El presidente de
Estados Unidos,
Barack Obama, utilizó este martes su octavo y último discurso del Estado de la Unión frente a las dos cámaras del
Congreso para brindar un mensaje de esperanza para "los próximos cinco, diez años", en un tono que buscó contrastar con la retórica apocalíptica del Partido Republicano encarnada por el precandidato favorito de esa fuerza, el empresario Donald Trump.
En materia de política exterior el mandatario reivindicó el rol de líder mundial de Washington al afirmar que "la gente en el mundo no busca en Moscú o Beijing un liderazgo, nos mira a nosotros", según transmitió en vivo el canal de noticias local NBC.
Luego, sostuvo que "en el mundo actual, no estamos amenazados por imperios malvados, sino por estados fallidos", enmarcados en "conflictos milenarios en Medio Oriente" y llamó a "eliminar" a la milicia del Estado Islámico (EI), al mismo tiempo que pidió no ser la "policía del mundo".
Si bien evitó tomar posición en medio de la campaña electoral, deslizó una crítica al favorito de la oposición, Donald Trump.
El presidente norteamericano criticó duramente a las voces más dramáticas y sostuvo que el EI "no amenaza la existencia nacional" de Estados Unidos, como muchos dirigentes dicen desde el año pasado, y advirtió que "los mensajes exagerados de que esta es la Tercera Guerra Mundial solamente benefician" a los yihadistas.
En un discurso apenas aplaudido por la mayoría republicana, que en varios de sus tramos pareció inaugurar la campaña electoral en ciernes, Obama reivindicó y defendió su gestión y dijo que "cualquiera que diga que la economía de Estados Unidos está en declive está pedaleando en el aire", además de llamar a fortalecer las políticas sociales y defender la reforma de salud, su gran conquista política.
Sin embargo esta vez el mandatario estadounidense decidió volver a adoptar el tono, las fórmulas y el espíritu que hizo de su primera campaña presidencial en 2008 un hito en la historia del país.
Describió "la grandeza de Estados Unidos", las cualidades del país "que causan envidia en el mundo" y cómo "superó una y otra vez las crisis". Habló de la necesidad de trabajar por un cambio, de mirar al futuro y de involucrarse.
Al ofrecer su contundente mensaje, por momentos y pese a las numerosas canas y las evidentes señales de desgaste que dejaron en su rostro los últimos siete años el frente de la Casa Blanca, Obama volvió a hablar como el joven senador que enamoró al electorado estadounidense e inclusive al comité noruego del premio Nobel de la Paz con sus discursos inspiradores y sus promesas de cambio.
Si bien no mencionó a ninguno de los precandidatos presidenciales y evitó tomar posición en medio de la campaña que decidirá a su sucesor, aunque deslizó una crítica al favorito de la oposición republicana, el empresario multimillonario Donald Trump.
"Cando algunos políticos insultan a musulmanes -incluidos nuestros propios ciudadanos-, cuando una mezquita es atacada, cuando un niño es insultado, está simplemente mal" sostuvo el presidente estadounidense.
Mientras el mandatario daba su discurso, un grupo diverso de invitados de honor siguió su alocución desde el palco oficial de la primera dama.
Entre los presentes, se destacaban Refaai Hamo, un refugiado sirio recién arribado a Estados Unidos; Ryan Reyes, un activista surgido luego del ataque terrorista en San Bernardino, California, que lucha por erradicar la discriminación y el odio del mundo; y Oscar Vazquez, un inmigrante mexicano que, tras llegar de pequeño y destacarse en sus estudios, logró recientemente la residencia legal.
La oposición no tardo en responder
El opositor Partido Republicano, que controla ambas cámaras del Congreso desde las últimas elecciones de medio término, no demoró su respuesta y criticó que los hechos no se correspondan con la "elocuencia" y "el tono elevado de sus palabras".
La gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, fue la encargada de dar la primera réplica en la que -aunque reconoció que el mandatario "habló elocuentemente sobre grandes cosas", lamentó que su historial "haya quedado muy lejos del tono elevado de sus palabras".
También el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, lamentó que, "Obama trató de dirigir las percepciones de la gente en lugar de enfrentarse a la realidad".
Anuncian plan para refugiados
El secretario estadounidense de Estado, John Kerry, anunció este miércoles planes del gobierno para ampliar los programas de admisión de refugiados para beneficiar a migrantes centroamericanos, y permitir que "recuperen la dignidad luego del drama que soportan"
Los planes beneficiarían a "familias e individuos de El Salvador, Guatemala y Honduras, y les ofrecerá una alternativa segura y legal al viaje peligroso que muchos actualmente se sienten tentados a hacer", dijo Kerry durante un discurso en la Universidad Nacional de Defensa, en Washington.
Kerry no ofreció detalles sobre cuáles serían esas medidas o cuando pasarían a ser aplicadas.
Poco más tarde, el Departamento de Estado distribuyó una nota donde adelantó que el gobierno "colaborará con el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados y ONGs para identificar personas en necesidad de refugio o protección".
Este anuncio tiene lugar después que importantes figuras políticas aliadas al presidente Barack Obama, incluidos 146 legisladores del partido Demócrata, criticaron ácidamente al gobierno por las recientes redadas migratorias con fines de deportación inmediata.
Este miércoles, Kerry dijo que los esfuerzos deben concentrarse en "formas en que los refugiados se puedan integrar mejor" en las sociedades que los aceptan.
El presidente de
Estados Unidos,
Barack Obama, utilizó este martes su octavo y último discurso del Estado de la Unión frente a las dos cámaras del
Congreso para brindar un mensaje de esperanza para "los próximos cinco, diez años", en un tono que buscó contrastar con la retórica apocalíptica del Partido Republicano encarnada por el precandidato favorito de esa fuerza, el empresario Donald Trump.
En materia de política exterior el mandatario reivindicó el rol de líder mundial de Washington al afirmar que "la gente en el mundo no busca en Moscú o Beijing un liderazgo, nos mira a nosotros", según transmitió en vivo el canal de noticias local NBC.
Luego, sostuvo que "en el mundo actual, no estamos amenazados por imperios malvados, sino por estados fallidos", enmarcados en "conflictos milenarios en Medio Oriente" y llamó a "eliminar" a la milicia del Estado Islámico (EI), al mismo tiempo que pidió no ser la "policía del mundo".
Si bien evitó tomar posición en medio de la campaña electoral, deslizó una crítica al favorito de la oposición, Donald Trump.
El presidente norteamericano criticó duramente a las voces más dramáticas y sostuvo que el EI "no amenaza la existencia nacional" de Estados Unidos, como muchos dirigentes dicen desde el año pasado, y advirtió que "los mensajes exagerados de que esta es la Tercera Guerra Mundial solamente benefician" a los yihadistas.
En un discurso apenas aplaudido por la mayoría republicana, que en varios de sus tramos pareció inaugurar la campaña electoral en ciernes, Obama reivindicó y defendió su gestión y dijo que "cualquiera que diga que la economía de Estados Unidos está en declive está pedaleando en el aire", además de llamar a fortalecer las políticas sociales y defender la reforma de salud, su gran conquista política.
Sin embargo esta vez el mandatario estadounidense decidió volver a adoptar el tono, las fórmulas y el espíritu que hizo de su primera campaña presidencial en 2008 un hito en la historia del país.
Describió "la grandeza de Estados Unidos", las cualidades del país "que causan envidia en el mundo" y cómo "superó una y otra vez las crisis". Habló de la necesidad de trabajar por un cambio, de mirar al futuro y de involucrarse.
Al ofrecer su contundente mensaje, por momentos y pese a las numerosas canas y las evidentes señales de desgaste que dejaron en su rostro los últimos siete años el frente de la Casa Blanca, Obama volvió a hablar como el joven senador que enamoró al electorado estadounidense e inclusive al comité noruego del premio Nobel de la Paz con sus discursos inspiradores y sus promesas de cambio.
Si bien no mencionó a ninguno de los precandidatos presidenciales y evitó tomar posición en medio de la campaña que decidirá a su sucesor, aunque deslizó una crítica al favorito de la oposición republicana, el empresario multimillonario Donald Trump.
"Cando algunos políticos insultan a musulmanes -incluidos nuestros propios ciudadanos-, cuando una mezquita es atacada, cuando un niño es insultado, está simplemente mal" sostuvo el presidente estadounidense.
Mientras el mandatario daba su discurso, un grupo diverso de invitados de honor siguió su alocución desde el palco oficial de la primera dama.
Entre los presentes, se destacaban Refaai Hamo, un refugiado sirio recién arribado a Estados Unidos; Ryan Reyes, un activista surgido luego del ataque terrorista en San Bernardino, California, que lucha por erradicar la discriminación y el odio del mundo; y Oscar Vazquez, un inmigrante mexicano que, tras llegar de pequeño y destacarse en sus estudios, logró recientemente la residencia legal.
La oposición no tardo en responder
El opositor Partido Republicano, que controla ambas cámaras del Congreso desde las últimas elecciones de medio término, no demoró su respuesta y criticó que los hechos no se correspondan con la "elocuencia" y "el tono elevado de sus palabras".
La gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, fue la encargada de dar la primera réplica en la que -aunque reconoció que el mandatario "habló elocuentemente sobre grandes cosas", lamentó que su historial "haya quedado muy lejos del tono elevado de sus palabras".
También el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, lamentó que, "Obama trató de dirigir las percepciones de la gente en lugar de enfrentarse a la realidad".
Anuncian plan para refugiados
El secretario estadounidense de Estado, John Kerry, anunció este miércoles planes del gobierno para ampliar los programas de admisión de refugiados para beneficiar a migrantes centroamericanos, y permitir que "recuperen la dignidad luego del drama que soportan"
Los planes beneficiarían a "familias e individuos de El Salvador, Guatemala y Honduras, y les ofrecerá una alternativa segura y legal al viaje peligroso que muchos actualmente se sienten tentados a hacer", dijo Kerry durante un discurso en la Universidad Nacional de Defensa, en Washington.
Kerry no ofreció detalles sobre cuáles serían esas medidas o cuando pasarían a ser aplicadas.
Poco más tarde, el Departamento de Estado distribuyó una nota donde adelantó que el gobierno "colaborará con el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados y ONGs para identificar personas en necesidad de refugio o protección".
Este anuncio tiene lugar después que importantes figuras políticas aliadas al presidente Barack Obama, incluidos 146 legisladores del partido Demócrata, criticaron ácidamente al gobierno por las recientes redadas migratorias con fines de deportación inmediata.
Este miércoles, Kerry dijo que los esfuerzos deben concentrarse en "formas en que los refugiados se puedan integrar mejor" en las sociedades que los aceptan.