Pequeñas tortugas motelo, ranas diminutas, gallitos de las rocas, tucanes, osos hormigueros y hasta osos de anteojos, pocas especies escapan de estas mafias.
El 20% de los 67.749 animales decomisados en los últimos 15 años tenía como destino el extranjero. Pero las autoridades señalan que no se conoce el número total de animales comercializados ilegalmente.
El camino que sigue la mafia comienza en la vasta Amazonía del país y en las regiones andinas donde capturan a los animales. Luego se los llevan a centros de acopio principalmente en Lima. De allí parten a Europa, Estados Unidos, Canadá y Asia -especialmente a China-, por aire, mar y tierra.
"El tráfico internacional es una mafia en cadena, trabaja por pedido para colocar a las especies como mascotas, para investigación científica, para los coleccionistas, medicina, afrodisíaco y otros fines", explicó Fabiola Muñoz, directora del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) del ministerio de Agricultura.
"Este negocio ilícito de animales es el tercero más grande en el mundo, luego del de las drogas y las armas, según un informe de la Naciones Unidas", señaló la especialista.
Una de la formas para sacar a los animales por el aeropuerto es en cajones de doble fondo. "En la parte baja del cajón los esconden. En su mayoría son insectos, aves pequeñas -que van anestesiadas-, batracios, tortugas; y en el segundo piso colocan ropa u otros objetos para camuflar el negocio", dijo.
Los traficantes usan las maleteras de los autos para pasar a los animales por las fronteras, aprovechando la falta de minuciosidad de la Policía en el control.
En junio, en una operación en el puerto del Callao (oeste de Lima) las autoridades peruanas incautaron unos 8 millones de caballitos de mar que iban a ser exportados a Asia, donde se cree que tienen propiedades afrodisíacas. Su valor rondaba los 3,9 millones de dólares.
En el marco de una estrategia para reducir el tráfico ilegal de animales, Perú ha identificado las principales zonas donde se practica. Éstas se encuentran en el norte y oriente del país, además de la capital.
Un estudio de la Wildlife Conservation Society (organismo comprometido en la protección de la vida silvestre) y Serfor concluye que 67.749 animales silvestres fueron decomisados entre 2000 y 2015. Serfor señaló que entre 10% a 20% de ellos fueron retornados a su hábitat, otros fallecieron por las terribles condiciones en las que se hallaron y el resto ubicado en zoológicos.
Entre las especies más traficadas están las boas, iguanas, lagartos, tortugas, rana del lago Titicaca, ave pihuicho de ala amarilla, ave botón de oro y una diversa variedad de loros y guacamayos, monos y mariposas, entre otras tantas más.
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Pequeñas tortugas motelo, ranas diminutas, gallitos de las rocas, tucanes, osos hormigueros y hasta osos de anteojos, pocas especies escapan de estas mafias.
El 20% de los 67.749 animales decomisados en los últimos 15 años tenía como destino el extranjero. Pero las autoridades señalan que no se conoce el número total de animales comercializados ilegalmente.
El camino que sigue la mafia comienza en la vasta Amazonía del país y en las regiones andinas donde capturan a los animales. Luego se los llevan a centros de acopio principalmente en Lima. De allí parten a Europa, Estados Unidos, Canadá y Asia -especialmente a China-, por aire, mar y tierra.
"El tráfico internacional es una mafia en cadena, trabaja por pedido para colocar a las especies como mascotas, para investigación científica, para los coleccionistas, medicina, afrodisíaco y otros fines", explicó Fabiola Muñoz, directora del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) del ministerio de Agricultura.
"Este negocio ilícito de animales es el tercero más grande en el mundo, luego del de las drogas y las armas, según un informe de la Naciones Unidas", señaló la especialista.
Una de la formas para sacar a los animales por el aeropuerto es en cajones de doble fondo. "En la parte baja del cajón los esconden. En su mayoría son insectos, aves pequeñas -que van anestesiadas-, batracios, tortugas; y en el segundo piso colocan ropa u otros objetos para camuflar el negocio", dijo.
Los traficantes usan las maleteras de los autos para pasar a los animales por las fronteras, aprovechando la falta de minuciosidad de la Policía en el control.
En junio, en una operación en el puerto del Callao (oeste de Lima) las autoridades peruanas incautaron unos 8 millones de caballitos de mar que iban a ser exportados a Asia, donde se cree que tienen propiedades afrodisíacas. Su valor rondaba los 3,9 millones de dólares.
En el marco de una estrategia para reducir el tráfico ilegal de animales, Perú ha identificado las principales zonas donde se practica. Éstas se encuentran en el norte y oriente del país, además de la capital.
Un estudio de la Wildlife Conservation Society (organismo comprometido en la protección de la vida silvestre) y Serfor concluye que 67.749 animales silvestres fueron decomisados entre 2000 y 2015. Serfor señaló que entre 10% a 20% de ellos fueron retornados a su hábitat, otros fallecieron por las terribles condiciones en las que se hallaron y el resto ubicado en zoológicos.
Entre las especies más traficadas están las boas, iguanas, lagartos, tortugas, rana del lago Titicaca, ave pihuicho de ala amarilla, ave botón de oro y una diversa variedad de loros y guacamayos, monos y mariposas, entre otras tantas más.