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Islamistas amenazaron con una guerra larga y espantosa

Domingo, 05 de abril de 2015 00:00
Los islamistas armados somalíes shebab amenazaron ayer a Kenia con una "guerra larga y espantosa", dos días después de haber matado a 148 personas en la universidad de Garissa, en el este del país.
En un comunicado denuncian "la opresión", "las políticas represivas" y "la persecución sistemática de los musulmanes" en Kenia, y "la ocupación de las tierras musulmanas" por parte de Nairobi. Se refieren a Somalia, donde el ejército keniano combate a los islamistas desde 2011. Los islamistas amenazaron con atentar contra "escuelas, universidades, lugares de trabajo e incluso casas".
Desde el jueves, "cinco personas fueron detenidas", declaró el portavoz del ministerio del Interior, Mwenda Njoka. "Sospechamos que son cómplices de los atacantes, intentamos establecer los vínculos", dijo Njoka. Dos de ellos fueron detenidos en el campus, añadió.
El jueves, el ministro del Interior, Joseph Nkaissery, anunció la detención de un "presunto atacante". Njoka confirmó que formaba parte de los cinco detenidos.
Los cuerpos de "cuatro terroristas" muertos en el asalto de las fuerzas de seguridad fueron encontrados en la universidad, donde el jueves abrieron fuego indiscriminadamente, antes de entrar en la residencia universitaria y separar a los musulmanes de los demás. A los primeros los dejaron marcharse y a los no musulmanes los secuestraron.
La entrada de vehículos con matrícula estadounidense en el campus hace pensar que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) podría participar en la investigación, como fue el caso en el asalto al centro comercial Westgate por un comando shebab en 2013.
Las autoridades kenianas buscan desde el jueves al que consideran el cerebro del ataque, Mohamed Mohamud, por el que ofrecen unos 200.000 euros. Se trata de un antiguo profesor keniano de una escuela coránica de Garissa que se unió primero al movimiento de los Tribunales Islámicos que se adueñó de Mogadiscio en 2006, antes de pasarse a una milicia islamista y terminar con los somalíes shebab.
El gobierno prometió que no se dejará "intimidar" por el ataque en la universidad de Garissa, el más sangriento en su territorio desde el atentado contra la embajada de Estados Unidos en Nairobi en 1998.

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Los islamistas armados somalíes shebab amenazaron ayer a Kenia con una "guerra larga y espantosa", dos días después de haber matado a 148 personas en la universidad de Garissa, en el este del país.
En un comunicado denuncian "la opresión", "las políticas represivas" y "la persecución sistemática de los musulmanes" en Kenia, y "la ocupación de las tierras musulmanas" por parte de Nairobi. Se refieren a Somalia, donde el ejército keniano combate a los islamistas desde 2011. Los islamistas amenazaron con atentar contra "escuelas, universidades, lugares de trabajo e incluso casas".
Desde el jueves, "cinco personas fueron detenidas", declaró el portavoz del ministerio del Interior, Mwenda Njoka. "Sospechamos que son cómplices de los atacantes, intentamos establecer los vínculos", dijo Njoka. Dos de ellos fueron detenidos en el campus, añadió.
El jueves, el ministro del Interior, Joseph Nkaissery, anunció la detención de un "presunto atacante". Njoka confirmó que formaba parte de los cinco detenidos.
Los cuerpos de "cuatro terroristas" muertos en el asalto de las fuerzas de seguridad fueron encontrados en la universidad, donde el jueves abrieron fuego indiscriminadamente, antes de entrar en la residencia universitaria y separar a los musulmanes de los demás. A los primeros los dejaron marcharse y a los no musulmanes los secuestraron.
La entrada de vehículos con matrícula estadounidense en el campus hace pensar que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) podría participar en la investigación, como fue el caso en el asalto al centro comercial Westgate por un comando shebab en 2013.
Las autoridades kenianas buscan desde el jueves al que consideran el cerebro del ataque, Mohamed Mohamud, por el que ofrecen unos 200.000 euros. Se trata de un antiguo profesor keniano de una escuela coránica de Garissa que se unió primero al movimiento de los Tribunales Islámicos que se adueñó de Mogadiscio en 2006, antes de pasarse a una milicia islamista y terminar con los somalíes shebab.
El gobierno prometió que no se dejará "intimidar" por el ataque en la universidad de Garissa, el más sangriento en su territorio desde el atentado contra la embajada de Estados Unidos en Nairobi en 1998.

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