Gotas y gotitas: Vivir intensamente
Demasiadas veces andamos haciendo las cosas sin darnos cuenta sea por instinto, por rutina, por necesidad, y al fin y al cabo sin realmente sentir lo que hacemos. Este es un estado, que si reflexionamos, nos daríamos cuenta de que estamos viviendo a medias, cuando realmente la vida es demasiado grandiosa para vivirla así. La vida, cada día, es un regalo que no tiene precio, ¿Por qué no abrimos este regalo con entusiasmo y aprovechamos al máximo esa gran oportunidad que tenemos de crear algo de gran valor y significado?¿Por qué desear y hablar de nuestros sueños?, mejor trabajemos por ellos. Seguramente una vida intensa no es más que ser capaces de ir con los ojos del corazón bien abiertos para ver, sentir y disfrutar de lo que pasa a nuestro alrededor, a cada instante.
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Gotas y gotitas: Vivir intensamente
Demasiadas veces andamos haciendo las cosas sin darnos cuenta sea por instinto, por rutina, por necesidad, y al fin y al cabo sin realmente sentir lo que hacemos. Este es un estado, que si reflexionamos, nos daríamos cuenta de que estamos viviendo a medias, cuando realmente la vida es demasiado grandiosa para vivirla así. La vida, cada día, es un regalo que no tiene precio, ¿Por qué no abrimos este regalo con entusiasmo y aprovechamos al máximo esa gran oportunidad que tenemos de crear algo de gran valor y significado?¿Por qué desear y hablar de nuestros sueños?, mejor trabajemos por ellos. Seguramente una vida intensa no es más que ser capaces de ir con los ojos del corazón bien abiertos para ver, sentir y disfrutar de lo que pasa a nuestro alrededor, a cada instante.
Cuando somos capaces de ver desde el corazón lo que nos rodea; de compartir por amor un bosque encantado, donde los demás solo ven un bosque cualquiera; de amar en la distancia o en silencio, donde los demás solo sienten una dolorosa ausencia; de admirar la luna, donde los demás solo ven una noche oscura; de ver amor, donde los demás solo se sienten amenazados o temerosos.
Eso es vivir intensamente... y de verdad. Es quizás por eso que para vivir una vida intensa solo hay que vivir y dejar que fluya la vida tal como es. Y, en todo caso, compartirla con quienes la viven con la misma intensidad, sin perder detalle, sin que importe el qué dirán. Hoy no podría vivir la vida ya de otra manera, ni compartir mi vida con alguien que no lo sienta y viva igual. Ya he gastado muchos años haciéndolo y me ha traído la infelicidad.
Y, aunque no sé siquiera si mis sueños se harán realidad o si mi vida me dará suficiente tiempo para lograrlo, sé que nunca más debo renunciar a lo que siento y vivo en cada instante. Reivindico mi derecho irrenunciable a ser feliz y a compartir mi sueño de amor en un bosque encantado allí donde nace el arco iris, aunque luego Dios será quien decidirá cuándo y dónde. Seguramente, para entonces, cualquier bosque será encantado, el arco iris saldrá cada día para mí y mi amor estará para siempre en mi corazón. Hasta la próxima. Namasté.