El primer ministro británico, el conservador
David Cameron, y su adversario laborista,
Ed Miliband, realizaron ayer sus últimas promesas en un intento desesperado por ganar terreno a tres días de las elecciones más reñidas de los últimos tiempos.
El diario financiero londinense Financial Times estimó que todo se jugará entre Cameron y Miliband, quienes no obstante dependerán de los pequeños partidos para gobernar un Reino Unido bajo amenaza de implosión y de una salida de la
Unión Europea (UE). El sistema de escrutinio británico, mayoritario y de una sola vuelta, incrementa la incertidumbre y la probabilidad de un Parlamento sin mayoría clara.
En el "rastreador de encuestas" de la cadena BBC, que establece un promedio entre diferentes sondeos, los conservadores lideran con el 34% de intención de votos, seguidos por los laboristas, con el 33%, los euroescépticos del Partido de la Independencia del
Reino Unido (Ukip), 14% y los Liberales Demócratas del vicepremier Nick Clegg, con el 8%.
Más detrás se ubican Los Verdes, con el 5%, y un bloque de otros partidos más pequeños, que incluye al Partido Nacional Escocés (SNP) y los galeses Play Cymru, con el 6%.
En el cierre de la campaña, los líderes de los principales partidos británicos reiteraron sus promesas de austeridad, reducción de la presión fiscal, endurecimiento de las leyes migratorias, y continuidad del país dentro de la Unión Europea.
También defendieron sus planes de conservar, pero también de recortar el emblemático National Health Service (NHS), el famoso servicio de salud público británico.
Asimismo, los aspirantes a instalarse en el Downing Street participaron ayer en un cruce de acusaciones en un intento por ganar terreno.
David Cameron, de 48 años, resumió ayer a su manera el duelo que mantiene con Miliband, de 45 años: "La inevitable opción es simple: O me eligen a mí al frente de un gobierno fuerte y estable, o es él y el caos, con la yapa de una toma de rehenes de la SNP", en alusión a los nacionalistas escoceses.
El primer ministro británico, el conservador
David Cameron, y su adversario laborista,
Ed Miliband, realizaron ayer sus últimas promesas en un intento desesperado por ganar terreno a tres días de las elecciones más reñidas de los últimos tiempos.
El diario financiero londinense Financial Times estimó que todo se jugará entre Cameron y Miliband, quienes no obstante dependerán de los pequeños partidos para gobernar un Reino Unido bajo amenaza de implosión y de una salida de la
Unión Europea (UE). El sistema de escrutinio británico, mayoritario y de una sola vuelta, incrementa la incertidumbre y la probabilidad de un Parlamento sin mayoría clara.
En el "rastreador de encuestas" de la cadena BBC, que establece un promedio entre diferentes sondeos, los conservadores lideran con el 34% de intención de votos, seguidos por los laboristas, con el 33%, los euroescépticos del Partido de la Independencia del
Reino Unido (Ukip), 14% y los Liberales Demócratas del vicepremier Nick Clegg, con el 8%.
Más detrás se ubican Los Verdes, con el 5%, y un bloque de otros partidos más pequeños, que incluye al Partido Nacional Escocés (SNP) y los galeses Play Cymru, con el 6%.
En el cierre de la campaña, los líderes de los principales partidos británicos reiteraron sus promesas de austeridad, reducción de la presión fiscal, endurecimiento de las leyes migratorias, y continuidad del país dentro de la Unión Europea.
También defendieron sus planes de conservar, pero también de recortar el emblemático National Health Service (NHS), el famoso servicio de salud público británico.
Asimismo, los aspirantes a instalarse en el Downing Street participaron ayer en un cruce de acusaciones en un intento por ganar terreno.
David Cameron, de 48 años, resumió ayer a su manera el duelo que mantiene con Miliband, de 45 años: "La inevitable opción es simple: O me eligen a mí al frente de un gobierno fuerte y estable, o es él y el caos, con la yapa de una toma de rehenes de la SNP", en alusión a los nacionalistas escoceses.