TILCARA (Corresponsal). Al nombre de compañeros, que es el que se dan entre si los fieles de Nuestro Señor de Quillacas, de a dos en dos van pasando por bajo los arcos engalanados de aguayos para arrodillarse ante la imagen de un modo similar a como en agosto se hizo para la Pachamama. A la imagen se le oferta coca, mixtura, bebidas e incienso para tener un buen viaje hasta el santuario. Desde la entrada de Tilcara, donde salen antes del mediodía, se nos dice que tardarán hasta el próximo porque ahora las rutas en Bolivia están asfaltadas. Así irán subiendo al ómnibus, después de challarlo también con cerveza y mixtura. Cada uno alza su imagen con la urna, ya pequeña, ya grande, y la amarra al quepi como a una wawa. Entonces parten.
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TILCARA (Corresponsal). Al nombre de compañeros, que es el que se dan entre si los fieles de Nuestro Señor de Quillacas, de a dos en dos van pasando por bajo los arcos engalanados de aguayos para arrodillarse ante la imagen de un modo similar a como en agosto se hizo para la Pachamama. A la imagen se le oferta coca, mixtura, bebidas e incienso para tener un buen viaje hasta el santuario. Desde la entrada de Tilcara, donde salen antes del mediodía, se nos dice que tardarán hasta el próximo porque ahora las rutas en Bolivia están asfaltadas. Así irán subiendo al ómnibus, después de challarlo también con cerveza y mixtura. Cada uno alza su imagen con la urna, ya pequeña, ya grande, y la amarra al quepi como a una wawa. Entonces parten.
El santuario se encuentra en la provincia de Abaroa, departamento de Oruro. Allí alguna vez un gaucho salteño perdió su hacienda que, dicen, le encontró un abuelo. Cuando el gaucho se vuelve para agradecerle, el anciano ya no está pero en su lugar brilla la imagen de Nuestro Señor del Milagro, el mismo que se celebra en Salta. La veneración comienza con el agradecimiento del arriero.
Eloy Mamaní está a la cabeza de uno de los varios grupos de fieles que este miércoles partieron desde Tilcara hasta Quillacas. "Nosotros nos juntamos y viajamos en un solo colectivo", señaló. "Mi mamá, Victoria Flores, siempre ha sido devota porque tuvo una madrina, que en paz descanse, que ha sido una esclava de años. Y así mi mamá siguió el camino de ella y yo seguí los pasos de mi mamá".
Eloy Mamaní habló también de una sobrina a la que los médicos le pronosticaron que no caminaría, que había nacido así pero que se produjo el milagro y se lo adjudica tanto al Señor de Quillacas como la Virgen de Punta Corral.