Siete médicos de una clínica de la localidad bonaerense de
Morón fueron acusados del delito de "homicidio culposo" por la
muerte de una mujer embarazada de ocho meses y medio y el bebé a punto de nacer.
Dos de los médicos fueron detenidos en el marco de la investigación, mientras que los otros cuatro se encuentran prófugos tras haber dado domicilios falsos, y uno de ellos inclusive habría salido del país.
En tanto, un séptimo médico implicado por el mismo caso se ajustó a derecho y se presentó a declarar, por lo que su detención no fue requerida a la Policía. Las detenciones de los acusados fueron ordenadas por la fiscal de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 de Morón, Cecilia Corfield, y se motivan en la muerte de Mariela González y su bebé, ocurrida en mayo de 2013, tras ser asistida en el Instituto Médico Agüero.
La fiscal Corfield indicó que ordenó las detenciones porque varios de los médicos habían presentado direcciones falsas y uno de ellos "viajó al exterior", según informó la Dirección de Migraciones".
La funcionaria señaló que el lunes pasado se produjo un allanamiento en la clínica y se comprobó que los médicos continuaban trabajando.
Al sustentar la imputación por el delito de "homicidio culposo", que prevé una pena de seis meses a cinco años de prisión, Corfield dijo que se basa en un informe pericial médico hecho en La Plata.
En el informe se determina que la vida de la mujer y el bebé se podrían haber salvado si "se hubiera diagnosticado a tiempo" el síndrome de Helpp, una afección que sufren las embarazadas en los últimos meses antes del parto.
El caso, según denunciaron familiares de González, quien tenía entonces 35 años, se inició el 19 de mayo cuando la mujer embarazada acudió a la guardia del Instituto Agüero aquejada de fuertes dolores en la espalda, pero los médicos que la atendieron le recetaron un calmante y la enviaron a la casa.
A los pocos días volvieron a la clínica y allí los obstetras notaron que su bebé estaba muerto.
Los médicos le practicaron una cesárea de urgencia y luego quedó internada en terapia intensiva, situación que terminó con su muerte.
La instructora sostuvo que la clínica podría tener responsabilidad civil, pero no estaría involucrada en el delito penal del que fueron imputados los médicos.
Siete médicos de una clínica de la localidad bonaerense de
Morón fueron acusados del delito de "homicidio culposo" por la
muerte de una mujer embarazada de ocho meses y medio y el bebé a punto de nacer.
Dos de los médicos fueron detenidos en el marco de la investigación, mientras que los otros cuatro se encuentran prófugos tras haber dado domicilios falsos, y uno de ellos inclusive habría salido del país.
En tanto, un séptimo médico implicado por el mismo caso se ajustó a derecho y se presentó a declarar, por lo que su detención no fue requerida a la Policía. Las detenciones de los acusados fueron ordenadas por la fiscal de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 de Morón, Cecilia Corfield, y se motivan en la muerte de Mariela González y su bebé, ocurrida en mayo de 2013, tras ser asistida en el Instituto Médico Agüero.
La fiscal Corfield indicó que ordenó las detenciones porque varios de los médicos habían presentado direcciones falsas y uno de ellos "viajó al exterior", según informó la Dirección de Migraciones".
La funcionaria señaló que el lunes pasado se produjo un allanamiento en la clínica y se comprobó que los médicos continuaban trabajando.
Al sustentar la imputación por el delito de "homicidio culposo", que prevé una pena de seis meses a cinco años de prisión, Corfield dijo que se basa en un informe pericial médico hecho en La Plata.
En el informe se determina que la vida de la mujer y el bebé se podrían haber salvado si "se hubiera diagnosticado a tiempo" el síndrome de Helpp, una afección que sufren las embarazadas en los últimos meses antes del parto.
El caso, según denunciaron familiares de González, quien tenía entonces 35 años, se inició el 19 de mayo cuando la mujer embarazada acudió a la guardia del Instituto Agüero aquejada de fuertes dolores en la espalda, pero los médicos que la atendieron le recetaron un calmante y la enviaron a la casa.
A los pocos días volvieron a la clínica y allí los obstetras notaron que su bebé estaba muerto.
Los médicos le practicaron una cesárea de urgencia y luego quedó internada en terapia intensiva, situación que terminó con su muerte.
La instructora sostuvo que la clínica podría tener responsabilidad civil, pero no estaría involucrada en el delito penal del que fueron imputados los médicos.