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"Yo sé que tengo bases fuertes"

Martes, 08 de diciembre de 2015 01:30

Sebastián tiene un gran camino recorrido que lo llevó por distintos lugares del mundo, tocando con increíbles maestros de distintas múscos y distintas culturas. Vive en París y cada año vuelve a su tierra, para compartir su música con sus orígenes, con su familia de grandes músicos también.

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Sebastián tiene un gran camino recorrido que lo llevó por distintos lugares del mundo, tocando con increíbles maestros de distintas múscos y distintas culturas. Vive en París y cada año vuelve a su tierra, para compartir su música con sus orígenes, con su familia de grandes músicos también.

Con una mentalidad muy amplia, vivió la evolución de la música para entenderla como universal. Encontró que la identidad está marcada por otras cuestiones, y es lo que quiere transmitir con sus presentaciones y con sus clínicas.

Hizo giras mundiales con la orquesta Multiétnica de Napoli, integrada por 18 músicos de nacionalidades diferentes, y entre otras grandes experiencias cuenta el haber tocado para una de las mejores 15 violinistas del mundo, Verónica Kadlubkiewicz.

Con todo este bagaje se enfrentó al desafío de hacer su propio disco, y el resultado es este trabajo que presentará hoy en Jujuy.

Este año estuvo formando parte del Cristóbal Pazmiño Trío, con el que espera continuar para el próximo 2016.

En este disco eres protagonista ¿en qué momento surge en vos la necesidad de hacer tu música y dejar de ser "músico de"?

Esto surge en el momento en que la música empieza a cambiar. Llegó un momento en el aspecto laboral, que tocar la música de otro daba una cierta cantidad de trabajo que ya no existe más. Ahora, para trabajar en Europa, hay que ser auténtico y tener una definición propia. Si querés entrar a un festival tenés que tocar tus temas. La competencia es muy dura, porque vienen guitarristas de todo el mundo. Paris es un centro donde llegan músicos de todas las culturas.

Eso se refleja en tu disco...

Si, como podrás ver en mi disco hay un pianista, Richard Rozafindrakoto, que viene de Madagascar; el bajista, Laurend Salzard, es francés pero hizo su carrera en Estados Unidos; el percusionista, Georges Rocco Sedano, es franco-argentino, hijo de un gran bailarín que fue de los Diablos de la Danza; y Pierre Baillot en el oud y el saxo. Hay mucha mezcla y se siente en la parte musical. Si toco una chacarera, una zamba, no es la información que estamos acostumbrados a tener, y no es la estructura que se utiliza. Yo no toco para bailar, pero como en Europa la gente no conoce las estructuras folclóricas, la gente lo baila igual, a su manera.

A la hora de presentarte en un escenario en París o acá en Jujuy, ¿qué cuestiones tenés en cuenta para enfrentarte a sus respectivos públicos?, teniendo en cuenta esas informaciones y estructuras de las que vos hablas.

Lo que yo hago cuando toco en Francia, es adaptarme a su público, en el sentido de no hacer hincapié en un solo ritmo, en un solo estilo, no me presento como músico argentino que hace música argentina. Yo me presento como músico primero, y hablo de una música universal.

Y en Jujuy lo que vengo a hacer es tratar de compartir con músicos que tienen el mismo pensamiento que el mío de que una música es universal, que no hay una definición de milonga, chacarera, tango, que todo se puede hacer y que todo el mundo puede tocar todo. La exigencia que tengo acá es tratar de hacer lo que hago allá, y por eso elegí para que me acompañen Guido Bertini en percusión, Mariano Agustoni en piano; Bruno González en el bajo. Siento que son gente con las que hablamos el mismo idioma.

¿Qué es lo novedoso en este disco?

Incluye aires de chacarera, aire de milonga, condimentos argentinos, pero por ejemplo en la milonga te vas a encontrar con un tipo tocando el oud. No pensamos en estructuras. Tocamos lo que sentimos.

¿Para llegar a eso hay que tener toda la información y las experiencias que vos tenés?

Sí, pero antes era más difícil. Porque la idea es que tenés que viajar, salir, juntarte con músicos de otras partes del mundo, encontrar energías diversas. Ahora es más fácil porque tenés internet, aunque no iguala a la experiencia de estar en el lugar.

Yo lo que trato de transmitir cuando toco un tema, es lo que yo viví a partir de la experiencia de haber estado en distintos lugares entendiendo la música.

Lo que transmitís en cuanto a tus experiencias al público en un escenario ¿lo podés transmitir a músicos en una clínica también?

Es lo que me gustaría hacer. Siento que eso es más importante que lo técnico. Voy a mostrar una parte técnica, es decir cómo se puede llegar a cambiar algo, a cambiar la estructura de "parte a, parte b, parte c". Tratar de ver las cosas desde otro punto de vista, pero siempre respetando las bases. Yo no puedo hablar de fusionar con una chacarera, si no conozco la chacarera. Tengo que haber sentido y tocado una chacarera para poder después mezclarla con otra música. Todo tiene un fundamento.

La composición en vos, ¿cómo empieza, ya con la fusión o fue sufriendo una evolución?

Después de experiencias e intercambios con grandes maestros de otros ritmos y países, me empezó a cambiar la cabeza, y entendí que si el día de mañana quería realmente llegar a una identidad guitarrística, tenía que llegar a la composición.

¿Cuándo empezás a componer?

En el 99. Antes grabé otras cosas mías para otra gente, con los músicos de Gipsy King. Pero este trabajo es la primera vez que puedo sacar un disco mío, con temas míos.

Teniendo en cuenta lo que vas logrando, ¿cuáles son tus próximos desafíos?

Mis proyectos para el futuro son seguir trabajando con el Cristóbal Pazmiño Trío, que es una formación con la que hacemos música latinoamericana pero con arreglos de alto nivel, y seguir buscando entrar en los festivales de la "world music" o música del mundo, con mi música, con lo que yo hago.

¿Qué definición le das vis a la identidad, cuando decís que no hacés música de algún lugar definido? ¿Por dónde pasa la búsqueda de la identidad?

A cualquier lugar que voy, Jujuy está presente y la Argentina está presente, pero eso no condiciona lo que yo expreso con la música. Este primer material que es puramente mío, tiene toda la raíz de mis inicios pero no tiene una condición en la estructura. La base que yo tengo me la enseñó mi padre (el reconocido guitarrista jujeño Efraín "El Chivo" Cordero). El peleó para que yo estudiara en una escuela clásica pero tuvo aprendiendo las bases de la música nacional, y eso me dio la llave para salir al mundo. Yo escuché gente que tienen raíces del folclore, con las que trabajaba mi papá. Yo sé que tengo bases fuertes, lo que me permite hoy caminar tranquilo, tener identidad cargándome con cosas nuevas.

¿Cómo va a ser el espectáculo de esta noche?

Vamos a hacer una parte en trío con Bruno González y Guido Bertini, después vendría el aporte del piano de Mariano Agustoni. Va haber mucha rumba, porque me encanta, tengo el compás de la rumba en mí. Y algo a dúo con mi padre, dos o tres temas de lo que presentamos en el festival de guitarras de Francia en el que representamos juntos a la Argentina.


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