La causa más importante en la que participó
Collantes cuando era fiscal es el
crimen de Schenone, asesinado a balazos el 16 de enero de 2003 en Béccar, hecho por el que el empresario Conzi, dueño del complejo gastronómico "
Dallas-las Olas Boulevard", fue condenado a 24 años y seis meses de prisión.
Collantes era el adjunto del por entonces fiscal titular Mario Kohan en la UFI 2 de San Isidro, y juntos buscaron a Conzi durante los 57 días que estuvo prófugo.
Luego, en el mes de mayo de 2004, y ya como fiscal titular, Collantes investigó como un posible crimen por envenenamiento, el fallecimiento de Lidia Elizabeth Scopino (39), una ciudadana estadounidense y ex policía de la ciudad de Nueva York, que apareció muerta en una casa de Beccar y estaba en Argentina para tramitar una herencia.