Andy Murray se proclamó campeón del Internazionali BNL d'Italia al vencer por 6-3 6-3 en una hora y 35 minutos de juego al serbio Novak Djokovic, número 1 mundial y vigente ganador del torneo. El escocés, segundo cabeza de serie en Roma, acudió a por la copa cumpliendo 29 años ayer y dejando varias notas hacia el vestuario: terminó con el dominio del balcánico, campeón de las últimas dos ediciones y montado en una racha de 14 triunfos en el Foro itálico; dominó un enclave jamás explorado, levantando su primera copa en la arena italiana; y extendió su peso en torneos de la categoría, al colocarse en la décima posición histórica alzando su duodécimo Masters 1000 - segundo sobre tierra batida tras el logrado en el Mutua Madrid Open en el 2015.
Para dar cuerpo a la victoria el de Dunblane volvió a mostrar regularidad al servicio, una de las grandes claves durante la semana. Un primer set ordenado, donde ganó el 92% de las acciones con primer servicio y en el que apenas cedió cinco puntos al poner la pelota en circulación, fue suficiente para contener a un restador de primera línea como Djokovic - incapaz de generar una sola opción de quiebre en toda la manga.
La mordiente del balcánico en la devolución despertó en el segundo set. Si en el primer parcial no dispuso de opción alguna de quiebre, fue capaz de generarlas en los dos primeros turnos de servicio de Andy en la manga. El escocés, que resistió al acoso de los juegos iniciales, aprovechó la primera pelota de break para asestar el golpe y confirmar después una ventaja (4-2) que terminaría por hacer definitiva.
Así, y tras conquistar la última gran plaza de arcilla previa a Roland Garros, Andy Murray subrayó su autoridad en el tapete más lento del ATP World Tour.
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Andy Murray se proclamó campeón del Internazionali BNL d'Italia al vencer por 6-3 6-3 en una hora y 35 minutos de juego al serbio Novak Djokovic, número 1 mundial y vigente ganador del torneo. El escocés, segundo cabeza de serie en Roma, acudió a por la copa cumpliendo 29 años ayer y dejando varias notas hacia el vestuario: terminó con el dominio del balcánico, campeón de las últimas dos ediciones y montado en una racha de 14 triunfos en el Foro itálico; dominó un enclave jamás explorado, levantando su primera copa en la arena italiana; y extendió su peso en torneos de la categoría, al colocarse en la décima posición histórica alzando su duodécimo Masters 1000 - segundo sobre tierra batida tras el logrado en el Mutua Madrid Open en el 2015.
Para dar cuerpo a la victoria el de Dunblane volvió a mostrar regularidad al servicio, una de las grandes claves durante la semana. Un primer set ordenado, donde ganó el 92% de las acciones con primer servicio y en el que apenas cedió cinco puntos al poner la pelota en circulación, fue suficiente para contener a un restador de primera línea como Djokovic - incapaz de generar una sola opción de quiebre en toda la manga.
La mordiente del balcánico en la devolución despertó en el segundo set. Si en el primer parcial no dispuso de opción alguna de quiebre, fue capaz de generarlas en los dos primeros turnos de servicio de Andy en la manga. El escocés, que resistió al acoso de los juegos iniciales, aprovechó la primera pelota de break para asestar el golpe y confirmar después una ventaja (4-2) que terminaría por hacer definitiva.
Así, y tras conquistar la última gran plaza de arcilla previa a Roland Garros, Andy Murray subrayó su autoridad en el tapete más lento del ATP World Tour.
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