El partido se disputará desde las 20 hora local (22 de la Argentina) en el estadio "Universitario de Nueva León". El arbitraje estará a cargo del internacional paraguayo Antonio Arias. El reglamento estipula que no se tendrá en cuenta el doble valor del gol en calidad de visitante. Por esa razón, si al cabo del segundo partido, no hay diferencias y se mantiene la paridad, se disputarán 30 minutos de suplementario y, en caso de persistir la paridad, el campeón será resuelto a través de la ejecución de tiros penales.
River, ganador de las ediciones 1986 y 1996, y Tigres compartieron durante la fase inicial del certamen el grupo 6. El conjunto mexicano tuvo la chance de eliminar al "millonario", al que le ganaba por 2-0, en la penúltima jornada de la sección. Sin embargo, los conducidos por Marcelo Gallardo reaccionaron en el tramo final y lograron un angustioso empate 2-2, con los tantos conseguidos por el uruguayo Rodrigo Mora y el colombiano Teófilo Gutiérrez.
En la fecha siguiente, el conjunto azteca contribuyó a la clasificación "millonaria" a la segunda vuelta, con un ajustadísimo triunfo 5-4 sobre Juan Aurich, en Perú. El equipo de Gallardo redondeó el pasaje con un amplio 3-0 sobre San José de Oruro, que representó, asimismo, el primer triunfo en seis partidos en la competencia continental.
Ya en la segunda ronda de la competencia, River concretó el mejor golpe del torneo, al eliminar a Boca Juniors, luego de la recordada y negra noche de mayo en la Bombonera con los incidentes en la manga. En cuartos, el elenco "millonario" dejó en el camino a Cruzeiro de Belo Horizonte, tras perder 0-1 en la ida en el Monumental, y vencer 3-0 como visitante en el Mineirao. En las semifinales, en tanto, el conjunto de Gallardo sorteó el obstáculo que representó Guaraní de Paraguay, al que doblegó por un marcador global 3-1 (2-0 en la ida y 1-1 en Asunción, respectivamente).
Por su lado, Tigres, que cuenta en sus filas con los argentinos Nahuel Guzmán (ex Newell's) y Guido Pizarro (ex Lanús), marginó en octavos a Universitario de Sucre, con marcadores de 2-1 y 1-1. En cuartos, el conjunto mexicano superó al Emelec ecuatoriano que conduce Omar De Felippe, al que doblegó por 2-0 de local y con el que perdió 0-1 en condición de visitante.
Ya en una de las semifinales, el conjunto de Monterrey se impuso a Internacional de Porto Alegre, con un marcador global 4-3, después de perder 1-2 en Brasil e imponerse por 3-1 en México.
River contrató a 5 jugadores y tuvo en Tabaré Viudez y Lucas Alario (autor de un gol ante Guaraní) una gran elección para los reemplazos de Ariel Rojas y Teo Gutiérrez, quienes fueron figuras en el memorable partido ante Cruzeiro en cuartos.
Tigres, por su parte, sacudió el mercado latino al contratar al nigeriano Ikechukwu Uche y al francés goleador de la última liga de Francia con el Olympique Marsella de Marcelo Bielsa, André-Pierre Gignac, autor de un gol en la segunda semifinal ante Internacional de Porto Alegre.
Por último, las finales se jugarán sin público visitante, porque los dirigentes decidieron darles prioridad a sus socios abonados que agotaron las capacidades de ambos estadios.
El partido se disputará desde las 20 hora local (22 de la Argentina) en el estadio "Universitario de Nueva León". El arbitraje estará a cargo del internacional paraguayo Antonio Arias. El reglamento estipula que no se tendrá en cuenta el doble valor del gol en calidad de visitante. Por esa razón, si al cabo del segundo partido, no hay diferencias y se mantiene la paridad, se disputarán 30 minutos de suplementario y, en caso de persistir la paridad, el campeón será resuelto a través de la ejecución de tiros penales.
River, ganador de las ediciones 1986 y 1996, y Tigres compartieron durante la fase inicial del certamen el grupo 6. El conjunto mexicano tuvo la chance de eliminar al "millonario", al que le ganaba por 2-0, en la penúltima jornada de la sección. Sin embargo, los conducidos por Marcelo Gallardo reaccionaron en el tramo final y lograron un angustioso empate 2-2, con los tantos conseguidos por el uruguayo Rodrigo Mora y el colombiano Teófilo Gutiérrez.
En la fecha siguiente, el conjunto azteca contribuyó a la clasificación "millonaria" a la segunda vuelta, con un ajustadísimo triunfo 5-4 sobre Juan Aurich, en Perú. El equipo de Gallardo redondeó el pasaje con un amplio 3-0 sobre San José de Oruro, que representó, asimismo, el primer triunfo en seis partidos en la competencia continental.
Ya en la segunda ronda de la competencia, River concretó el mejor golpe del torneo, al eliminar a Boca Juniors, luego de la recordada y negra noche de mayo en la Bombonera con los incidentes en la manga. En cuartos, el elenco "millonario" dejó en el camino a Cruzeiro de Belo Horizonte, tras perder 0-1 en la ida en el Monumental, y vencer 3-0 como visitante en el Mineirao. En las semifinales, en tanto, el conjunto de Gallardo sorteó el obstáculo que representó Guaraní de Paraguay, al que doblegó por un marcador global 3-1 (2-0 en la ida y 1-1 en Asunción, respectivamente).
Por su lado, Tigres, que cuenta en sus filas con los argentinos Nahuel Guzmán (ex Newell's) y Guido Pizarro (ex Lanús), marginó en octavos a Universitario de Sucre, con marcadores de 2-1 y 1-1. En cuartos, el conjunto mexicano superó al Emelec ecuatoriano que conduce Omar De Felippe, al que doblegó por 2-0 de local y con el que perdió 0-1 en condición de visitante.
Ya en una de las semifinales, el conjunto de Monterrey se impuso a Internacional de Porto Alegre, con un marcador global 4-3, después de perder 1-2 en Brasil e imponerse por 3-1 en México.
River contrató a 5 jugadores y tuvo en Tabaré Viudez y Lucas Alario (autor de un gol ante Guaraní) una gran elección para los reemplazos de Ariel Rojas y Teo Gutiérrez, quienes fueron figuras en el memorable partido ante Cruzeiro en cuartos.
Tigres, por su parte, sacudió el mercado latino al contratar al nigeriano Ikechukwu Uche y al francés goleador de la última liga de Francia con el Olympique Marsella de Marcelo Bielsa, André-Pierre Gignac, autor de un gol en la segunda semifinal ante Internacional de Porto Alegre.
Por último, las finales se jugarán sin público visitante, porque los dirigentes decidieron darles prioridad a sus socios abonados que agotaron las capacidades de ambos estadios.