El ejército ucraniano y los separatistas prorrusos del este de
Ucrania respetaron ayer el alto el fuego acordado, pese a algunos enfrentamientos en la ciudad de Debaltseve, donde los rebeldes impidieron el acceso a los observadores internacionales.
Dos civiles murieron en un bombardeo poco después de la entrada en vigor del alto el fuego, en Popasna, en la región de Lugansk. Ucrania culpó a un grupo de insurgentes cosacos, que no obedecen la orden de alto el fuego dada por el mando rebelde. La tregua acordada el jueves en
Minsk entre el gobierno de Ucrania y los insurgentes separatistas es la primera etapa de un plan de paz para acabar con un conflicto que ha dejado más de 5.500 muertos en 10 meses en el este ucraniano.
Ayer testigos escucharon tiros de artillería procedentes de Debaltseve, ciudad estratégica donde los rebeldes rodeaban a soldados ucranianos antes del alto el fuego. Pero aseguraron que la situación no es tan grave como en las últimas semanas.
Precisamente allí, los rebeldes prorrusos impidieron el acceso a los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (Osce), encargados de comprobar la aplicación del alto el fuego. Sin embargo, la tregua se respeta en el conjunto de la región, precisó la Osce, tras haber observado un breve intercambio de fuego de artillería a las en Debaltseve.
Un alto cargo militar de la república separatista de Donetsk, Eduard Basurin, también indicó que la tregua estaba siendo "globalmente respetada". Por su parte, el portavoz militar ucraniano, Anatoli Stelmakh, declaró que "grupos armados apuntaron a nuestras tropas en 60 ocasiones con todo tipos de armas, incluidos (lanzacohetes múltiples) Grad", y precisó que Debaltseve era "el punto más caliente" desde la entrado en vigor del alto el fuego.
Horas antes, las autoridades ucranianas también habían señalado incidentes en las regiones de Mariupol, en el sur, y de Lugansk, al norte de la línea del frente, que no dejaron víctimas civiles ni militares.
"Esperamos que el alto el fuego se respete por completo de aquí a unas horas. Se necesita un poco de tiempo, no es un proceso instantáneo", declaró Ilia Kiva, responsable del ministerio ucraniano del Interior en la región de Donetsk.
"Necesitamos trabajar con empeño para que el alto el fuego sea duradero sin asistir a las violaciones que vemos hoy (por ayer)", aseguró el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Pavlo Klimkin, que lamentó "la responsabilidad política y moral" de las autoridades separatistas en esas violaciones.
El ejército ucraniano y los separatistas prorrusos del este de
Ucrania respetaron ayer el alto el fuego acordado, pese a algunos enfrentamientos en la ciudad de Debaltseve, donde los rebeldes impidieron el acceso a los observadores internacionales.
Dos civiles murieron en un bombardeo poco después de la entrada en vigor del alto el fuego, en Popasna, en la región de Lugansk. Ucrania culpó a un grupo de insurgentes cosacos, que no obedecen la orden de alto el fuego dada por el mando rebelde. La tregua acordada el jueves en
Minsk entre el gobierno de Ucrania y los insurgentes separatistas es la primera etapa de un plan de paz para acabar con un conflicto que ha dejado más de 5.500 muertos en 10 meses en el este ucraniano.
Ayer testigos escucharon tiros de artillería procedentes de Debaltseve, ciudad estratégica donde los rebeldes rodeaban a soldados ucranianos antes del alto el fuego. Pero aseguraron que la situación no es tan grave como en las últimas semanas.
Precisamente allí, los rebeldes prorrusos impidieron el acceso a los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (Osce), encargados de comprobar la aplicación del alto el fuego. Sin embargo, la tregua se respeta en el conjunto de la región, precisó la Osce, tras haber observado un breve intercambio de fuego de artillería a las en Debaltseve.
Un alto cargo militar de la república separatista de Donetsk, Eduard Basurin, también indicó que la tregua estaba siendo "globalmente respetada". Por su parte, el portavoz militar ucraniano, Anatoli Stelmakh, declaró que "grupos armados apuntaron a nuestras tropas en 60 ocasiones con todo tipos de armas, incluidos (lanzacohetes múltiples) Grad", y precisó que Debaltseve era "el punto más caliente" desde la entrado en vigor del alto el fuego.
Horas antes, las autoridades ucranianas también habían señalado incidentes en las regiones de Mariupol, en el sur, y de Lugansk, al norte de la línea del frente, que no dejaron víctimas civiles ni militares.
"Esperamos que el alto el fuego se respete por completo de aquí a unas horas. Se necesita un poco de tiempo, no es un proceso instantáneo", declaró Ilia Kiva, responsable del ministerio ucraniano del Interior en la región de Donetsk.
"Necesitamos trabajar con empeño para que el alto el fuego sea duradero sin asistir a las violaciones que vemos hoy (por ayer)", aseguró el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Pavlo Klimkin, que lamentó "la responsabilidad política y moral" de las autoridades separatistas en esas violaciones.