Muchos de los pequeños que esperaban ayer la Caminata de los Reyes, se encontraban con sus padres y sin haber podido despojarse de los regalos que por la mañana recibieron de ellos, luego de seguir cada paso de la tradición: dejar los zapatos, además de pasto y agua para las visitas.
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Muchos de los pequeños que esperaban ayer la Caminata de los Reyes, se encontraban con sus padres y sin haber podido despojarse de los regalos que por la mañana recibieron de ellos, luego de seguir cada paso de la tradición: dejar los zapatos, además de pasto y agua para las visitas.
Los pequeños, entusiasmados, esperaban mientras se aferraban a sus juguetes. Algunos tuvieron permiso para llevarlos, y portaban por ejemplo, una trompeta, muñecas, bebotes, y osos que fuertemente sostenían al seguir a los Reyes.
Uno de ellos buscaba sumarse a una de las bandas. Es que el pequeño portaba un pequeño redoblante de juguete y aspiraba a sumarse a las fila de los jóvenes músicos, en una improvisada práctica para estrenar su regalo.
Otros pequeños en cambio, se apresuraban a ubicarse al lado de los reyes andinos que acompañan el pesebre de la Catedral Basílica, y que fueron el atractivo de todos a la hora de sacarse fotos de recuerdo, aunque las llamas también eran de las preferidas a la hora de posar. En tanto, los más pequeños quedaban contentos al practicar algunos pasos que los entusiastas adoradores hacían.