Por primera vez en la Argentina, las personas con presbicia –la dificultad para enfocar objetos cercanos que afecta a casi la totalidad de los mayores de 40 años– cuentan con una opción de tratamiento farmacológica. Se trata de Nearlea, un colirio desarrollado por el laboratorio Elea, recientemente aprobado por la ANMAT, que inaugura una nueva categoría terapéutica para manejar esta condición visual.
La presbicia, un problema de enfoque y no de agudeza visual, es una condición natural causada por la pérdida de elasticidad del cristalino y el debilitamiento del músculo ocular. Hasta ahora, las soluciones se limitaban a los anteojos, lentes de contacto o diversas cirugías. Nearlea, en cambio, ofrece una corrección temporal de la visión cercana a través de la aplicación de una gota diaria en cada ojo.
El mecanismo de acción del colirio es óptico. Su principio activo, la pilocarpina al 1.25%, produce una leve contracción de la pupila. Este efecto, conocido como “estenopeico”, aumenta la profundidad de foco del ojo, mejorando la nitidez para las tareas de cerca. El resultado es un “foco automático” que se activa entre 15 y 20 minutos después de la aplicación y puede extenderse hasta por 8 horas.
Según explican los oftalmólogos, el producto está especialmente indicado para personas de entre 40 y 55 años con presbicia leve a moderada y sin otras patologías oculares. Se comercializa bajo receta en un frasco de 2.5 ml, con un precio en el mercado de aproximadamente $29.000. Esta presentación equivale a unas 50 aplicaciones, por lo que, con un uso bilateral diario, alcanzaría para 25 días de tratamiento. No obstante, los especialistas destacan que su uso puede ser flexible, aplicándose solo cuando el paciente lo necesite.
Aunque el medicamento ha demostrado ser eficaz y seguro, los expertos advierten que no es una solución mágica ni está exenta de efectos secundarios. Puede causar una disminución temporal de la visión nocturna, por lo que se desaconseja su uso en personas que manejan de noche. También se han reportado casos leves de ardor, enrojecimiento ocular o dolor de cabeza. Además, está contraindicado para pacientes con cataratas avanzadas, glaucoma no controlado o ciertos niveles de miopía e hipermetropía.
La llegada de este colirio, que ya se utiliza en Estados Unidos, Canadá y Europa, ha generado un notable interés entre los pacientes, marcando el inicio de una nueva era en el manejo farmacológico de la presbicia y ofreciendo una herramienta más para mejorar la calidad de vida visual.