¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

21°
25 de Junio,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Quieren reducir el sector informal

Martes, 03 de marzo de 2015 00:00
La junta militar que gobierna Tailandia apunta en forma más general a reducir el sector informal de la economía, con operaciones policiales muy mediatizadas contra la droga o el juego clandestino.
La venta callejera es además una fuente de corrupción de las fuerzas policiales, cuya integridad deja mucho que desear, y que cobran jugosas comisiones para dejar ejercer a los vendedores.
El verano pasado, un oficial del ejército fue imputado de extorsión de fondos por haber cobrado coimas a los vendedores de la calle Patpong, barrio caliente de la capital tailandesa.
Las autoridades están actuando con el mismo rigor en estaciones balnearias como Phuket, en el sur del país, cuyas playas quedaron vacías de cantinas ambulantes y alquiladores de tumbonas.
Narumol Nirathron, profesora de la Universidad Thammasat de Bangkok, critica lo que considera una operación superficial que no ofrece a los vendedores alternativas adaptadas para que puedan seguir ejerciendo su actividad comercial.
"Hay gente que no está preparada para ser desplazada en tan poco tiempo. La vereda no es solamente para los peatones sino también para que algunas personas puedan ganarse la vida", dice Rirathron.
El desempleo casi no existe en Tailandia, en parte gracias a la economía informal, explica.
Según la alcaldía de Bangkok, unos 20.000 vendedores callejeros están registrados en la administración, pero según un estudio que remonta al año 2000, los ambulantes suman 400.000 personas.
Muchos vendedores ganan más que un obrero.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla
La junta militar que gobierna Tailandia apunta en forma más general a reducir el sector informal de la economía, con operaciones policiales muy mediatizadas contra la droga o el juego clandestino.
La venta callejera es además una fuente de corrupción de las fuerzas policiales, cuya integridad deja mucho que desear, y que cobran jugosas comisiones para dejar ejercer a los vendedores.
El verano pasado, un oficial del ejército fue imputado de extorsión de fondos por haber cobrado coimas a los vendedores de la calle Patpong, barrio caliente de la capital tailandesa.
Las autoridades están actuando con el mismo rigor en estaciones balnearias como Phuket, en el sur del país, cuyas playas quedaron vacías de cantinas ambulantes y alquiladores de tumbonas.
Narumol Nirathron, profesora de la Universidad Thammasat de Bangkok, critica lo que considera una operación superficial que no ofrece a los vendedores alternativas adaptadas para que puedan seguir ejerciendo su actividad comercial.
"Hay gente que no está preparada para ser desplazada en tan poco tiempo. La vereda no es solamente para los peatones sino también para que algunas personas puedan ganarse la vida", dice Rirathron.
El desempleo casi no existe en Tailandia, en parte gracias a la economía informal, explica.
Según la alcaldía de Bangkok, unos 20.000 vendedores callejeros están registrados en la administración, pero según un estudio que remonta al año 2000, los ambulantes suman 400.000 personas.
Muchos vendedores ganan más que un obrero.

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD