Es que, según comentan, Denis Luis es amable y se caracteriza por sonreirle a la gente, pero no sabe leer ni distingue la diferencia entre un mes o una semana. El joven no conoce nada de lo que ocurre más allá de las puertas del Guarulhos, aunque se lo vea todos los días caminar con un diario bajo su brazo. La única información que tiene del mundo exterior es toda aquella relacionado a Corinthians, su equipo de fútbol favorito.
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Es que, según comentan, Denis Luis es amable y se caracteriza por sonreirle a la gente, pero no sabe leer ni distingue la diferencia entre un mes o una semana. El joven no conoce nada de lo que ocurre más allá de las puertas del Guarulhos, aunque se lo vea todos los días caminar con un diario bajo su brazo. La única información que tiene del mundo exterior es toda aquella relacionado a Corinthians, su equipo de fútbol favorito.
Al parece, al joven de 32 años no lo desvelan los lujos ni la vida suntuosa. Las pocas pertenencias que tiene las guarda en las cabinas telefónicas de un negocio que es atendido por sus "madrinas". Los sábados se baña, por 47 reales, en las duchas del aeropuerto y todos los días se alimenta de su comida preferida: arroz con frijoles.
"Necesitaría un hogar, pero yo creo que no saldrá de acá. Me parece que tiene miedo de irse y de no poder volver después", afirma una de las personas encargadas del local donde Denis guarda sus cosas.
Debido a que el aeropuerto es un lugar público, nadie puede echarlo. Al fin y al cabo, y para suerte del joven brasileño, es un lugar cálido, seguro y que funciona las 24 horas del día. Como en la película "La terminal", protagonizada por Tom Hanks, Denis no reniega de su hogar. Y si todo anda bien, pretende quedarse ahí. Incluso por muchos años más.