Las comadres festejarán su día con diferentes actividades en la ciudad fronteriza de La Quiaca, donde ya se palpita el Carnaval, las comparsas en horario nocturno dejan escuchar los acordes de las bandas de músicos.
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Las comadres festejarán su día con diferentes actividades en la ciudad fronteriza de La Quiaca, donde ya se palpita el Carnaval, las comparsas en horario nocturno dejan escuchar los acordes de las bandas de músicos.
En las esquinas de sus calles, pueden observarse los ensayos, para participar de los corsos.
A diferencia de otras partes de la provincia, el Jueves de Comadres tiene un significado especial en la Puna, porque es el día en que se desentierra el Carnaval. Particularmente en La Quiaca es el puntapié inicial de los grandes corsos carnestolendos que tendrán lugar los días 15, 16, y 17 del corriente en avenida Sarmiento.
En medio de esos preparativos, llega el Jueves de Comadres, cuyo festejo se inicia desde bien temprano con las salutaciones en los puestos del Mercado municipal, donde las comadres esperaron este día con muchas ansias.
Las puesteras tienen un interminable abrazo, recibirán a los visitantes con comidas típicas, al tiempo que el talco, serpentina y mixtura irán dándole color a la jornada. No es un día más, porque las comadres, con antelación preparan todo.
Desde la primera hora el aroma a albahaca, el humo de las brasas para preparar el almuerzo, los cuetillos, el talco y las bebidas para los brindis, anuncian la celebración. Todas hacen un pequeño aporte, para agasajar a las "comadres" con mayor antigüedad dentro del predio.
Los que transitan por el patio del lugar, al menos este día, tanto vecinos y turistas deben acercarse al mojón, darle de comer y beber a la Pachamama.
La diversión será para todos los gustos, desde coplas hasta los ritmos modernos de cumbia.
El aire carnavalero se respira en las adyacencias, las organizadoras adornan con serpentina, banderines y toda figura que represente el Carnaval.
Al mediodía el intendente Dante Velázquez, en compañía de todo su Gabinete, saludará a las comadres en su día y de una forma muy particular recorrerá todos los puestos de ese centro comercial, brindando con cada una de ellas. En ese horario las comidas típicas serán asado criollo acompañado con choclo, mote y habas que se ofrecerán a todos los visitantes, para luego del almuerzo, dar rienda suelta a la festividad. Al llegar la tarde las energías estarán renovadas y se disfrutará el doble, la concurrencia de gente desde todas partes de la Puna será numerosa. El mercado se transforma en epicentro del jolgorio, porque actuarán grupos musicales, hasta exactamente las 23. A esa hora las puertas empiezarán a cerrarse para que todos asistan a su respectiva comparsa a desenterrar el Carnaval. Mientras las comadres de cada agrupación, estuvieron esperando ansiosas la medianoche para dirigirse bailando hasta el mojón sin importar la distancia, para encontrarse con los compadres. Todos en una simbólica, fiel y muy creyente costumbre a la medianoche, procederán al desentierro del Diablo, que simboliza el Carnaval, de allí en más bailarán sin descanso hasta el Miércoles de ceniza.
En todos los rincones puneños las coplas picarescas del Carnaval pueden escucharse en cada localidad, porque hasta el poblado más pequeño celebrará a su manera, mientras se apodera de toda la región.