

Cuando la madre me preguntó por qué su hijo le habría escrito que me muero después, don Braulio nos contó que, seguramente, le estaba diciendo que me muero de sed, sólo que el corrector de su celular le había jugado una mala pasada, pero yo había prometido adivinar la suerte oculta en los mensajes erróneos y eso debía hacer, así que la cité en la plaza.

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Cuando la madre me preguntó por qué su hijo le habría escrito que me muero después, don Braulio nos contó que, seguramente, le estaba diciendo que me muero de sed, sólo que el corrector de su celular le había jugado una mala pasada, pero yo había prometido adivinar la suerte oculta en los mensajes erróneos y eso debía hacer, así que la cité en la plaza.

La mujer, llena de fe, viajó hasta Tilcara desde Palpalá sólo para que la atendiera, y eso hice, y así comencé con este trabajo, nos contó don Braulio, hace apenas una semana. Mientras terminaba de pensar qué decirle, vi que ya se sumaban otros a la espera de ser atendidos, cada quien con su celular en la mano, y algunos conversando entre ellos.

¿Pero usted no cree que los estaba estafando?, le preguntó Amadeo Don lleno de sinceridad. En absoluto, le respondió don Braulio, porque así como algunos ven elefantes o escenas eróticas en manchas dispersas en una hoja, yo me sentía con la plena seguridad de que en los mensajes corregidos por los correctores podía vaticinar claves arcanas.

Pero mientras lo pensaba, nos dijo don Braulio, la mujer llamó a su hijo, quien le reclamó algo para tomar, porque tenía mucha sed, ella me pagó lo convenido y regresó a su ciudad satisfecha. Así fue creciendo mi confianza en estas nacientes artes correctormánticas y llamé al próximo cliente para que me mostrara su mensaje en ese banco de la plaza.

¿En ese mismo?, quiso saber Armando pero vimos que se juntaba gente, con el celular en la mano, y no hizo falta respuesta alguna.

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