La actividad del volcán Calbuco seguía disminuyendo ayer, pero la gran cantidad de cenizas que expulsó en sus dos potentes erupciones de la semana pasada continúan siendo un dolor de cabeza para los habitantes del sur chileno.
El macizo que después de 54 años despertó lanzando sorpresivas erupciones el miércoles y jueves de la semana pasada, mantenía ayer una "sismicidad en nivel más bajo que la víspera", de acuerdo al último reporte del Servicio Nacional de Geología y Minas (Sernageomin).
Un nivel de sismicidad alto precede a una posible nueva erupción.
De acuerdo al Sernageomin, restan aún 24 horas para poder consolidar una tendencia de comportamiento del macizo, y eventualmente, poder bajar el nivel de alerta roja que se mantiene en la región de Los Lagos.
En sus dos erupciones, el Calbuco lanzó unos 210 millones de metros cúbicos de cenizas.
Cada metro cúbico significa cerca de una tonelada de material volcánico que se acumuló en las localidades más cercanas al macizo, como Ensenada, donde hay cerca de un metro de material volcánico.
En el sur de Chile, en tanto, los esfuerzos se enfocaban en despejar las toneladas de cenizas acumuladas, antes de que mañana jueves llueva con fuerza en la zona.
"El riesgo es la combinación de material volcánico con grandes lluvias", advirtió el viceministro de Obras Públicas, Sergio Galilea.
Las lluvias podrían arrastrar las cenizas y el material volcánico por las quebradas de los ríos, lo que eleva el riesgo de aluviones que arrasen con todo a su paso.
Otro riesgo es la dispersión de las cenizas finas, las que empeorarían los niveles de polución en gran parte de Chile, incluida la capital, Santiago, que sufre ya altos niveles de contaminación atmosférica, sobre todo en el invierno austral.
"Habrá un impacto importante en la calidad del aire de todo el invierno", advirtió el especialista en contaminación atmosférica de la Universidad de Santiago, Patricio Pérez.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla
La actividad del volcán Calbuco seguía disminuyendo ayer, pero la gran cantidad de cenizas que expulsó en sus dos potentes erupciones de la semana pasada continúan siendo un dolor de cabeza para los habitantes del sur chileno.
El macizo que después de 54 años despertó lanzando sorpresivas erupciones el miércoles y jueves de la semana pasada, mantenía ayer una "sismicidad en nivel más bajo que la víspera", de acuerdo al último reporte del Servicio Nacional de Geología y Minas (Sernageomin).
Un nivel de sismicidad alto precede a una posible nueva erupción.
De acuerdo al Sernageomin, restan aún 24 horas para poder consolidar una tendencia de comportamiento del macizo, y eventualmente, poder bajar el nivel de alerta roja que se mantiene en la región de Los Lagos.
En sus dos erupciones, el Calbuco lanzó unos 210 millones de metros cúbicos de cenizas.
Cada metro cúbico significa cerca de una tonelada de material volcánico que se acumuló en las localidades más cercanas al macizo, como Ensenada, donde hay cerca de un metro de material volcánico.
En el sur de Chile, en tanto, los esfuerzos se enfocaban en despejar las toneladas de cenizas acumuladas, antes de que mañana jueves llueva con fuerza en la zona.
"El riesgo es la combinación de material volcánico con grandes lluvias", advirtió el viceministro de Obras Públicas, Sergio Galilea.
Las lluvias podrían arrastrar las cenizas y el material volcánico por las quebradas de los ríos, lo que eleva el riesgo de aluviones que arrasen con todo a su paso.
Otro riesgo es la dispersión de las cenizas finas, las que empeorarían los niveles de polución en gran parte de Chile, incluida la capital, Santiago, que sufre ya altos niveles de contaminación atmosférica, sobre todo en el invierno austral.
"Habrá un impacto importante en la calidad del aire de todo el invierno", advirtió el especialista en contaminación atmosférica de la Universidad de Santiago, Patricio Pérez.
PUBLICIDAD