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Dilma Rousseff decidida a luchar contra su destitución

Jueves, 14 de abril de 2016 01:30

La presidente brasileña, Dilma Rousseff, dijo en la jornada de ayer que está decidida a "luchar hasta el último minuto del segundo tiempo" para salvar su mandato, amenazado por un juicio de destitución en el Congreso.
La mandataria dijo que si la situación se resuelve positivamente convocará a todos los partidos a un gran pacto
En una entrevista con varios grandes medios brasileños, la mandataria, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), anunció además que en caso de salir airosa de la votación del próximo domingo en la Cámara de Diputados propondrá "un pacto" a todas las fuerzas políticas, en el cual no habrá "vencedores ni vencidos".
Rousseff, de 68 años, denuncia como un "golpe de Estado" el proceso de impeachment impulsado por la oposición, que la acusa de manipular las cuentas públicas en 2014, el año de su reelección, y en 2015.
Importantes aliados del PT anunciaron esta semana que votarían a favor de su destitución, que requiere la aprobación de dos tercios de la cámara baja (342 de los 513 diputados) y luego de la mitad del Senado. En ese caso, Rousseff sería reemplazada por su vicepresidente, el centrista Michel Temer.
Pero a la exguerrillera que desafió a sus torturadores durante el régimen militar (1964-85) no parece impresionarle el juego duro y no está dispuesta a dar el brazo a torcer.
"El Gobierno luchará hasta el último minuto del segundo tiempo por algo que creemos factible, que es derrotar a esta tentativa de golpe que están intentando hacernos con un informe que es un fraude", declaró, en referencia al documento aprobado por una comisión parlamentaria que recomienda abrirle un juicio de destitución.
Rousseff no descartó interponer un recurso judicial ante la corte suprema, en caso de que la moción de impeachment sea aprobada por los diputados."No garantizo que no lo hagamos. No sabemos si lo haremos, y si lo hacemos, en qué momento", afirmó.
La encuestas publicadas por los principales medios brasileños muestran que los analistas anticipan que las rupturas del PP y el PRB podrían desencadenar un "efecto manada" en la política brasileña.
Cambio de rumbo
El Gobierno de la presidente Dilma Rousseff sufrió en la noche del martes una dura derrota frente a la votación del juicio político de la mandataria el domingo en la Cámara de Diputados, con la salida de la base parlamentaria del Partido Progresista, que se ha sumado al grueso de la oposición a favor de la destitución.
El conservador PP brasileño cuenta con el cuarto bloque en la cámara baja, 47 de 513 diputados y obligará a renunciar a su cargo al ministro de Integración Nacional, Gilberto Occhi.
“Yo no estaba de acuerdo con votar el impeachment pero acaté la decisión del bloque”, dijo el presidente del Partido Progresista, senador Ciro Nogueira, quien reforzó las chances de la oposición de llegar a los 342 votos para elevar la destitución de Rousseff al Senado.
La decisión fue tomada la noche del martes en una reunión de 44 diputados del PP, de los cuales cuatro están indecisos y otros 9 reforzaron su posición a favor de Dilma.
La salida del Partido Progresista se dio mientras el Gobierno le estaba ofreciendo manejar el Ministesrio de Salud y el banco público Caixa Económica Federal en caso de la sobrevivencia de la jefa de Estado al impeachment.
Hasta la medianoche del martes, la presidente Rousseff y el núcleo duro de su Gobierno, incluido el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, analizaron la salida del Partido Progresista, que era una de las cartas para enfrentar el alejamiento del oficialismo hecho por la dirección nacional del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (Pmdb) del vicepresidente Michel Temer.
En este contexto, la situación de la presidente Rousseff se torna cada vez más inestable y riesgosa.
Temer preparado para el reemplazo
El vicepresidente de Brasil, Michel Temer, afirmó estar “preparado” para asumir como jefe del Estado en el caso de que el Congreso destituya a la presidente Dilma Rousseff, quien lo calificó como “el jefe del golpe” en su contra con el juicio político en la Cámara de Diputados.
“Si el destino me lleva a esta función, y aclaro que hay que esperar los acontecimientos, está claro que estaré preparado, porque lo que pauta mi actividad es exactamente el diálogo. No es que yo sólo sea capaz individualmente, pero sé de la fuerza del diálogo con varios sectores para salir de la crisis”, dijo Temer en una entrevista con el canal opositor Globonews y el portal del diario Estado de San Pablo.
Sin citarlo, la presidente Rousseff calificó a Temer como “el jefe del golpe” luego de que se filtrara un discurso grabado del vicepresidente preparando su asunción y dando por descontada la victoria, el domingo, de la oposición en la Cámara de Diputados, que debe elevar al Senado el juicio político de la jefa del Estado por supuesto delito de responsabilidad en el manejo del presupuesto.
El vicepresidente, titular con licencia del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (Pmdb), rompió con Rousseff hace dos semanas y aceleró los planes de su aliado Eduardo Cunha, el presidente de la Cámara baja.
Sin embargo, aclaró que si la oposición es derrotada el domingo, continuará en el cargo por su “convivencia con el Gobierno, que siempre fue institucional”.
Temer dijo que frente a la denuncia de “golpe” por parte del PT y ahora de la presidente Dilma Rousseff, está obligado a “guerrear”. Por último, el vicepresidente se mostró dispuesto a terminar el mandato de Rousseff hasta el 31 de diciembre de 2018, al descartar proyectos de adelantar las elecciones porque, sostuvo, “sería romper la Constitución”.
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La presidente brasileña, Dilma Rousseff, dijo en la jornada de ayer que está decidida a "luchar hasta el último minuto del segundo tiempo" para salvar su mandato, amenazado por un juicio de destitución en el Congreso.
La mandataria dijo que si la situación se resuelve positivamente convocará a todos los partidos a un gran pacto
En una entrevista con varios grandes medios brasileños, la mandataria, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), anunció además que en caso de salir airosa de la votación del próximo domingo en la Cámara de Diputados propondrá "un pacto" a todas las fuerzas políticas, en el cual no habrá "vencedores ni vencidos".
Rousseff, de 68 años, denuncia como un "golpe de Estado" el proceso de impeachment impulsado por la oposición, que la acusa de manipular las cuentas públicas en 2014, el año de su reelección, y en 2015.
Importantes aliados del PT anunciaron esta semana que votarían a favor de su destitución, que requiere la aprobación de dos tercios de la cámara baja (342 de los 513 diputados) y luego de la mitad del Senado. En ese caso, Rousseff sería reemplazada por su vicepresidente, el centrista Michel Temer.
Pero a la exguerrillera que desafió a sus torturadores durante el régimen militar (1964-85) no parece impresionarle el juego duro y no está dispuesta a dar el brazo a torcer.
"El Gobierno luchará hasta el último minuto del segundo tiempo por algo que creemos factible, que es derrotar a esta tentativa de golpe que están intentando hacernos con un informe que es un fraude", declaró, en referencia al documento aprobado por una comisión parlamentaria que recomienda abrirle un juicio de destitución.
Rousseff no descartó interponer un recurso judicial ante la corte suprema, en caso de que la moción de impeachment sea aprobada por los diputados."No garantizo que no lo hagamos. No sabemos si lo haremos, y si lo hacemos, en qué momento", afirmó.
La encuestas publicadas por los principales medios brasileños muestran que los analistas anticipan que las rupturas del PP y el PRB podrían desencadenar un "efecto manada" en la política brasileña.
Cambio de rumbo
El Gobierno de la presidente Dilma Rousseff sufrió en la noche del martes una dura derrota frente a la votación del juicio político de la mandataria el domingo en la Cámara de Diputados, con la salida de la base parlamentaria del Partido Progresista, que se ha sumado al grueso de la oposición a favor de la destitución.
El conservador PP brasileño cuenta con el cuarto bloque en la cámara baja, 47 de 513 diputados y obligará a renunciar a su cargo al ministro de Integración Nacional, Gilberto Occhi.
“Yo no estaba de acuerdo con votar el impeachment pero acaté la decisión del bloque”, dijo el presidente del Partido Progresista, senador Ciro Nogueira, quien reforzó las chances de la oposición de llegar a los 342 votos para elevar la destitución de Rousseff al Senado.
La decisión fue tomada la noche del martes en una reunión de 44 diputados del PP, de los cuales cuatro están indecisos y otros 9 reforzaron su posición a favor de Dilma.
La salida del Partido Progresista se dio mientras el Gobierno le estaba ofreciendo manejar el Ministesrio de Salud y el banco público Caixa Económica Federal en caso de la sobrevivencia de la jefa de Estado al impeachment.
Hasta la medianoche del martes, la presidente Rousseff y el núcleo duro de su Gobierno, incluido el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, analizaron la salida del Partido Progresista, que era una de las cartas para enfrentar el alejamiento del oficialismo hecho por la dirección nacional del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (Pmdb) del vicepresidente Michel Temer.
En este contexto, la situación de la presidente Rousseff se torna cada vez más inestable y riesgosa.
Temer preparado para el reemplazo
El vicepresidente de Brasil, Michel Temer, afirmó estar “preparado” para asumir como jefe del Estado en el caso de que el Congreso destituya a la presidente Dilma Rousseff, quien lo calificó como “el jefe del golpe” en su contra con el juicio político en la Cámara de Diputados.
“Si el destino me lleva a esta función, y aclaro que hay que esperar los acontecimientos, está claro que estaré preparado, porque lo que pauta mi actividad es exactamente el diálogo. No es que yo sólo sea capaz individualmente, pero sé de la fuerza del diálogo con varios sectores para salir de la crisis”, dijo Temer en una entrevista con el canal opositor Globonews y el portal del diario Estado de San Pablo.
Sin citarlo, la presidente Rousseff calificó a Temer como “el jefe del golpe” luego de que se filtrara un discurso grabado del vicepresidente preparando su asunción y dando por descontada la victoria, el domingo, de la oposición en la Cámara de Diputados, que debe elevar al Senado el juicio político de la jefa del Estado por supuesto delito de responsabilidad en el manejo del presupuesto.
El vicepresidente, titular con licencia del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (Pmdb), rompió con Rousseff hace dos semanas y aceleró los planes de su aliado Eduardo Cunha, el presidente de la Cámara baja.
Sin embargo, aclaró que si la oposición es derrotada el domingo, continuará en el cargo por su “convivencia con el Gobierno, que siempre fue institucional”.
Temer dijo que frente a la denuncia de “golpe” por parte del PT y ahora de la presidente Dilma Rousseff, está obligado a “guerrear”. Por último, el vicepresidente se mostró dispuesto a terminar el mandato de Rousseff hasta el 31 de diciembre de 2018, al descartar proyectos de adelantar las elecciones porque, sostuvo, “sería romper la Constitución”.

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