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"El pueblo brasileño sabrá impedir cualquier retroceso"

Sabado, 23 de abril de 2016 01:30
DILMA ROUSSEFF / LA PRESIDENTE DE BRASIL PARTICIPÓ DE LA REUNIÓN DE LA ONU.
La presidente de Brasil, Dilma Rousseff, denunció ayer ante la comunidad internacional reunida en la ONU el "grave momento" que vive su país y aseguró que el pueblo "sabrá impedir cualquier retroceso" democrático, en referencia al proceso de destitución que está a punto de sacarla del poder.
Rousseff, que no hizo mención alguna a un "golpe de Estado" durante un discurso en Nueva York en la ceremonia de firma del acuerdo sobre cambio climático, agradeció además a "todos los líderes" que le manifestaron su "solidaridad" por su situación.
"No puedo terminar mis palabras sin mencionar el grave momento que vive Brasil", afirmó la mandataria al final de un mensaje ante más de 60 jefes de Estado y de gobierno reunidos en la ONU y de cuyos nueve minutos solo dedicó unos 30 segundos a la dramática situación en su país.
"Brasil es un gran país, con una sociedad que supo vencer el autoritarismo y construir una pujante democracia", señaló Rousseff, amenazada por un juicio de destitución por presunta manipulación de las cuentas públicas y quien llegó a Nueva York el jueves por la noche.
"Su pueblo es un pueblo trabajador y con gran aprecio de las libertades. Sabrá, no tengo dudas, impedir cualquier retroceso", agregó, cerrando con el agradecimiento a quienes le manifestaron "solidaridad".
En ausencia de Rousseff, quedó al mando de Brasil el vicepresidente centrista Temer, quien la reemplazaría si el Senado aprueba hacia mediados de mayo abrirle un juicio de destitución (impeachment), ya aprobado por la Cámara de Diputados, por presunta manipulación de las cuentas públicas.
Según la posición del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), Temer y el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, llevan adelante una tentativa de "golpe de Estado", una acusación que la presidente no formuló esta vez.
Rousseff no había asistido el mes pasado a una cumbre sobre seguridad nuclear en Washington, pero sí decidió en cambio acudir a la ceremonia de Nueva York.
Tras la ceremonia del acuerdo sobre cambio climático, Dilma Rousseff tenía previsto almorzar con el Secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

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La presidente de Brasil, Dilma Rousseff, denunció ayer ante la comunidad internacional reunida en la ONU el "grave momento" que vive su país y aseguró que el pueblo "sabrá impedir cualquier retroceso" democrático, en referencia al proceso de destitución que está a punto de sacarla del poder.
Rousseff, que no hizo mención alguna a un "golpe de Estado" durante un discurso en Nueva York en la ceremonia de firma del acuerdo sobre cambio climático, agradeció además a "todos los líderes" que le manifestaron su "solidaridad" por su situación.
"No puedo terminar mis palabras sin mencionar el grave momento que vive Brasil", afirmó la mandataria al final de un mensaje ante más de 60 jefes de Estado y de gobierno reunidos en la ONU y de cuyos nueve minutos solo dedicó unos 30 segundos a la dramática situación en su país.
"Brasil es un gran país, con una sociedad que supo vencer el autoritarismo y construir una pujante democracia", señaló Rousseff, amenazada por un juicio de destitución por presunta manipulación de las cuentas públicas y quien llegó a Nueva York el jueves por la noche.
"Su pueblo es un pueblo trabajador y con gran aprecio de las libertades. Sabrá, no tengo dudas, impedir cualquier retroceso", agregó, cerrando con el agradecimiento a quienes le manifestaron "solidaridad".
En ausencia de Rousseff, quedó al mando de Brasil el vicepresidente centrista Temer, quien la reemplazaría si el Senado aprueba hacia mediados de mayo abrirle un juicio de destitución (impeachment), ya aprobado por la Cámara de Diputados, por presunta manipulación de las cuentas públicas.
Según la posición del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), Temer y el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, llevan adelante una tentativa de "golpe de Estado", una acusación que la presidente no formuló esta vez.
Rousseff no había asistido el mes pasado a una cumbre sobre seguridad nuclear en Washington, pero sí decidió en cambio acudir a la ceremonia de Nueva York.
Tras la ceremonia del acuerdo sobre cambio climático, Dilma Rousseff tenía previsto almorzar con el Secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

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