El Gobierno brasileño negocia con
Bolivia la construcción de una
central hidroeléctrica binacional en el margen boliviano del
río Madeira, afirmó el ministro de Minas y Energía brasileño, Eduardo Braga, citado ayer por la prensa local.
La planificación para construir una hidroeléctrica "tiene un sentido estratégico" frente a la generación de energía y el crecimiento económico de ambos países, dijo Braga al diario Valor Económico.
De acuerdo a la publicación, en caso de que se cumpla el cronograma que está siendo negociado por los gobiernos de los presidentes
Dilma Rousseff y
Evo Morales, la central estará en funcionamiento en 2022, con 3.000 megavatios de capacidad instalada.
La central hidroeléctrica forma parte de un paquete de inversiones financiadas por Brasil para la generación de energía en la región fronteriza y que funcionaría de igual forma al modelo de la paraguayo-brasileño de Itaipú, la segunda del mundo en generación de energía.
Bolivia sería exportador de energía hacia
Brasil, debido a que la generación eléctrica de la nueva central hidroeléctrica y otras termoeléctricas superaría su demanda, con lo cual asumirá los vencimientos de la financiación.
La zona fronteriza de Brasil con Bolivia tiene dos centrales hidroeléctricas brasileñas, Jirau y Santo Antonio.
Por su parte, el ministro de Hidrocarburos de Bolivia, Luis Alberto Sánchez Fernández, visitó Brasilia en marzo para dialogar sobre el proyecto. "El proyecto de la nueva central puede provocar que podamos optimizar las hidroeléctricas de Jirau y Santo Antonio y también regularizar el ritmo hídrico del río Madeira en forma más eficiente, para contribuir enormemente a la economía de ambos países", explicó el ministro brasileño Braga.
El Gobierno brasileño negocia con
Bolivia la construcción de una
central hidroeléctrica binacional en el margen boliviano del
río Madeira, afirmó el ministro de Minas y Energía brasileño, Eduardo Braga, citado ayer por la prensa local.
La planificación para construir una hidroeléctrica "tiene un sentido estratégico" frente a la generación de energía y el crecimiento económico de ambos países, dijo Braga al diario Valor Económico.
De acuerdo a la publicación, en caso de que se cumpla el cronograma que está siendo negociado por los gobiernos de los presidentes
Dilma Rousseff y
Evo Morales, la central estará en funcionamiento en 2022, con 3.000 megavatios de capacidad instalada.
La central hidroeléctrica forma parte de un paquete de inversiones financiadas por Brasil para la generación de energía en la región fronteriza y que funcionaría de igual forma al modelo de la paraguayo-brasileño de Itaipú, la segunda del mundo en generación de energía.
Bolivia sería exportador de energía hacia
Brasil, debido a que la generación eléctrica de la nueva central hidroeléctrica y otras termoeléctricas superaría su demanda, con lo cual asumirá los vencimientos de la financiación.
La zona fronteriza de Brasil con Bolivia tiene dos centrales hidroeléctricas brasileñas, Jirau y Santo Antonio.
Por su parte, el ministro de Hidrocarburos de Bolivia, Luis Alberto Sánchez Fernández, visitó Brasilia en marzo para dialogar sobre el proyecto. "El proyecto de la nueva central puede provocar que podamos optimizar las hidroeléctricas de Jirau y Santo Antonio y también regularizar el ritmo hídrico del río Madeira en forma más eficiente, para contribuir enormemente a la economía de ambos países", explicó el ministro brasileño Braga.