A pesar de que quedan muchas horas para saber el resultado definitivo, los datos empezaban a apuntar que los Fujimori retieron su fracaso de 2011, cuando se quedaron sin la victoria en la recta final frente al actual presidenete, Ollanta Humala.
De nuevo la ola de antifujimorismo del final de la campaña, en este caso con un respaldo de última hora de la izquierda al liberar Kuczynski para frenar a Fujimori, parecen haber tenido un efecto sorprendente. Según los primeros recuentos de mesas elegidas que siguen las encuestadoras, el llamado conteo rápido, Kuczynski ganó por 50,5% frente a 49,5% de Fujimori (datos de Ipsos) o 50,9% frente a 49,1% (datos de GFK).
Sin embargo, los fujimoristas no reconocían la derrota y preferían esperar a los datos definitivos. Una diferencia tan escasa y el habitual voto oculto a Fujimori movían a la cautela a todos los expertos que auguraban una larga noche de tenso recuento en el que puede ser clave el trabajo de los fiscales o interventores, y ahí la red del fujimorismo es mucho más potente en todo el país.
Antes de que llegaran esos datos, dos encuestas a pie de urna apuntaban en la misma línea, a una victoria por la mínima para Kuczynski mientras otra, apuntaba al éxito de Keiko con un 51,1% frente a 48,9% de. El tradicional voto fujimorista oculto hacía desconfiar a todos, aunque el recuento de las primeras mesas ya no es un sondeo sino datos reales.
inicia sesión o regístrate.
A pesar de que quedan muchas horas para saber el resultado definitivo, los datos empezaban a apuntar que los Fujimori retieron su fracaso de 2011, cuando se quedaron sin la victoria en la recta final frente al actual presidenete, Ollanta Humala.
De nuevo la ola de antifujimorismo del final de la campaña, en este caso con un respaldo de última hora de la izquierda al liberar Kuczynski para frenar a Fujimori, parecen haber tenido un efecto sorprendente. Según los primeros recuentos de mesas elegidas que siguen las encuestadoras, el llamado conteo rápido, Kuczynski ganó por 50,5% frente a 49,5% de Fujimori (datos de Ipsos) o 50,9% frente a 49,1% (datos de GFK).
Sin embargo, los fujimoristas no reconocían la derrota y preferían esperar a los datos definitivos. Una diferencia tan escasa y el habitual voto oculto a Fujimori movían a la cautela a todos los expertos que auguraban una larga noche de tenso recuento en el que puede ser clave el trabajo de los fiscales o interventores, y ahí la red del fujimorismo es mucho más potente en todo el país.
Antes de que llegaran esos datos, dos encuestas a pie de urna apuntaban en la misma línea, a una victoria por la mínima para Kuczynski mientras otra, apuntaba al éxito de Keiko con un 51,1% frente a 48,9% de. El tradicional voto fujimorista oculto hacía desconfiar a todos, aunque el recuento de las primeras mesas ya no es un sondeo sino datos reales.