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Quise aprovechar la situación, fui un tonto | juicio oral y público, Tribunal en lo Criminal Nº 3, Edgardo Gustavo Herrera, Locutor asesinado

Sabado, 24 de octubre de 2015 01:30
<b>CAREO</b> / WILY LENZ (IZQUIERDA) Y YAMIL MAMANÍ (DERECHA), ANTE EL TRIBUNAL.

En la jornada de ayer se dio cumplimiento al careo entre dos testigos ordenado por el Tribunal en lo Criminal Nº 3, por el juicio que se le sigue a Jorge Luis Dávila por el asesinato del locutor Gustavo Edgardo Herrera, hecho ocurrido en el mes de febrero del años 2010.

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En la jornada de ayer se dio cumplimiento al careo entre dos testigos ordenado por el Tribunal en lo Criminal Nº 3, por el juicio que se le sigue a Jorge Luis Dávila por el asesinato del locutor Gustavo Edgardo Herrera, hecho ocurrido en el mes de febrero del años 2010.

El hermano de Herrera, Yamil Mamaní y Wilfredo "Wily" Lenz se vieron cara a cara y discutieron sobre puntos que el Tribunal enjuiciador y las partes consideraron que no quedaron claros, respecto a un supuesto pedido de dinero y protección que Lenz le había hecho a Mamaní, a cambio de información sobre una supuesta conversación por mensajes de textos, donde el imputado Dávila le había pedido que "hiciera boleta" a Edgardo Herrera.

Las instancias del juicio están para la producción de los alegatos, que se daría después de la jornada en la ciudad tabacalera.

La discusión entre los testigos se centró en el punto detallado anteriormente, donde un notoriamente nervioso Lenz, trataba de evadir la mirada del hermano del locutor asesinado, pero en un primer momento se volvió a negar sobre el supuesto ofrecimiento.

Los investigadores coincidieron que la pareja Dávila Herrera atravesaba una situación de crisis en el momento del crimen.

Con el correr de la confrontación, el testigo Lenz reconoció haber ido a buscar a algún familiar de Herrera y que él había pedido dinero a cambio de una supuesta información que sería de interés para la causa que investigaba la muerte del locutor, pero se negó a reconocer que tenía un chip de un teléfono celular como prueba de sus dichos.

De este punto sólo resta decir que los efectivos de la División de Homicidios fueron los que se entrevistaron con el testigo Lenz, en el domicilio de Mamaní, pero de esta entrevista no surgió nada "interesante", por lo menos para los efectivos, que tras este episodio no se volvieron a entrevistar con Lenz, ni mucho menos fue citado a declarar ni en la dependencia policial ni en la Fiscalía.

"Soy un tonto por meterme en donde no debo, te pido perdón hermano, yo no tengo nada que ver con la muerte de tu hermano, me quise aprovechar de la situación para sacar dinero y mirá donde terminé", dijo al borde de las lágrimas "Wily" a Yamil Mamaní.

De este careo surgió la necesidad de una ampliación testimonial de los protagonistas, sobre todo porque el testigo Lenz decía que no entendía las preguntas formuladas por las partes y además en el momento de responder, lo hacía a medias o desviaba el punto del debate.

Inspección ocular
Por otra parte el Tribunal enjuiciador resolvió realizar una inspección ocular el próximo martes 27 en el lugar donde fue hallado el cuerpo del locutor Edgardo Herrera.
Además se establecerán las distancias entre la vivienda donde la pareja asistió a una fiesta, momentos antes que Herrera fuera asesinado y el predio del nosocomio periqueño.
Cabe recordar que el cuerpo del locutor fue hallado en el predio conocido como el “canal de la muerte”, en inmediaciones del hospital “Arturo Zabala” de la ciudad periqueña y según los médicos forenses que estuvieron a cargo de la autopsia, Herrera sufrió un traumatismo encéfalo craneal (TEC) y traumatismo en el cuello y cervical, que le provocaron la muerte y “fue arrojado al canal en estado de agonía, casi inmóvil sin poder defenderse”, pero no hallaron en sus pulmones restos líquidos.
Por otra parte los médicos creen que más de una persona le dieron muerte a Herrera, ésta hipótesis fue determinada tras corroborar la cantidad de los golpes que recibió la víctima antes de morir y hubo rastros en sus rodillas “infra vita”, que determina el hombre de casi 1.75 y de 70 kilogramos fue arrastrado antes de ser arrojado al canal de riego.

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