Como una manera de recordar la pasión y muerte de Jesucristo en Viernes Santo, cada año se incrementa el número de fieles católicos que visitan la cruz del Cerro Las Rosas. Este año los grupos de jóvenes fueron mayoría y el acceso al camino adquirió un tono “popular” debido a la gran cantidad de comerciantes que se apostaron en el lugar.
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Como una manera de recordar la pasión y muerte de Jesucristo en Viernes Santo, cada año se incrementa el número de fieles católicos que visitan la cruz del Cerro Las Rosas. Este año los grupos de jóvenes fueron mayoría y el acceso al camino adquirió un tono “popular” debido a la gran cantidad de comerciantes que se apostaron en el lugar.
Según fuentes policiales y los sacerdotes que concurrieron a confesar durante la jornada, por la mañana únicamente visitaron la cruz más de 30 mil personas, número aproximado que se registró el año pasado. Si bien la Iglesia indica que un Viernes Santo se debe vivir una jornada de penitencia, la peregrinación a la Cruz del cerro- que actualmente se convirtió en una pequeña cruz de metal ubicada sobre la base del antiguo Cristo de La Hermandad- demostró ayer que no sólo convoca a las personas religiosas y tradicionalistas que rezan y generan un momento de reflexión en cada estación del Vía Crucis, ya que este año la mayoría de los peregrinos fueron jóvenes que, a diferencia de los adultos, deciden recorrer el camino como un momento recreativo y de esparcimiento, que implica un ascenso distendido mientras se realizan algunas plegarias.
De este modo, ayer los grupos de jóvenes coparon el camino y la cúspide del cerro, y ellos mismos se sorprendían por la cantidad de pares que se encontraban en su peregrinar. Los que formaban parte de grupos juveniles católicos recurrieron al canto y encendieron algunas velas mientras rezaban al pie de la cruz.
También estuvieron quienes subieron con amigos y simplemente al finalizar el camino descansaban, observaban la pequeña cruz provisoria y se disponían a bajar nuevamente, sin realizar la habitual oración en cada estación.
El mayor flujo de visitantes se registró cerca del mediodía. Desde el Same informaron que el clima fue un factor clave para recibir a tal cantidad de personas, que años anteriores desistían de ascender por el fuerte sol del mediodía. El camino se encontraba en buen estado, excepto en el ingreso, donde algunas arterias se encontraban dañadas por algunos deslizamientos.
En la cima del cerro, se pudo observar una pequeña cruz de metal que se emplazó en el tronco central que sostenía el antiguo Cristo de la Hermandad, en cuya periferia se colocaron algunas velas y escasa cantidad de flores a comparación de otros años.
Momento de reconciliación
Durante la mañana el párroco de la iglesia Sagrado Corazón de Jesús, Luis Arregui, estuvo en el lugar brindando el sacramento de la reconciliación a los fieles. El sacerdote se mantuvo expectante durante la mañana a la llegada del grupo electrógeno, que finalmente se instaló pasado el mediodía. Mientras bendecía a los presentes, el padre manifestó que desde las 8 estuvo confesando y que el obispo se haría presente a la tarde para encabezar la adoración a la cruz.
Sobre este mismo símbolo cristiano, el padre recordó que actualmente se colocó una cruz provisoria porque el cuerpo central del antiguo Cristo no se pudo cortar con las sierras, y por Semana Santa se decidió colocar en la cúspide la pequeña cruz. Es este sentido indicó que el próximo año espera que pueda colocarse una nueva imagen del Cristo Salvador, objetivo que se llevará adelante por concurso.
Con respecto a la recordación del Viernes Santo, el padre destacó la masiva participación de la gente en Cerro Las Rosas, pero indicó que el objetivo de la iglesia es que los fieles también den la importancia merecida al día de Pascua. “Jesús muere un Viernes Santo, pero nos salva resucitando. En ese momento vuelve al Padre y nos abre el camino de la salvación”, explicó.